Nunca digas nunca (FirstKhaotung 🔞)

Capítulo 19

First

Force parece estar disfrutando mucho amedrentando al tal Saint. El otro, por el gesto de su cara, está entendiendo que no ha elegido la mejor persona con la que ponerse bravo, pero se ve de lejos que es un tipo acostumbrado a salirse con la suya.

- Quítame tu sucia mano de encima - gruñe. - No eres nadie para impedirme que vaya a buscar a mi amigo.

- No voy a dejarte pasar - contesta nuestro musculoso amigo, sin inmutarse.

- Si que es corto de entendederas tu perro guardián - le habla al pobre Perth, que está totalmente sobrepasado por la situación. - Lo que nunca imaginé es que necesitarías a todos estos guardaespaldas. Cada día eres más patético - suelta, desdeñoso.

Me nacen unas ganas locas de cruzarle la cara. Se nota que es mala persona. Sus palabras son como dagas, una detrás de otra. Doy unos cuantos pasos y me coloco junto a Perth. Quiero que se sienta arropado. Off, que por su mirada, también tiene pinta de querer exterminarle, se coloca junto a Force. Y Neo, al otro lado de su amigo. Si yo fuese Saint, me estaría cagando de miedo si esas tres fieras me estuviesen mirando con tanto odio. Gun, Mark y Book deciden hacer frente, junto a Perth y a mí. Si a Saint le cabía alguna duda, ahora mismo ya sabe que Perth no estará solo nunca más.

- Vaya, sois todos muy monos, jugando a haceros la chupipandi. Siento decepcionaros chicos,  pero este pobre diablo no merece la pena - sus palabras quieren hacer ver que nada le importa, pero tienen un regusto amargo. - Al final acabaras quedándote sólo, porque nadie te quiere.

- Vete - la voz de Force es grave y profunda y me pone la piel de gallina.

- Ay, deja de hacerte el machote. No pienso moverme de... -  las palabras de Saint se ahogan cuando la mano de Force aprieta si cuello.

- Una palabra más o te juro que te vas a arrepentir - le amenaza.

- No... No pu... puedes - el chico no puede ni hablar por los dedos que estrujan su garganta.

-  Sí que puedo - aprieta aún más fuerte. - Ahora vas a marcharte y como te vuelvas a acercar a Perth, voy a denunciarte ante el consejo de estudiantes, por acoso. No voy a parar hasta joderte vivo - termina de hablar y suelta su cuello.

El chico se retuerce como una anguila hasta que Force finalmente le suelta. En cuanto lo hace da dos pasos atrás y todos podemos ver el odio en sis ojos.

- Os juro que esto no va a quedar así. La has cagado pero bien. Te vas a arrepentir, inútil. Te lo juro - escupe antes de marcharse con la poca dignidad que le queda.

Force resopla cansado y se vuelve hacia nosotros.

- Perth, ¿estás bien?

El aludido asiente sin emitir un solo sonido. Todavía tiene la mirada perdida en el camino que se ha llevado a Saint. El sonido de unos pasos apresurados nos obliga a todos a mirar hacia las escaleras. Es Chimon que baja a toda velocidad. A ninguno nos pasa desapercibida la mirada que le clava a Perth, llena de lágrimas.

- ¡Chimon, espera! - grita Khao que le sigue de cerca.

Pero el chico sigue corriendo sin parar hasta desaparecer. Mi pequeño va hasta Perth y niega levemente. Es entonces cuando se permite colapsar y llora en silencio. Khao le abraza con fuerza intentando consolarle.

- Lo siento - dice en su oído. - Lo siento mucho.

- Yo también lo siento - se disculpa Force. - Si hubiésemos sabido que tu chico estaba también en la uni, jamás hubiera sugerido que hubierais fingido una relación - suena afectado.

- La culpa es mía - se separa de Khao y se quita las lágrimas con la manga de la camisa. - Si no hubiese sido tan promiscuo y hubiera esperado a Chimon, nada de esto hubiera pasado.

- Oye, amigo, no puedes pensar así - le corta Mark. - Tienes todo el derecho a haber vivido tu vida como te haya dado la gana. Y que hayas estado con muchas personas antes que Chimon no es ningún problema. Si le hubieras sido desleal, sería diferente... - parece dudar.

- Jamás le he sido infiel. Él se convirtió en mi universo. Tanto es así que, que todo este tiempo sin él, no he querido estar con nadie más porque sigo enamorado de él - nos confiesa.

- Creo que él tampoco ha podido olvidarte, Perth... Pero Saint lo ha puesto totalmente en tu contra. Va a necesitar algo de tiempo - le explica Khao.

- No va a volver nunca conmigo - niega, completamente hundido.

- Eso no lo sabes, cariño - le consuela Gun.

- Nunca me dio la opción de explicarle que todo lo que Saint le había contado era mentira. ¿Por qué ahora sería diferente? - parece agorado.

- Porque ahora nos tienes a nosotros - intentó infundirle ánimo. Quiero que sepa que nunca más va a estar sólo.

- Gracias por todo, chicos - agradece mirándonos con unos ojos que ya no lloran pero están llenos de tristeza. - Me voy a ir a casa - anuncia.

- Me voy contigo - dice Khao sin pensarlo.

- No hace falta. Mejor quédate y así tomas apuntes para dejármelos mañana - medio sonríe y me mira una fracción de segundo.

Khaotung no insiste y todos entendemos que quiera estar sólo después de todo lo que ha pasado.

Le despedimos y a todos se nos queda muy mal cuerpo pero decidimos ir a clase. Ni siquiera hacemos planes para más tarde, completamente desanimados.

- ¿Cuándo vas a hablar con él? - me suelta de pronto Off, cuando ya estamos solos y vamos hacía nuestra aula.

- ¿Qué?

- No te hagas el loco conmigo. Quiero saber cuando piensas hablar con Khaotung - me pica las costillas

- Pues no lo sé - suspiro. - Con todo lo que ha pasado hoy...

- Ya sabemos que no hay nada entre Perth y él. También sabemos que le ha hablado sobre ti. Creo que no hay mucho que pensar... - insiste el muy canso.

- Creo que voy a esperar a que se calmen las cosas - afirmo convencido de mi decisión.

- Tu verás, pero yo no esperaría ni un mísero minuto más. Las oportunidades como esta no deben desaprovecharse - me dice apuntándome con el dedo.

- Ahora va a centrarse en ayudar a su amigo. Y lo entiendo. No es como que ninguno de los dos vayamos a desaparecer. Cuando las cosas se calmen le voy a pedir que sea mi novio - sonrío. - Pero quiero que sea algo muy especial, porque se lo merece.

- Tú no te preocupes, colega. Vamos a organizar una muy gorda, que no olvide jamás - me dice agarrándome por los hombres y entrando en clase.