Capítulo 22.

20 2 100
                                    

👹👹👹

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

👹👹👹

Nick

Me pregunto de donde saqué la valentía de contestarle así a Leonardo. Escapé, fui un cobarde y lo evité toda la clase y al final. Dios, no tenía por qué decirle eso ¿por qué dije eso? Pensando en por qué me pase de pendejo en ese momento, buscaba las llaves del departamento, aún tenía tiempo de sobra, pero ese tiempo lo usaba para charlar con Verónica.
Me detuve en mi mesita de noche, observé el anillo de papel en su cajita abierta y la nota a su lado con la referencia de Paper Rings de Taylor Swift. No, no te distraigas, el Nick responsable ha hablado, tengo que ir a hacer prácticas. Llaves, llaves, ¡llaves! Las encontré en la mesa de la cocina, las tomé, tomé mi mochila y abrí la puerta con calma.

—Creí que tendría la molestia de tocar la puerta.

—Te tomaste la molestia de venir hasta mi departamento, dos veces —cierro la puerta tras de mi observando a la rubia con vestido escotado y labios pintados en un rojo intenso, muy chingame la vista —llamar a mi puerta no hubiera hecho diferencia alguna. —me encogí de hombros mirando a Amber detenidamente.

—No me interesa no te creas tan importante. —atacó.

—Si no te interesara no estarías aquí. —contraataque.

Amber endurece su mirada, mis ojos dan a parar a su dedo donde hay un anillo de compromiso. Esta mujer está casada y aún así tiene el descaro de decir que viene a recuperar a Leonardo.

—Puedes dejar en paz a Leonardo, ya estoy yo aquí. Lo que sea que tengan, puedes dejarlo. Estaremos  juntos otra vez. —confesó.

—Si eso es cierto, entonces ¿por qué estás tan desesperada en hablar conmigo?

—Escucha Niño —Amber da dos zancadas amenazantes.

Me pongo alerta y acomodo mi postura. Me enderezo en mi lugar y levanto la barbilla —No, tú escucha, anciana—Gruño y Amber jadea sorprendida. No me intimida y quiero dejárselo en claro. Es una ex, no me importa lo que diga, yo confío en él con los ojos cerrados —Déjalo tranquilo, eres una mujer casada —señalo el anillo en su dedo anular —quiérete un poco, no importa lo que hagas, él está conmigo ahora —proclamo y continuo —No me agrada pelear por hombres, es una tontería, pero me has sacado de quicio —y Justo lo que estoy haciendo ahora es pelear con su ex esposa, pero bueno, ella no tiene nada que estar haciendo aquí. Si buscas, encuentras —Tuviste tu oportunidad ¿no la aprovechaste? Ese no es mi problema. —destaco con tono gélido.

—Se te olvida algo muy importante —me quedo en silencio, esperando que hable —eres un hombre. Leonardo quiere hijos, una familia. Algo que tú no le puedes dar, en cambio yo, si.

¿Familia? Leonardo jamás me había comentado sobre hijos. El es mayor que yo, no me sorprendería que en algún momento los quisiera.

—Piénsalo, podrá estar contigo hoy pero ¿y luego? —se burla —cuando quiera tener hijos necesitará de una vagina. Una mujer. De mi. Veremos cuánto te dura tu romance entre hombres cuando él quiera tomarse en serio su sueño de tener una familia. —desafía severa. Se da la media vuelta y me deja ahí pasmado, Pensando y con la palabra en la boca.

Serendipia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora