First
Escondidos en uno de los cubículos del baño de la escuela, devoro la boca del pequeño Khaotung. Sus manos son dos puños que se agarran con fuerza a mi camisa escolar mientras yo lo acorralo con mi cuerpo contra la pared. Acaricio su abdomen y su cintura porque me encanta cuando tiembla entre mis manos. Llevamos enrollándonos más de dos meses, pero Khao se sigue poniendo nervioso y eso... eso me vuelve loco. Me separo un poco de él para poder verle la cara. Como siempre, está colorado por la sesión de besos y su respiración está entrecortada. Alza sus preciosos ojos de gato y me mira ansioso.
- ¿Estás bien? - me pregunta tímidamente.
- Lo estoy - acaricio su mejilla y no sé cómo es posible, pero se sonroja aún más.
Vuelvo a besar esos labios tentadores que se gasta. Khaotung no es consciente de lo sexy que es. Tiene una cara preciosa, con esos ojos rasgados que lleva tapados por un perfecto flequillo, una nariz redondita y esas mejillas regordetas que no me canso de besar. Su cuerpo es menudo, casi como el de un niño y como es más bajito que yo, tiene que ponerse de puntillas para besarme, lo que lo hace completamente adorable.
Me río internamente porque nunca me imaginé que él y yo pudiéramos acabar así. Nosotros nunca hemos sido amigos cercanos, y aunque estamos en el mismo curso, no vamos a la misma clase. Pero tenemos amigos en común. Khaotung tiene dos amigos íntimos, Gun y Book. Siempre van juntos a todas partes y me consta que son amigos desde el jardín de infancia. De la misma manera, Off y Mark, son mis mejores amigos desde que tengo memoria y hacen que mi vida valga la pena cada maldito segundo. Para mí, no hay nadie más importante que ellos dos. Mark, Off y Gun pertenecen al club de teatro, de ahí que todos nos conozcamos entre nosotros.
Después de la última función de navidad, los seis nos fuimos a celebrarlo a una discoteca y fue esa noche cuando le robé su primer beso a Khao, en un baño como este.
Desde ese día, cada tarde, después de las clases, nos escapamos para poder estar juntos. Al principio sólo fueron unos inocentes besos, pero poco a poco, nuestros cuerpos hormonales quieren más y más, así que, cada vez que tengo la oportunidad de encerrarme con él en algún cuarto oscuro, no la desaprovecho. Y yo no aguanto más las ganas de acostarme con él. Para muestra, la enorme erección que tengo ahora mismo.
A ver como coño salgo yo ahora así de este baño.
- Creo que deberíamos volver a clase - propone Khao.
- Pequeño - agarro una de sus manos y me la acerco al paquete. - Ahora mismo me resulta imposible - me río y él se revuelve.
Sus ojos se desorbitan y su boca se abre con sorpresa. Empiezo a entender que realmente no es consciente de lo que provoca en mí. Va siendo hora de que se dé cuenta.
- No huyas - le agarro de la nuca y beso su cuello con parsimonia. - Debes hacerte responsable de mi... - susurro en su oído. - ... problema - me miro la entrepierna. - Al fin y al cabo, tu eres el único responsable...
- ¡First! - me empuja muerto de la vergüenza.
- ¿Qué? - me río. - Eres tú quien hace que me excite así - vuelvo a acorralarle colocando mis manos a ambos lados de su cara y mi boca a escasos centímetros de la suya. - Y yo... ¿te excito, Khaotung?
- Déjame salir - me suplica.
- Contéstame primero, pequeño - me pongo serio.
Se queda pensando un momento e inconscientemente se muerde los labios, nervioso. Ni se imagina lo que provoca en mí. Finalmente me mira con el ceño fruncido y me empuja con el pecho, pillándome por sorpresa.
- Yo... - parece estar buscándolas palabras adecuadas. - Yo... te deseo - me dice antes de salir del baño a todo correr y dejándome con una sonrisa enorme en los labios.
Niego divertido, mientras me desabrocho el pantalón. Me hago una paja rápida y en menos de cinco minutos, estoy de vuelta en clase.
- ¿Dónde has estado? - me pregunta Off nada más verme.
- Tenía algo que hacer - me siento a su lado.
- Últimamente, siempre tienes cosas que hacer - dice Mark, con ese tono de voz insoportable que pone para tocarme los huevos.
- ¿Te estás viendo con alguien? - Off, que me conoce mejor que nadie, lleva un tiempo con la mosca detrás de la oreja, el muy hijo de puta. - ¿Te has sonrojado?
- Sí, claro - ladro de manera sarcástica.
- Hay algo que no nos estás contando, colega - insiste Off justo antes de que entre el maestro, librándome así de tener que seguir aguantando sus suspicacias.
[...]
Después de terminar las clases, los tres salimos a toda velocidad, deseosos de dejar la escuela. Es viernes así que tenemos dos días de fiesta por delante.
- Ey, ahí están Gun y sus amigos - me golpea el hombro Off, mientras señala en su dirección.
Llegamos hasta ellos y nos saludamos entre todos. Khaotung me mira de reojo y en cuanto nuestras miradas se cruzan, la desvía.
- ¿Qué planes tenéis para este fin de semana? - les pregunta Off, mientras agarra a Gun por los hombros, porque es mucho más bajito que él.
- Cualquier cosa será mejor que tener que venir aquí - refunfuña Book. - ¿Puedo dormir en tu casa, Khao? Mis padres están fuera y no quiero quedarme solo - lloriquea. - Gun, qué dices, ¿hacemos una fiesta de pijamas?
- ¡Sí! - contesta Gun, feliz.
- Eh... - Khao cortocircuitea.
Me busca con la mirada, esperando una respuesta. Llevamos varios fines de semana quedándonos en su casa, aprovechando al máximo nuestro tiempo juntos, pero nadie más que nosotros lo sabe.
- Ya nunca nos invitas a tu casa a dormir - insiste Book, haciendo un drama.
- Vaya, no pareces ser muy buen amigo, Khaotung - le digo de manera sarcástica. - Deberías de ser más considerado con el pobre Book.
El aludido se cuelga de mi cuello y me da las gracias, mientras mi pequeño se encoge y baja la mirada.
- Está bien. Podéis dormir en mi casa este fin de semana, Book - le dice a su amigo dándole la mano mientras este se lanza a sus brazos, mimoso.
Puedo ver la tristeza atravesar sus preciosos ojos. Yo mismo estoy enfadado porque este fin de semana no lo voy a poder pasar con él, pero no estoy dispuesto a que nadie sepa lo que hay entre nosotros. Y mucho menos mis amigos. Siempre estamos hablando de chicas, culos y tetas. Y la verdad, no tengo el valor de decirles que a mí me gustan los chicos. Y menos aún, que me gusta un chico como Khaotung.
- ¿Y nosotros también podemos ir? - pregunta Mark, siempre tan cara dura.
- No creo que a mi madre le parezca bien que lleve a tanta gente a casa - puedo sentir su incomodidad.
- Pero si tu madre nunca está en casa, Khao - replica Gun.
Vuelve a mirarme en busca de una respuesta. Khaotung tiene terminantemente prohibido decirles a sus amigos nada de lo nuestro. Tanto es así, que en el colegio le ignoro deliberadamente para que nadie pueda llegar a sospechar nada. Así que, como de costumbre, ni le miro.
- Porfiiiiii - le suplican a coro, Off, Mark, Gun y Book.
- Bueno - abdica con una pequeña sonrisa.
- Yo paso. Pasadlo bien - les digo a mis dos amigos, chocando sus puños y marchándome sin mirar atrás. Puedo sentir la mirada triste de Khao clavada en mi espalda.
- ¿Cuándo vas a hablarnos de tu novia, First? - me grita el idiota de Off.
Sin necesidad de girarme, levanto la mano derecha y le saco el dedo corazón.
ESTÁS LEYENDO
Nunca digas nunca (FirstKhaotung 🔞)
FanfictionKhao y First han cambiado. Nada queda de aquel amor adolescente. Se miran pero no se reconocen. ¿Serán capaces de olvidar el pasado y darse una nueva oportunidad? Este relato tiene mucho 🍋🍋🍋 subido de tono 🔞🔞🔞. Si no es lo tuyo, será mejor qu...