EPISODE TWENTY-FOUR

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Es mejor arriesgarse~


Aunque en la vida en algún momento parezca que estás tranquila, cuando estás en paz, tus planes salen y parece que todo está tu favor es cuando lo peor llega, las pruebas más difíciles y la hora de que la vida te ponga apruebe, y aunque piensen que es algo "negativo" es lo mejor que te puede pasar, después de la tormenta llega el sol ¿no?, bueno eso es lo que sucede, y estoy a punto de entrar a la tormenta, pero el sol... nunca se sabe cuándo llega...



MAY/09/23

Regresaba de la universidad, un dia comun, nada malo o negativo pasaba, aunque el estres por la tarea que se acumulaba poco a poco en mi agenda me daba algo de ansiedad y no lo quería pero no podía evitarlo más que haciendo los deberes.

Entre al departamento, todo parecía normal, un dia soleado y las cortinas oscuras solo dejaban un poco de luz de los extremos de estas y el departamento parecía oscuro pero no por completo.

Entre a mi habitación, dejé mi mochila y cambie de ropa, mi padre al parecer estaba en su habitación, de nuevo salí de mi cuarto y fui a la cocina, tenía hambre y mi alimentación estaba mejorando, no arruinaria el proceso.

Buscaba algo de comida en la alacena, al parecer mi padre no había cocinado, no me molestaba pero su costumbre de hacer la comida siempre me había acostumbrado y me extraño que hoy fuera la excepción. Pensé alguna excusa imaginaria en mi cabeza del por que no había hecho comida y empecé a hacer  la mía sin preocupación. 

Mientras cocinaba cuche la puerta de un cuarto abriéndose, "es mi padre" pensé y no me di la vuelta, seguí con lo mío, mientras cocinaba escuche su voz hablarme.

—Hija, no sabia que ya habías llegado...— dijo mi padre con un tono normal y tranquilo, yo me voltee para mirarlo con mi plato en mi mano.

—Fui silenciosa.— dije y asenté mi plato en la barra de mármol negro, tome asiento en la silla alta y redonda.

—Perdon por no hacer la comida, estuve.— dudo. 

—algo ocupado.— dijo lento y aun pensando sus palabras. yo asentí sin preocupación mientras metia a mi boca algo de comida.

—Saldré a hacer unas cosas hija.— avisó mi padre.

—Bien. Me sorprende que te aprendiste las calles más rápido que yo— dije mientras lo miraba.

—Me acostumbro rápido.— dijo y se paró del asiento, se acercó a mí y dejo un beso en mi cabeza, yo lo mire y sonreí. Empezó a caminar hacia la puerta y se fue. 

Después de un rato termine mi comida, tenía tarea y debía hacerla es era mi plan, mi tan detestable plan. Lavaba mi plato de la comida cuando escucho un sonido de música.

Reconocí el sonido, era el teléfono de mi padre, alguien lo llamaba. —¿no había llevado su celular? pensé. camine hacia la mesita redonda donde estaba asentado su celular, lo tome y vi la llamada.

Un número no registrado llamaba, no sabía quién era, estaba apunto de contestar la llamada para decir que mi padre no estaba cuando este paro, el tiempo de la llamado acabo. Al quitar el fondo de la llamada su pantalla principal me inundó.

ES MEJOR ARRIESGARSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora