Jin Aera, una figura destacada en JYP Entertainment, había abandonado su sueño de convertirse en idol hace años. A pesar de ello, su amor por la música la impulsa a componer y producir canciones para otros artistas.
Han Jisung es miembro del famoso...
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Aera estaba volviendo loca a su amiga Jimin. Había sacado alrededor de veinte conjuntos de ropa y aunque la rubia le dijera que le quedaban muy bien, Aera nunca se convencía del todo y cambiaba a otro modelo.
—Aera, llevas media hora eligiendo qué ponerte —dijo calmadamente Jimin, que quería que entrara en razón —. Ponte lo que sea, todo te queda bien.
—No lo entiendes, Jimin. Tengo que dar muy buena impresión.
—¿Y cambia si eliges en vez de un vestido verde uno rojo?
—¡Pues claro! Tiene que ser el conjunto ideal.
Aera seguía rebuscando en su armario algo para ponerse.
—Es que estoy segura de que tenía un vestido guardado por ahí...
—Si sigues entreteniéndote tanto, Han va a llamar a la puerta y no vas a estar lista —explicó —. Aún tienes que maquillarte.
—No me agobies más de lo que estoy —pidió —. ¡Aquí está! ¿Te gusta este más?
El vestido en cuestión era de color blanco y estaba ceñido hasta la cintura, donde se abría y se dejaba caer a lo largo de las piernas. Era arreglado, pero tampoco algo excesivo. Justo lo que necesitaba.
—Perfecto —opinó su amiga —. Póntelo ya, que vas a llegar tarde.
—Pero, ¿y si se ensucia mucho...?
—¡Aera!
—Vale, vale.
Aera estuvo la siguiente hora preparándose para la ocasión. Hoy era el día en el que conocería a los padres de Han, y tenía unos nervios en el cuerpo que no sabía cómo quitarlos.
—Creo que voy a tener que tomarme un poco de soju antes de irme —comentó la chica a Jimin, que le estaba planchando el pelo.
—Lo que faltaba es que fueras borracha a conocer a los padres de tu novio.
—Cierto, es una pésima idea. Simplemente, me relajaré y ya está.
—Es que no sé por qué estás tan nerviosa —dijo Jimin —. Yo he conocido a los padres de mi pareja y son muy amables. Por cortesía, pero lo son, que es lo importante.
—Es que quiero caerles bien de verdad, que no tengan que aparentar. Aunque si han investigado sobre mí y han visto el rumor que tuve con ese idol, no creo que les dé muy buena impresión —se acercó a un espejo y comenzó a pintarse los labios rojos carmín.
—¿Crees que a algo de hace tantos años van a echarle cuenta? —preguntó la rubia —. Obviamente que no.
—Eso espero, esto es muy importante para mí. Quiero que salga todo bien.
En ese mismo instante tocaron el timbre. Han estaba ya allí, preparado para recogerla.
—Dile que estoy lista en un minuto —pidió que le dijera Jimin a su novio.
