「 𝐀𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨 𝟐𝟎𝟏𝟔 」

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Karol

Una chica.

La agente encargada del asesinato de un joven, no podia parar de pensar en ello, una chica. Se duchaba, cocinaba y dormía pensando en ella. ¿Quién era? Acaso la víctima era la única persona que la conocía. Le daba mil y un vueltas, pues en ella encontraría mayor información sobre Oliver McFallen o quien sabe, quizá un potente sospechoso.

-¿Quién era está chica y por qué nadie tenía información sobre ella?-

Se cuestiono al menos mil veces durante las primeras horas de la madrugada. No podia dormir, si la familia de la víctima no lo hacía, cómo podría ella descansar como si nada.

Así fue como le dieron las 8am en punto, se puso sus tenis y salió a correr por el barrio, solía evitar la escena del crimen pero algo la llamo aquel día, ¿curiosidad? ¿Intuición? ¿destino? no lo sabía, solo decidió pasar por allí y registrar la casa.

-¿Qué me quieres mostrar Oliver?-

Pregunto en voz baja mientras se acercaba lentamente a la morada.

Era una casa bastante grande para alguien que vivía solo. Los muebles eran antiguos, no habían sido cambiados en años. En realidad no había nada que llamara su atención, excepto la estantería llena de libros y manuscritos firmados como O.M. que había en el living, cercanos a la escena del crimen. Y frente a esta, había otra estantería repleta de libros de autores reconocidos.

Comenzó a pasar el dedo por todos los títulos, solamente habían libros de terror y thriller, ninguno llamativo, pero parecía ser fan de un escritor llamado Rick P. quien le sonaba de entre los testigos pero ¿quién era?, no podía recordarlo. Sin embargo continuó buscando entre los títulos, los autores y autoras, Rick P, Laura R, Paula H, entre otros.

Y de pronto, uno de ellos le dio un ligero espasmo que erizó hasta el último vello de su piel, "Una chica en la fiesta", un manuscrito que tenía apenas 2 páginas describiendo a detalle a una hermosa joven de cabellera rubia, alta y preciosas curvas llamada Lana, cuenta como esta le coquetea al protagonista N/N quien no parecía interesarle y se fue de la fiesta como si nada, pero al caminar a casa se sintió perseguido, quizá el novio de la chica o ella misma, no podía distinguirlo, así que solo camino y... ¿Y? así termina el manuscrito.

Pero tenía un nombre, o eso creía, quizá era ficticio. Pero la descripción, debía ser real, tenía algo, lo había encontrado. Una sonrisa de victoria se formó en su rostro hasta que se detuvo a pensar en la cantidad de chicas que calzan con aquella descripción. Eso la desmotivó un poco, pero tenía algo y debía utilizarlo.

Continuo revisando aquella repisa y noto como faltaba un manuscrito, pues solo estaba el título y las páginas se notaban arrancadas, "Relatos de noche" por O.M. El único lugar en donde podía obtener una copia estaba destrozado, la computadora de Oliver, sin embargo si era un texto público podría estar en algún sitio web de jóvenes escritores, quizá es el relato con el que ganó el premio una vez mencionado por Drake.

-Debo encontrarlo-

Dijo para sí y continuó con el segundo piso, nada, habitaciones vacías y el cuarto de la víctima que al igual que el living estaba repleto de libros y hojas por todas partes, no sabía si se había buscado algo o así solía vivir el propietario. Le llamo la atención ver la cantidad de manuscritos que -por lo visto- jamás habían salido a la luz. Algunos eran breves, eran como su diario. Pues todas las páginas tenían fecha.

14 de abril

"Todo brilla a mi alrededor, posicionando mi sombra justo bajo mis pies mientras está me consumía. ¿cómo es que nadie lo notaba?
¿Debía pedir ayuda? Acaso mis ojos y poca motivación para realizar actividades no era suficiente. Quisiera desaparecer, seguro nadie lo notaria."
O.M.

La agente se quedó congelada un momento, recordó las palabras de Drake.

- ¿Es posible que se haya... Ya sabe... Suicidado?-

Hicieron eco un momento. Se sentó a los pies de la cama y escondió su rostro entre sus palmas. No tenían fecha exacta, no había un año, quizá lo habría escrito aún más joven, pero eso no impide que se tratara de un suicidio, o si?

Mil teorías comenzaron a llenar su mente, quizá salto por la ventana y de ahí el golpe en su cabeza, luego entro a la casa moribundo y corto su brazo para finalizar con todo. No, no era eso. No tenía sentido.

-Ahhhhhhhh!!! No puede haber sido suicidio, me rehuso a creerlo.

Soltó un grito ahogado y luego continuó registrando los textos que habían en el piso.
Todos eran textos bastante deprimentes, pero todos decían que era un chico alegre y llamativo. Y dió en el blanco, el siguiente texto hablaba precisamente de eso.

19 de Octubre

"Los días pasan y la tristeza dentro de mi no desaparece, me estoy ahogando. Pero debo permanecer fuerte y feliz por Eri y Kei."
O.M.

Pobre Oliver, será que nadie jamás se enteró de estos sentimientos. ¿Qué hay de sus padres? Debía interrogarlos aún. Y a los padres de los demás chicos, Erika y Drake. Quizá sabían algo que de pequeños no notaron pero sus padres sí.

Se levantó rápidamente, eran las nueve y quince, debía ir a la comisaría, pero unos pasos en el piso inferior la descolocaron. ¿Quién era? Se asomo rápidamente por la escalera y vio a un hombre alto, de abrigo y sombrero revisando la estantería de manuscritos.

-Alto ahí, identifíquese.-

El hombre se dió la vuelta y lo reconoció de inmediato, Rick Parker, el profesor de Oliver. Se acercó lentamente y al ver que no le haría daño, no encontró mejor momento para realizar un interrogatorio.

Sería breve, solo quería saber el porqué estaba allí y que buscaba en los estantes. Acaso, ¿buscaba el manuscrito robado? O vino a devolverlo quizá. Demasiadas dudas en su mente pero pocas salían de su boca, hasta que le ofreció tomar asiento. Cosa que no correspondía, pues debía declarar en comisaría, no en la casa de la víctima.

Sin embargo, comenzó el interrogatorio.

-¿Qué lo trae por aquí señor Parker?-

Oculto en el HumoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora