El siguiente lunes.

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- ¿Están consiente de lo que hicieron? – Pregunto el director Rhino muy serio junto a la profesora Mei Ling que secundaba todo lo que decía. – No solo presentaron una "Obra" Sin ninguna autorización, ni supervisión docente, sino que está también incluía algunas escenas implícitas de mal gusto, además de que el señor Po se vistiera como una mujer, y ni siquiera quiero mencionar que también destruyeron material escolar. – Apunto la cadena rota. Vibora estuvo a punto de decir algo. – Soy consciente del incidente del club de teatro, pero no existe justificación a lo que hicieron. Fueron irresponsables con su seguridad y al de los demás.

Estaban todo, hasta Fung con sus amigos, mirando al suelo.

- La mayoría de ustedes tienen algunas faltas menores, pero no me lo esperaba de Ustedes: Grulla, Vibora y Tigresa. – Siguió el profesor. – Sus hojas estaba impecables y sé muy bien que querían postular a las mejores universidades del país y a la escuela de oficiales del ejército ¿Ahora como lograran eso? Nadie los va a querer cuando lean en sus expedientes este caso de insubordinación extrema.

- No culpe a todos, profesor. – Intervino Grulla. – Fue mi idea y...

- ¡Todos participaron! – Lo detuvo furiosa Mei Ling. – ninguno tenía un arma en su cabeza, sino entre sus manos. Si, vi el daño que hicieron en los casilleros de los camarines. – Siguió parecía molesta, pero en el fondo disfrutaba regañar aquellos adolescentes. – Todos son igual de culpables. Así que no se haga el héroe, señor Grulla.

- Ustedes nos obligaron a actuar así. – Soltó Tigresa ganándose una mirada de alarma de sus compañeros. – El profesor Croc sabia del abuso que cometió la profesora Mei Ling con nosotros, como jugo sucio a la hora de entregar los papeles en la obra oficial. Y no hicieron absolutamente nada.

- ¿Qué abuso? Usted fue quien me propuso eso, señorita Tigresa. – Contradijo la profesora notablemente nerviosa.

- Propusiera lo que propusiera, usted en la profesora y no debió aceptar nada. – Intervino Po ganándose una mirada de odio de la profesora.

- Además, quedaba poco más de un mes para presentar ¿Qué podíamos hacer? – Siguió la docente ya furiosa.

- Nosotros diez preparamos una obra en ese tiempo. Los únicos que practicaron sus diálogos antes fueron Víbora y Mono. – Insistió la chica con una sonrisa ladina. - Todos los demás practicamos, e hicimos el escenario y el vestuario mientras seguíamos estudiando para el resto de las clases. No excuse su inacción.

- ¿Inacción? No dejare que me hable de esa manera tan irrespetuosa. – El director estaba rojo de la ira.

- ¿Irrespetuosa? Si usted nos llama y no nos impone un castigo directamente es porque quiere que nos defendamos; pues eso hago. – Replico con su última gota de paciencia. – Además nosotros jugamos justamente, le dimos a los demás la elección de elegir la mejor obra y ellos eligieron la nuestra. Estábamos en la escuela, si nos hubieran querido detener era cosa de acercarse al gimnasio y nunca lo hicieron. Eso me hace pensar que todo este escándalo es por el ego lastimado de la profesora. Todo este escándalo lo provoco ella.

- ¿Quién se cree que...? – Vocifero la profesora ya sin paciencia.

- Si nos van a dar un castigo háganlo de una vez. Estamos perdiendo clases. – Termino la pelirroja.

Se creó un silencio glaciar en el despacho.

- Esta bien. – Soltó el hombre mayor. – Lo dejare pasar esta vez sin consecuencia alguna por la buena publicidad que nos dieron, hasta mi primo que vive en la capital vio parte de la obra y me felicito. Jamás habíamos conseguido una publicidad tan viral... Que fuera buena.

High School PeaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora