Aventuras en Manga-Matsuri II.

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- No sabes lo agradecido que estoy. – Declaro Mantis ya en una sección segura. – Deberían poner un letrero de advertencia para que uno no entre en esos lugares.

- Lo hay. – La chica apunto a un letrero de tamaño regular justa al inicio de la sección donde había un hombre con un traje de maid con orejas de gato que anunciaba que era zona BL.

- No es lo suficientemente grande, ni claro. – Replico el chico con un puchero.

La chica se rio y se dio vuelta dispuesta a irse.

- Oye. – La detuvo el chico. - ¿Quieres comer algo?

- ¿Enserio quieres comer algo con la "chica de gustos cuestionables"?

- Ángel de gustos cuestionables. – La corrigió. – Pero sí. Quién esté libre de pecado que lance la primera piedra, ¿no?

Para su sorpresa la chica asintió y caminaron juntos a la sección de comida pidiéndose unos fideos instantáneos cada uno.

- ¿Por qué llevas un traje de Kill Bill? – Lo cuestiono su invitada.

- Es de Bruce Lee. – La corrigió serio.

- No.

- Si.

- Que no. – Insistió. – El de Bruce Lee no tiene un cierre adelante. – Explico mostrándole una foto comparativa de ambos trajes.

- La señora Lee me engaño. – Acepto para su pesar mirando la foto.

Ella se volvió a reír.

- ¿Sigues en la escuela? – Siguió haciendo conversación.

- Sí, estoy en segundo año. ¿Y tú? No es para ofender, pero creo que eres algo mayor que yo.

- Así es. Tengo veintidós años. – Asintió serena. – De hecho, estoy aquí por trabajo.

- ¿En qué parte de tu trabajo entras las historias de dos hombres besándose y demás cosas? – Cuestiono.

- En toda. – Asintió para sorpresa de Mantis. – Trabajo en una editorial, busco nuevos talentos para publicarlos. Ahora me encuentra en la sección BL, aunque me gusta, espero poder moverme a alguna sección más popular o que al menos pueda hablar de las historias que he ayudado a publicar a mi familia. Sería bueno darles alguna razón para que se sintieran orgullosos de mí.

- Tu trabajo es increíble, llenas de alegría a los que ayudas a publicar. Deberían de por si estar orgullosos de ti.

- No conoces a mis padres. – Lo corto volviendo la vista a su comida. – No deben estar ni la mitad de orgullosos que los tuyos "Niño becado en Pekín"

Mantis se rio nervioso.

- Es una pésima mentira. – Siguió la chica ya terminando su camina. – Y no la necesitas. Tampoco esas frases malas de conquistador.

Mantis la miro interesado.

- Eres divertido y encantador sin esas tonterías. Pase un rato agradable contigo. – Siguió la chica. – Gracias por la comida, pero no quiero ir a la cárcel, tu entiendes.

Mantis asintió lentamente mientras ella se iba.

Sintió como si alguien golpear su cabeza y prácticamente salió a por ella.

- Tu nombre. – La alcanzo. – Al menos dame tu nombre.

- ¿Ángel de gustos cuestionable no basta?

- Soy Mantis. Y cumpliré la mayoría de edad en un año y nueve meses... Más o menos.

La chica busco entre sus cosas sacando una tarjeta donde se veía su nombre y datos de contacto.

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