「 𝐃𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝟐𝟎𝟏𝟎 」

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Oliver

«El año está por acabar y no he logrado nada de lo propuesto» -Pensé apenas me levantaba de la cama para ir a la escuela. Mi vida últimamente ha sido un desastre, la directora está harta de llamar a mis padres y yo estoy harto de tener que aguantar el sermoneo de ellos día por medio.

La psicóloga de la escuela me cita 2 veces por semana, le preocupa que esté sufriendo algún tipo de depresión solo porque he mencionado en 2 ocasiones que morir seria lo mas sencillo para acabar con todo. -y tenía razón o eso creía- sin embargo lo descarte por mi cuenta y seguí mi vida como todos los demás.

« Escribe Oli, escribe lo que sientes, he oído del profesor Rick que eres un gran escritor, sácale provecho.»- Mientras me sentaba en el escritorio, las palabras de la psicóloga hicieron eco en mi mente. Escribir, sacar provecho. No era bueno en nada, pero sinceramente me gustaba la escritura, era un hobby bastante anticuado, pero lo único que me sacaba de la rutina, de mis padres y de los problemas de mis amigos.

No quiero sonar como un mal amigo, pero sus vidas, sus secretos, son algo que me ha afectado intensamente. Primero fueron los cortes, luego los medicamentos, quería liberar esa carga, pero dañándome no lograba nada y lo sabía, entonces lo comprendí. « Escribe Oli... » Podía lograr algo con ello, sí que podía. « Sácale provecho »

****

Aún recuerdo mi primer manuscrito, una historia de romance que contemplaba un triángulo amoroso, pronto descubrí que no era lo mío. Mis pensamientos, mis ideas, mi dolor. Tomé una hoja en blanco y comencé a escribir lo que sentía, pero -siendo honesto- todo era horriblemente triste y aunque fuese la verdad de las cosas, verlo allí sobre un papel, hacía todo más grave, más profundo.

"Me llamo Oliver McFallen, tengo 15 años y sufro depresión. Probablemente mis mejores amigos también pero no lo saben. Sé sus secretos, pero ellos no saben los míos, los oculto, detesto que alguien más que yo sepa lo horrible que es ver a mamá golpeada todos los días, odia pensar en que alguien más podría saberlo. Me gustaría que todo fuese distinto, quizá tener una mamá tan liberal como la de Drake no sería tan malo, pero el saber porque es así me hace querer olvidar que alguna vez lo deseé. En cambio tener unos padres como los de Eri no harían una gran diferencia, también discuten todos los días y por desgracia la meten en medio."

Luego de escribir y releer por lo menos 20 veces lo que escribí, pensé mucho en que hacer aquel día, mis dos mejores amigos estaban ocupados pero sabía que el profesor Rick haría una de sus clases hoy y podría ver a Leah, una compañera del curso de Literatura. No éramos muy amigos, pero era interesante compartir y comentar sobre lo que escribía el otro. Ambos escribíamos sobre lo que nos pasaba, mi vida era deprimente y potente al mismo tiempo, mientras que la vida que Leah escribía era perfecta y sencilla. Pero como todos sus amigos, tenía un secreto que decidió contar a Oliver. Esto era distinto a lo de Drake, pero muy similar a lo de Eri, ¿Qué podría hacer con esa información? « Escribe Oli. » Recordó la frase de su psicóloga de confianza y lo hizo, escribió un relato, uno sombrío y oscuro.

«Felicidades Oliver, ganaste el primer lugar. » Solía escuchar a menudo, eso lo hacía sentir orgulloso pero como dicen, la realidad supera la ficción, lo que escribió no era nada comparado a lo ocurrido. Pero solo era eso, ficción para el resto y una realidad para sus amigas.

****

Las clases de literatura terminaron.- ¿Qué escribiste hoy Oli?-Preguntó Leah mientras salían del salón.

Lo medité un momento, «¿Qué había escrito hoy- Pensé. Le di vueltas y vueltas y en realidad no había escrito nada, más que dos líneas.

- Ten.-Le entregué una hoja casi en blanco. No es mucho, no me sentía inspirado hoy.

«Lo único seguro en esta vida, es que vamos a morir. Es por esto que la mejor motivación que deberíamos tener para vivir, es la misma muerte.»

Leah me miró extrañada.- ¿Hay algo malo?-Pregunté. Ella solo nego con la cabeza y me devolvió la hoja.

- Estás bastante deprimente estos días, ¿Ha ocurrido algo? ¿Algo que puedas y quieras contarme?.-

Me encogí de hombros y luego negué con la cabeza.

Después de eso, hubo un extenso silencio, para nada incómodo, llegaba a ser reconfortante. Y decidí romperlo.

- ¿Qué hay de ti?-Leah se encogió de hombros y me pasó su nota. «Nada interesante» Comentó.

"¿Cómo podría olvidar aquella noche? Mi padre había salido de fiesta y me quedé toda la noche cuidando de mi hermana menor. Ambas nos quedamos dormidas en el sofá y desperté debido al fuerte golpe que dió la puerta al cerrarse. Mi padre habia llegado más ebrio de lo normal y se acercó a mi con intenciones de..."

Decidí dejar de leer, sonaba a qué algo horrible ocurriría y no quería averiguarlo.- Ten.-Le extendí de vuelta la hoja y está la guardo en su bolsa.

****

Luego de caminar por un rato, se detuvieron en un parque, a pocos minutos de la casa de Leah. Oli tenia deberes pendientes, pero decidió hacerle compañía, hasta que se acercó la noche.

-Tengo que irme.-

Dije, mientras tomaba mis cosas y veía como el reflejo de la luna iluminaba los hermosos ojos verdes de Leah. Quedé maravillado, sentí mi corazón a mil por hora y finalmente me despedí de un beso en la mejilla.

- S-suerte, nos vemos mañana.-

Y antes de que pudiese decir algo, emprendí mi viaje a casa. «¿Qué es esto que siento

Leah era una gran chica, guapa, admirada por varios chicos de nuestro ciclo y del suyo, pues era un año mayor que yo. Sin duda una de las chicas más guapas de la escuela, sin dejar fuera a Eri, quien con su hermosa cabellera y carismática presencia, la hacía un objetivo para varios chicos.

Pero ví algo en Leah que jamás ví en Eri, la veía como una mujer y no como una amiga ni una chica cualquiera. Pero sabía que nada ocurriría entre nosotros, no lo quería.

Oculto en el HumoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora