Capítulo 27

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Hoy era 25 de diciembre, y Aera se estaba preparando para hacer un maratón de películas y comer mucho helado

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Hoy era 25 de diciembre, y Aera se estaba preparando para hacer un maratón de películas y comer mucho helado.

Por razones más que evidentes, no iba a ir a visitar a sus padres, su novio tenía una presentación por lo que estaría ocupado, y su amiga Jimin estaba con su familia.

Así que, sí. Estaba completamente sola el día de Navidad.

Aunque no le dio mucha importancia, había mucha gente alrededor del mundo en su misma situación o incluso peor. No podía ser tan dramática.

Aera se colocó su pijama de renos favorito cubierto de pelo, se puso sus gafas, cogió una porción de la pizza que había calentado en el horno minutos antes y comenzó a ver varias películas.

Iba muy desaliñada, pero le daba completamente igual. ¿Quién la iba a ver? Prefería estar cómoda y sin pasar frío. Típico de esa época del año.

Estuvo alrededor de unas tres horas enganchada a la televisión. Había visto dos películas y lo único que quería era descansar su vista, sin embargo, su teléfono comenzó a sonar.

Era su madre.

Dudó en sí coger el teléfono o no. Finalmente dejó que el timbre cesara. Le daba pena y se le encogía un poco el pecho al hacerlo, pero seguía bastante enfadada con ellos.

Decidió despejar su mente y se puso a leer un rato un libro de poesía que le había recomendado Hyunjin: «그해 봄에». No habían pasado ni treinta minutos cuando el timbre de su apartamento sonó.

«¿Quién llama a estas horas?», se preguntó.

Con un poco de miedo, se acercó a su puerta y se asomó a la mirilla, llevándose una gran sorpresa al descubrir la persona que se encontraba fuera.

—¿Han? —preguntó extrañada —. ¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Así me vas a recibir? ¿Ni un hola o un beso? —dijo fingiendo estar dolido —. Déjame pasar, al menos, hace mucho frío fuera.

El cerebro de Aera funcionó a toda velocidad e invitó al chico a que entrara para que no se congelara.

—¿No tenías una presentación?

—Sí —afirmó —, ha terminado y he venido aquí.

—¿Y por qué has venido?

—Porque echo de menos a mi novia, aunque está claro que ella a mí no —dramatizó.

—No seas tonto —rodó los ojos —. ¿No te meterás en problemas? —dijo realmente preocupada por él.

—Qué va, lo importante ya había acabado. He pedido permiso para venir.

—¿Has venido tú solo?

—Me ha traído un mánager —contestó, y seguidamente enarcó una ceja—. ¿Por qué parece que no estás contenta de que esté aquí?

Music | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora