EPISODE TWENTY-NINE

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Es mejor arriesgarse~


Mi corazón se inundó de euforia y sentimientos mientras que mis ojos clavados en esa mujer de hermosa piel pálida estaba, nostalgia llegó a mí, ella solo estaba observándome, mi mirada recorrió de pies a cabeza con una sorpresividad en ella, era ella la mujer que me cuido en mi pasado, es ella la persona en la que yo buscaba refugio del monstruo de mi madre, es ella donde yo me sentía a salvo. Fue ella que se alejó sin decir nada dejándome sola y desolada en esa enorme casa, pero por más malo que fuera eso no le guardaba rencor ni odio, todo lo contrario. Al verla me sentí tan vulnerable como me sentía cuando era chica, me sentí débil me sentí como si otra vez fuera una niña, una niña lastimada y en busca de que su madre la amara, en busca de que su madre la notara, una niña que vivía en constante riesgo y lo único que quería era no arriesgarse más...

—Entonces no piensas hablar...— la voz de mi padre hablándole a mi tia surgía, yo solo escuchaba y mis ojos seguían mirándola con determinación, ella en el sofá mirándome y yo  enfrente suyo  sin decir nada mi tia miro a mi padre y habló.

—Déjame hablar a sola con mi sobrina— su voz dulce y suave me tranquilizo y recuerdos trajo a mi. Mi padre me miró y luego a mi tía unos segundos para luego asentir y retirarse. Ahora era mi tia y yo. Ella movió su mano y dio unas leves palmadas al sofá..

Me senté a su lado, un silencio que duró unos segundo ya que yo hable.

—¿Qué fue lo que pasó tía? ¿Por qué mi madre es así? — le hable casi sin pensar, como si estuviera agotada y cansada de todo esto, pues lo único que quería eran respuestas.

—se que en este momento tienes muchas preguntas en tu cabeza, muchas dudas, muchos conflictos sin resolver y aunque me gustaría ayudarte a resolver todo esto la verdad es que no puedo. — su tan melancólica voz con un tono de sensibilidad me hipnotizaba y sus palabras me desechaban y llenaban de angustia.

—Solo quiero saber la verdad— dijo con decepción y tristeza, también con despecho pues ahora era pesimista me di por vencida y supe que nunca sabría la verdad y ante todo eso fue lo único que pude decir.

—¿si sabes la verdad, te ayudara a resolver el conflicto de ahora? — dijo. Un momento de silencio en el exterior y ahora igual en mi cabeza, como una luz en un túnel, estaba tan metida en mis pensamientos, tan desordenada y tan adentrada en querer "saber la verdad" tenía que admitir que lo que buscaba era el por qué... el por qué sentía tanta tristeza en mi corazón al pensar en cómo mi madre me trataba, el por qué mi madre no me amaba...

—Lo siento tía. — mi mirada clavada al suelo. —No pidas disculpas vida mía, esto no es lo que querías yo lo sé, pero debes de saber que las respuestas llegan en el momento indicado. — dijo mi tía poniendo una mano en mi espalda y acariciando esta. Tal vez podría saber por que mi madre me buscaba, pero si lo supiera. ¿me ayudaría a pararla?

Era como si volviera a hacer una niña, triste y vulnerable, buscando el amor de madre en su sola tía.

—¿Cuándo será el momento indicado? —

—nunca sabes cuándo lo será vida mía, no sabes cuando será el momento indicado, algunas veces hay que dejar de cuestionarse y esperar una supuesta respuesta sin necesidad de crear una supuesta pregunta. —

—¿Por qué supuestas? —

—ocasionalmente hay cosas que no se deben de preguntar, hay cosas que son simples palabras, y tú lo que quieres, deseas, anhelas, es la verdad y dime ¿quién te dice que es la verdad? — la mire unos segundos y sin decir ninguna palabra la abrace...

ES MEJOR ARRIESGARSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora