Capítulo 14

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Había pasado una semana desde que Han y Aera hablaron por última vez

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Había pasado una semana desde que Han y Aera hablaron por última vez. La chica se había aislado completamente en su habitación y solo salía para comer. Su compañera Jimin había intentado animarla, pero sin éxito. Incluso a ella no le había contado qué había pasado la noche de su gala, pero se lo imaginaba, porque la rubia sabía que Aera cambiaba de emociones según lo bien o mal que estaba con su chico.

Aera sabía que huir de sus problemas estaba mal. Con la ira había reaccionado de la manera incorrecta y era completamente cociente de que no llevaba la razón. Era cierto que su cicatriz le generaba una inseguridad extrema, pero a fin de cuentas era Han, su novio, y algún día tendría que verla. El problema era que alargó ese momento demasiado y terminó enterándose de una manera precipitada y cuando Aera no estaba lista para contarlo.

Su ira se había calmado, ya veía las cosas desde otra perspectiva y sabía que tenía que pedirle perdón a Han, pero le daba miedo. Necesitaba pensar las cosas un poco más.

—Voy a pasar, Aera —avisó su compañera desde la otra parte de la puerta —. Traigo tu comida.

Aunque no se lo hubiera dicho, Jimin había sido un gran apoyo esa semana. Seguía estando triste, pero su amiga había evitado que se derrumbara completamente y si llegaba a ese punto no habría vuelta atrás.

—¿Por qué cuando algo se sale de lo que tenía planeado lo alejo de mi vida? —confesó después de varios minutos a Jimin, que estaba sentada a los pies de su cama mientras esperaba a que terminara de comer —. ¿Por qué me da tanto miedo lo que opinen de mí los demás?

—Tienes que contarme lo que ha pasado para poder entenderlo, Aera.

Con voz temblorosa, la chica empezó a relatar todo lo que había ocurrido ese día mientras Jimin intentaba calmarla abrazándola en todo momento.

—Me siento fatal, Jimin —lloriqueó —. Él solo quería ayudarme y yo he reaccionado así...

—Tranquilízate, Aera. Es normal que te haya superado la situación, lo has pasado muy mal con esa cicatriz. Solo que deberías saber que Han no es como todos, nunca te hubiera dicho algo malo.

—Si lo sé, eso es lo peor. Cuando me vio por la mañana no me miró con asco —explicó —. Sus ojos brillaban al verme en su cuarto, pero es que mi cabeza solo me decía que tenía que irme de allí.

—Tienes que hablar con él, contarle toda la historia detrás de ella. Lo entenderá.

—¿Sabes lo enfadado que tiene que estar conmigo? No puedo ir sin más a verle después de no hablarnos por una semana.

—Pues escríbele un mensaje, para tantear un poco.

Aera cogió su móvil y se dio cuenta de que tenía un mensaje acumulado de Han del día anterior. Había estado tan metida en sus pensamientos que ni revisó su teléfono.

Lo sorprendente del mensaje es que era un audio de aproximadamente unos tres minutos, pero lo fue aún más cuando le dio a reproducir y la voz de Han empezó a sonar.

Music | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora