𝐈𝐋𝐋𝐔𝐒𝐈𝐎𝐍 [JJK] ˢᵃᵗᵒʳᵘ ᵍᵒʲᵒ

25

Ojos completamente morados observaron a su semejante en el suelo, proveniente de su antepasado. El Ojo de Haruki Igarashi flotó hacia la mano de su nueva dueña. 

Y de un solo movimiento, Airi Igarashi lo absorbió. 

Las técnicas se almacenaron en su cerebro, pero ella lo ignoró. A ella solo le importaba una cosa.

Airi Igarashi se acercó al cubo en el suelo. Observó los ojos completamente azules en él y sonrió levemente. 

-Realidad Alterna. -el mundo se onduló a su voluntad. -Ábrete y libera a tu preso. 

La Prisión Confinadora, que solo obedecía las órdenes de Suguru Geto, fue obligada a doblegarse ante Illusion. 

De esa forma, Satoru Gojo fue liberado de su cárcel. 

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Suguru Geto no esperaba volver a despertar. Recordaba perder la sensibilidad de su cuerpo, el frío, el cielo anaranjado y los ojos azules de su mejor amigo. Recordaba la promesa que escuchó, recordaba haber muerto en los brazos de una de sus personas preciosas (sin darse cuenta de que había sido el quiebre de lo que era su pequeña familia). Y luego la negrura lo recibió.

Hasta que fue consciente, de nuevo. Y notó a Satoru Gojo siendo sellado. Su mejor amigo, de rodillas. El hombre más fuerte del mundo de hechicería doblegado. No igual, sometido. Se sintió tan tan incorrecto que Suguru Geto no pudo evitar despertar.

La sensación de no poder controlar su propio cuerpo fue abrumadora y desconocida. Pero no se dejó aturdir y siguió con su cometido. Expulsar o matar a ese parásito que controlaba su cuerpo. 

Falló.

Los restos del alma de Suguru Geto no eran suficientes para resurgir de sus cenizas y hacerse con su cuerpo de nuevo por lo que fue arrinconado a su subconsciente de nuevo. El hechicero iba a revolverse de nuevo cuando notó una nueva presencia y la tensión de su hospedador.

Suguru reconocería esa energía maldita en cualquier lado.

Airi Igarashi había llegado.

Y Suguru Geto confió en su compañera para que detuviese a ese parásito bastardo que ocupaba su cuerpo, incluso si aquello significaba terminar de nuevo con su vida. 

Él no permitiría que nadie perturbase la vida de su familia, ni siquiera él mismo.

Por eso, él esperó y se retiró durante los minutos que Airi necesitó para llegar. En el momento en el que la sintió delante suyo, volvió a luchar. Pero fue algo más sutil, no peleó activamente, sino que sintió sus extremidades una por una hasta que pudo sentirlas todas sin que su parásito se diese cuenta. Y cuando su mejor amiga lo notó y le ayudó con su hechizo, Suguru Geto volvió de la muerte.

Sin saber los años de vida que le habían costado a Airi Igarashi al alterar de aquella forma la realidad.

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