Capítulo 29

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Aera se despertó esa mañana con una sonrisa como siempre le ocurría cuando dormía con Han, sin embargo, al extender la mano para poder tocarlo y acariciarlo, no lo sintió

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Aera se despertó esa mañana con una sonrisa como siempre le ocurría cuando dormía con Han, sin embargo, al extender la mano para poder tocarlo y acariciarlo, no lo sintió.

Abrió los ojos y se dio cuenta de que no estaba en la cama, lo que era muy extraño, porque al idol le encantaba dormir y casi siempre era ella la que se despertaba antes.

Se levantó y se puso de nuevo su ropa, ya que habían pasado la noche anterior juntos en su apartamento, aprovechando que Jimin no estaba y nadie podía interrumpirlos, y se dirigió a su salón para buscarlo.

Lo encontró en la mesa de la cocina con un desayuno perfectamente colocado y él terminando de retocar algunas cosas.

—¿Qué es todo esto? —dijo extrañada, mirando todo su alrededor —, ¿y qué has hecho con el Han que conozco?

—Buenos días a ti también —respondió el chico irónicamente —. Te he preparado el desayuno.

—¿Tú? —enarcó una ceja.

—¿Qué es lo raro? —la intensa mirada de su novia no lo dejó mentir mucho más y confesó —: Vale, lo he pedido a domicilio.

—Menos mal —bromeó, aliviada —, si no cualquiera se comía eso.

—¡Oye!

—Lo siento, cariño, pero es la verdad —admitió con voz suave, sin la intención de herirlo —. No sabes cocinar bien.

La mente de Han, en cambio, no prestó atención a la frase y se quedó con una palabra que lo había impresionado.

—¿Me has llamado cariño?

—¿Qué? —se sonrojó al darse cuenta de lo que había dicho —. ¡No!

—¡Lo he escuchado! —dijo, con una sonrisa muy feliz, aunque su novia no quisiera admitirlo.

—¡No es verdad!

—Repítelo —pidió, ignorando las quejas de su novia.

—No voy a repetir algo que no he dicho —insistió, aún más colorada —. Te lo has imaginado.

—Estoy completamente seguro de lo que he escuchado —dijo —, y me ha encantado.

—Bueno, vamos a desayunar, que se enfría —Cambió de tema radicalmente. Él lo dejó pasar, aun con el corazón un poco acelerado.

Se sentaron ambos a comer y, como estaba claro, los platos estaban realmente buenos. Estaba segura de que eran de un buen restaurante.

—¿Y a qué viene esto? —preguntó la chica, señalando la comida —. ¿Alguna fecha importante que haya olvidado?

—Eso me suele pasar a mí —admitió —. Es un regalo por la víspera de nuestro aniversario.

—¿Víspera?

Music | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora