Oculto en el Humo

「 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝟐𝟎𝟏𝟔 」

KAROL

Nuevo mes. Nueva pista. Ningún sospechoso. Pero tenían una descripción la cual encajaba con decenas, cientos, miles de hombres en la ciudad. Sin embargo, encontraron a dos que vivían cerca de la víctima que calzaban con la breve descripción dada por la anciana, la cual aún no sabían si era de fiar o no.

Parecía una testigo demasiado perfecta, demasiado actuado y preparado para ser verdad, pero, ¿A quién encubre? El profesor Parker estaba en una posición difícil, había sido liberado, pero también aquel testimonio le hacía estar con un pie en la celda si esto llegaba a ser una farsa. O incluso Drake, pero ¿Por qué defendería al Sr. Parker? Eso no tiene sentido, quizá no buscaban descartar a Drake, era todo demasiado confuso, incluso para los agentes Karol y Smith.

- Smith, ¿Qué crees del testimonio?-Preguntó girando su silla para ver la espalda de su compañero, quien luego de ordenar unos papeles se giró también.

- No lo sé, es lo único que tenemos por ahora, ¿Qué tienes en mente?-Cruzó sus piernas y la observó detenidamente.

- No te parece un, no lo sé, ¿Un testimonio demasiado perfecto?-Respondió dudosa.- Como si fuese actuado, es un encubrimiento total, o eso parece.

El ambiente se quedó en silencio, ambos creían lo mismo, así que decidieron ir a la escena del crimen. Y descubrieron que la casa de la anciana no tenía vista al hogar de los hechos. Por lo que fue llamada nuevamente por los agentes a testificar por segunda vez.

En esta ocasión, aseguró que salía de casa a despedir a su esposo, del cual no teníamos registro de su existencia. Todo era cada vez más confuso, pero a la vez aclaraba que Rick Parker tenía algo que ver con aquel testimonio. Pagado o no, debía dar cara a los hechos.

****

- ¿Una anciana? La señorita Gutiérrez, la conozco, es una gran admiradora. Pero no he tenido contacto con ella en meses, hasta años diría yo. Solo le envío mis novelas autografiadas y ya.-Confesó nervioso.

Ambos se miraron con una sonrisa. Sabían que estaba mintiendo, no sabían en que, pero lo estaba haciendo. La forma en que su cuerpo estaba, el movimiento de sus manos y la manera en la que hablaba. Todo indicaba que estaba nervioso y por lo tanto, mintiendo y con miedo a ser atrapado.

- Parece nervioso, Sr. Parker. ¿Hay algo que nos quisiera contar?-Preguntó Smith. Y encendió un cigarrillo, el profesor lo miro por apenas 2 segundos y desvío la mirada. Había sido atrapado.

- No oculto nada, solo... Bien, le pedí a la señorita Gutiérrez que me cubriera, pero no porque lo haya matado, yo solo...-Se quedó en silencio.

¿Por qué lo hizo? Después de todo el mismo admitió haberlo visto aquella noche, sabían que había estado allí, ¿Por qué pedirle a alguien que lo cubriera?.

- Sabemos que estuvo en la escena, usted fue quien lo admitió, ¿Acaso no lo recuerda?

- Si, lo sé. Pero quería desviar la atención mía y de Drake. Sé que él no fue, y claramente yo tampoco. Quería sacarnos del radar, y quizá ayudarlos a descartar sospechosos inocentes.

- Ese es nuestro trabajo Sr. Parker, ¿Sabe que puede ser detenido por esto?-Le amenazó Karol.

El hombre se puso aún más tenso de lo que estaba. Apretó sus manos entre sí y comenzó a sollozar. Ambos sintieron lástima, pero no podían dejar pasar esa falsa información como si nada, podría ponerlos en problemas.

El Sr. Parker se retiró de la sala. Karol se sentó en la mesa a fumar un cigarrillo mientras Jorge la observaba con confusión.
Lo había dejado ir, ahora que era más sospechoso que nunca, eso le irritó un poco, hasta que su acompañante abrió la boca.

- Sé que es inocente y Drake también.-Dio una calada y con un suspiro soltó el humo por la boca para así mirar a Smith por sobre su hombro.- Lo sé, he lidiado con casos así y tu también sabes que son inocentes, no?

Un poco molesto asintió con la cabeza. Ambos sabían que eran inocentes, pero quizá tuvieron algo que ver con el incidente. Aunque por ahora, su mayor sospechosa era Leah Monti. Quien quizá dejo una puerta abierta, una ventana o incluso drogo a la víctima para que fuese un objetivo más fácil, pero dentro de todas esas opciones, ninguna parecía prueba suficiente para culparla de algo o llamarla a declarar otra vez.

Ahora no tenían nada, ni una pista, ni una descripción y tampoco a un sospechoso. Estaban nuevamente en el comienzo.

****

La agente Karol tomó las llaves de su coche y salio de su oficina. Fue a casa y tomó una ducha. Al salir, secó su cabello con una toalla y mientras se paseaba por el lugar vio un manuscrito en su bolso. "Relato Nocturno".

Al terminar de vestirse, se sentó en uno de los sofás del pequeño living que apenas tenía un par de muebles y le echó un vistazo. La historia estaba bien ambientada y erizó más de una vez la piel de la agente.

RELATO NOCTURNO

"Como pudo, tomó mi mandíbula entre su dedo medio y pulgar para girar mi rostro hacia un lado, despejo mi cuello retirando cualquier mechón de
cabello que le estorbara y pasó su húmeda y pegajosa lengua por la parte baja de mi oreja. Mi cuerpo se estremeció por completo, retorcí mis piernas y comencé a moverlas con intenciones de alejarlo, pero solo conseguí enfurecerlo. Fue entonces que retiró la venda que cubría mis ojos y antes de que pudiese verlo, golpeó mi rostro hasta dejarme inconsciente. Luego de eso, todo se volvió más extraño, el frío nocturno se confundía con la frescura de la tarde, y aquel chirrido similar al de una puerta oxidada abriéndose, se camuflaba con el sonido de cadenas que conectaban mi cuello a alguna parte del lugar. La locura me había consumido, escuchaba esa maldita canción todo el tiempo y aquel eco de pasos alrededor de mi, me hicieron perder la cabeza, sabía que no
estaba allí pero, lo sentía. E incluso, había ocasiones en que lo extrañaba, la soledad estaba acabando con la poca cordura que me quedaba, y en momentos así, cualquier compañía sirve o eso creí."

No pudo continuar leyendo. Se puso de pie y fue hasta la cocina a prepararse una taza de café y recordó que debía enviarle un mensaje a Eri, contándole que aquel testimonio había sido totalmente falso y se sorprendió al recibir un mensaje de vuelta.

«Estoy siendo amenazada.»- La agente dejo la taza de café en seco sobre la mesada y comenzó a interrogarla sobre que clase de amenaza recibía, pero esta decidió verla en persona al día siguiente.