「 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐨 𝟐𝟎𝟏𝟔 」

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1 semana antes del homicidio

Últimamente me he sentido bastante deprimido, los pensamientos constantes sobre mi muerte han invadido gran parte de mi día y no puedo evitar pensar el hacerme daño. Mi cuarto, al igual que mi vida es un desastre, estoy cansado.

«¿Qué deberia hacer?»—Pensé mientras miraba las cicatrices en mis brazos. Algunas eran marcas de cortes profundos y otras muy superficiales. Recordaba cada una de ellas, el porqué lo hacía, aunque en realidad en su momento no lo sabía, pero hoy en día creo que sé la respuesta.

Drake me ha llamado está mañana, sugirió salir junto con Eri a un parque de atracciones, “vamos, será divertido» dijo durante la llamada, pero ¿Lo sería?. Al final opte por ir, ambos nos subimos a los juegos más alocados que habían y acompañamos a Eri en aquellos que eran más tranquilos y suaves para su estómago.

Llevaba puesta una sudadera de manga larga, la cual debido al calor que hacía opté por quitarme y dejar a la vista mis cicatrices, ya era algo que no me importaba, en realidad jamás lo hizo. La gente suele verme horrorizada cuando las nota, pero a estas alturas ya todo da igual.

La tarde fue alegre, me distraje de todo lo malo que ha pasado, pero el camino a casa -solo- era doloroso. Recordaba con gracia lo ocurrido este día, pero los pensamientos intrusivos opacaban cada uno de ellos. Quería llegar a casa y hacerme daño, pero no lo hice, solo llegué y me recosté, está vez sólo, pues Oso se ha quedado con mis padres quienes -gracias a quien sea- debieron irse y me dejaron está horrible y anticuada casa. Pero que me valía, pues estaba apartada de la gran ciudad y no tenía demasiados vecinos molestos o insoportables como podría tenerlos en otra parte.

Finalmente concilie el sueño, eran alrededor de las tres de la madrugada, pesé a tomar pastillas para dormir, siempre me había costado eso de dormirme temprano.



Hoy no ha sido muy diferente, volví a cortar mis brazos -superficialmente- y fui camino a mi psicóloga con los brazos vendados.

—  ¿Qué tal ha ido tu semana?—Preguntó mientras parecía revisar los apuntes de la sesión pasada. Me encogí de hombros y no respondí.— ¿Ha ocurrido algo interesante o algo negativo? ¿Tus deseos de morir siguen intactos?

— He salido con mis amigos, ayer de hecho. Fuimos a un parque de atracciones, la pasé relativamente bien, supongo.—Dije mientras movía mis manos temblorosas y me acomodaba una y otra vez en la silla.

Estos últimos meses hemos comenzado un tratamiento nuevo, más pastillas, inútiles desde mi punto de vista. Pues me he sentido igual o peor que antes de comenzar.

— ¿Me permites ver tu brazo?—Negué con la cabeza.— ¿Haz vuelto acudir a los cortes? Vamos Oliver, dijimos que pediríamos ayuda si nos sentíamos a tal punto de querer hacernos daños.

La mire incrédulo. ¿Pedirle ayuda a quien? A alguien que me escucha solo porque le pago mensualmente. Vamos, no tengo ánimos de retos. Tomé mis cosas y me marche.

El camino a casa se me hizo eterno, pase junto al puente en dónde la hija de mi profesor de literatura perdio la vida. Quizá debería hacer lo mismo, pero era demasiado cobarde para morir. Aún tenía planes, unos pocos que me mantenían con vida y unos amigos que no podía abandonar de esa forma.

Los encuentros con Eri se volvieron más casuales una vez cumplimos los veinte. Pero seguía sin sentir algo más por ella, sin embargo me sentaba mal, pues sé debido a una confesión de él mismo, que Drake está enamorado de Eri hace años. Pero era sexo casual, no compartíamos ningún tipo de sentimiento, al menos no por mi parte.

En cuanto a Drake, estaba cada día más ocupado con la universidad. Había entrado a medicina con una de las mejores calificaciones, será un gran médico algún día. Lo admiró, tiene un futuro brillante no como yo, que me dedico a escribir historias que ni siquiera me pertenecen y no triunfan lo suficiente como para hacerme famoso. Mi sueño de ser escritor se veia cada día más frustrado.

Doscientas vistas. Doce votos y comentarios positivos. Y un par de comentarios negativos pidiendo que acabe con mi vida y otros odiandome porque mis escritos provocaban suicidios, depresión y autolesiones en otros quienes leían mis historias. ¿Qué tenía que ver yo con ello? Yo solo escribo como me siento. Pesé a ello intentaba concentrarme en los comentarios positivos. «Eres un genio» «Transmites muy bien los sentimientos de los personajes» «¿Estás bien?» comentarios como esos se repetían en cada relato que subía a la web y de vez en cuando recibía donaciones con las que sobrevivía.

Recuerdo una vez recibir un comentario sobre un padre que habría perdido a su hija debido a uno de mis escritos “Pensamientos de un suicida” en dónde al final el protagonista toma la horrible decisión de acabar con su vida cortando sus venas. Más que un mensaje, era una amenaza, de que acabaría conmigo antes de que yo mismo lo haga.

No le di importancia, la verdad era que recibia ese tipo de amenazas con más frecuencia de lo que me gustaría admitir. Pero ninguna se ha cumplido hasta ese día.

Día del homicidio

«No permitiré que acabes con tu miserable vida por tu cuenta, yo me haré cargo» Escuché una voz para nada familiar, la cual golpeó mi cabeza con una especie de arma o herramienta, no supe distinguir y caí al piso. «Espero que no descanses en paz» y se marchó.

No pude ver su rostro, ¿Cómo había entrado? Probablemente Leah dejo la puerta abierta luego de la discusión y de seguro olvide cerrarla. Pero ¿Por qué hoy?

Hoy publicaría oficialmente “Relato nocturno” la historia que Leah me habia contado, con un poco de mi parte agregando ficción y un final dramático. ¿Por qué hoy? Cuando por fin conseguiría algo bueno en mi repugnante e inútil vida. Caí devastado, con un horrible dolor de cabeza y un corte lo suficientemente profundo en mi brazo como para acabar con mi vida, pero pensaba salvarme, llamar a la policía, pero no tenía mi móvil.

— ¿Dónde lo dejé?—Pensé. Pero no lo encontraba por ninguna parte. De pronto reconocí la silueta de una mujer entrando en casa y robando uno de mis manuscritos. Intente pedir ayuda, pero fue inútil. Y de pronto, perdí el conocimiento y no solo eso, también perdí la poca vida que me quedaba.

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⏰ Última actualización: Oct 09 ⏰

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