11. Trato

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Harry no se despegó de Draco durante ese fin de semana. El muchacho aún no había despertado, pero se mantenía quieto y respiraba con regularidad, a Harry le recordaba a las princesas encantadas de los cuentos.

Durante ese tiempo se había encargado de memorizar cada rasgó de su cara, sostenía su mano y le hablaba en susurros pidiendo que regresará a el.

Habían llamado a sanadores de San Mungo pero tampoco habían podido hacer nada por Draco. No creyeron conveniente llevarlo al hospital debido a que no sabian lo que pudiera causarle el traslado. Snape se había dedicado a desmontar el collar, y por medio de hechizos y correspondencias mágicas trataba de realizar un antídoto.

Dumbledore había llegado el domingo casi al anochecer, le habían dado aviso pero debido a las tareas que estaba realizando fuera del colegio no había podido regresar hasta ahora. Llegó acompañado de Snape y como todos paso a realizar una verificación mágica por medio de su varita. Después pidió a Harry volviera a contarle lo que había pasado. Una vez que Harry terminó dijo:

- No te preocupes Harry, el joven Malfoy se recuperará. Es su magia protegiéndolo lo que lo mantiene así.

-¿Protegiéndolo?

- Como sabes la magia no tiene color, todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior aún que es cierto que regularmente la balanza termina inclinándose a un lado u otro, en el caso de señor Malfoy curiosamente su balanza está demaciado inclinada hacia la luz, por lo que repele cualquier contacto con magia oscura. La magia dentro del collar prevalece sobre él pero sin tocarlo ya que la suya lo cubre como una burbuja, eventualmente disminuirá hasta desaparecer y entonces su magia dejara de actuar así permitiéndole despertar.

- ¿No hay nada que hacer para acelerar el proceso? - pregunto Harry.

- La paciencia es una virtud que muy pocos poseen - respondió Dumbledore con una sonrisa-. Pero en este caso afortunadamente no tendrá que esperar por tanto, los antídotos que se le han administrado están haciendo efecto por lo que no me sorprendería que muy pronto se despertara.

Harry sonrió y tomo la mano de Draco.

- Profesor, ¿puedo hablar a solas con usted? - le dijo.

- Severus déjanos por favor.

Snape salió y cerro la puerta.

- ¿Por qué le mintió a Draco? Dijo que sus padres serían rescatados hasta Halloween, pero en realidad lo hicieron hace días.

- Quería darle tiempo para despedirse -contesto con tranquilidad -. Como pudiste ver, que siga aquí es un riesgo no solo para él si no para los que estén cerca. Creo que no hemos podido hablar de lo importante que resulta la misión que tengo para ti, esperaba poder hacerlo explicártelo poco a poco a lo largo de nuestras sesiones, pero viendo como te aferras a este muchacho creo que es necesario poner las cartas sobre la mesa. Todo lo que te he mostrado y que planeo seguir haciendo, es en pos de que comprendas perfectamente al enemigo al que deberás enfrentarte. Debes saber que destruirlo no será tan fácil como esperar tu oportunidad y lanzar una maldición, su muerte se compone de fragmentos que deberán ser destruidos antes de realizar el golpe final. En este punto, Harry, soy yo el que más lamenta las perdidas que has tenido, pero es mi deber guiarte para que concluyas con éxito la tarea que se ha puesto sobre tus hombros. No quisiera quitarte más cosas de las que has perdido, pero comprenderás que es necesario alejar cualquier distracción que pueda desviarte de tus propósitos.

Harry cerro los ojos mientras se aferraba a la mano de Draco, "aún no" pensó. Respiro profundamente y con toda la calma con la que fue capaz de dirigió al Director.

- Draco no es una distracción. Pero llevárselo e incomunicarme con él si lo sería. Usted mismo ha dicho que falta más información que debe transmitirme, por lo que le pido que hasta llegar al final le permita quedarse.

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