𝐈𝐋𝐋𝐔𝐒𝐈𝐎𝐍 [JJK] ˢᵃᵗᵒʳᵘ ᵍᵒʲᵒ

15

Justo cuando terminé con la maldición de grado especial (de la cual aún ni sabía el nombre y sería recordado siempre como Tronco Humano) el velo encima nuestro se destruyó. No tenía ningún reloj a mano, pero Satoru debía haber tardado unos buenos 15 minutos. Se estaba oxidando, la barrera ni parecía ser tan dura de roer. Bufé y me giré hacia los dos pasmados estudiantes y sonrí levemente ante la cara con brillos de Yuuji.

-Tan increíble...

-Tiene mi respeto, Igarashi-san. Esa maldición no era fácil de exorcizar. -tiré mi pelo hacia atrás.

-Gracias, gracias. -en ese momento, sentí de nuevo la energía maldita de Tronco Humano. Me giré y la vi allí reformada de nuevo como si nada.

-Imposible. -mi reacción inmediata fue justificada. Era imposible sobrevivir a Cosmos Ilusorio, el pináculo de Illusion junto a Realidad Alterna. Cosmos Ilusorio desvanecía la realidad, hacía lo imposible. Desvanecía lo que se deseaba hacer desaparecer encerrándolo en una fantasía. Era inverosímil la sola idea de poder escapar. 

¿Y reaparecer en la realidad cuando ya habías sido desmaterializado?

Imposible.

El solo hecho de que existiese la posibilidad de alterar la realidad ya era algo incomprensible, ¿pero rehacer lo inexistente?

Eso era algo inimaginable.

Por eso mi asombro. 

-¿Que mierda? -siseé. -Tú... tú no existes. No puedes ser real. 

-Airi Igarashi... Tú técnica va en contra la naturaleza, y la madre naturaleza ha decidido que una hechicera como tú no debería existir.

-Sí, sí. Eso ya lo sé, me lo han repetido miles de veces. -rodé los ojos, empujando toda mi incredulidad al fondo de mi mente. -Ahora, ¿explícame cómo aún sigues aquí? -mis ojos brillaron, debatiéndome si debía extender mi dominio o eso tampoco serviría y tendría que exorcizar esa cosa (porque si no podía ser desvanecido de la realidad, ¿qué más podía ser que un monstruo? Eso era aún más antinatural que las maldiciones) a la vieja usanza. 

La flor en su hombro se empezó a abrir y me preparé para un estallido de energía maldita.

-Los dos, fuera. ¡AHORA! -grité a los dos adolescentes, aquello se iba a poner chungo rápido.

Había terminado de jugar. 

Iba a tirar el maldito control de daños por la ventana, necesitaba destruir a esa cosa, en ese mismo instante. 

No hubo un estallido de energía maldita y eso me inquietó aún más, la duda de no saber lo que iba a pasar me carcomía por dentro. Pues nunca, en todos los siglos del clan Igarashi, había ocurrido aquello. Nunca habían podido negar Illusion, y esa opción no empezaría a estar en la mesa, me aseguraría de ello. 

De la flor surgió un ojo. 

¿Qué?

Lo miré más atentamente antes de notarlo.