Nunca digas nunca (FirstKhaotung 🔞)

Capítulo 11

First

Cuando las clases terminan, me escabullo de Off y me escapo a la facultad de Khao. Lo busco por todas partes, pero no hay ni rastro de él. Empiezo a desesperarme y lo busco con más ahínco. Los pasillos empiezan a vaciarse de estudiantes y de pronto tengo miedo de encontrármelo de frente. ¿Qué le diría? Los más probable es que le acompañe Force. Con un poco de suerte, me invita a que los acompañe a encontrarnos con nuestros amigos para ir a tomar algo.

Khaotung se ha comportado de manera muy rara conmigo. Como si yo fuese... uno más de sus amigos y eso no sé como encajarlo. Así que me autoconvenzo de que tengo que pasar más tiempo con él para averiguar qué es lo que le pasa. No negaré que estoy deseando pasar mucho tiempo con él. Pero parece que eso no será hoy. Ya no queda casi nadie y me doy por vencido.

Cuando estoy a punto de dejar la facultad, escucho el típico sonido chirriante que hace la goma de las suelas de las zapatillas de deporte en el mármol del suelo. Algo en mi interior hace que me oculte.

Aparecen dos personas. Son Khao y Perth y mi corazón se encoge un poquito en el pecho. Sonríen mientras charlan animadamente. Siento una envidia de muerte, porque sí. Y punto.

Entonces se escucha a alguien llamarles. Es Force.

- ¡Khao! ¡Perth!

Khao se esconde arrastrando a Perth con él. Me quedo estupefacto y un frío recorre mi espalda. Que se quieran esconder de su amigo, solo puede significar que quieren estar solos. Los veo cuchichear desde su escondrijo mientras Force aparece buscándolos. Vuelvo a mirarlos y parecen discutir, hasta que Khao se levanta y tira de Perth en dirección contraria al grito de ¡CORRE!, mientras se desternillan. Me quedo mirando como se alejan y en ningún momento Khaotung suelta la mano de Perth.

- ¡Ey! - le grita Force. - ¿Sois vosotros? - su vocecilla suplicante contrasta con su cuerpo musculado.

Parece perdido y decepcionado, pero dudo que los haya visto. Me asomo y es entonces cuando me ve y su mirada se ilumina como la de un cachorro. Es un tío muy raro.

- ¡Hola First! - me saluda como si fuéramos amigos de toda la vida. - ¿Qué haces aquí?

Me quedo callado, boqueando como un pez porque no tengo ninguna excusa plausible para su directa pregunta. Gracias a todos los dioses del olimpo, no espera a que yo responda.

- ¿Te apetece venir conmigo al gimnasio? - me regala su mejor sonrisa.

- Eh... - no sé ni qué contestar. - ¿Ahora? No tengo ropa adecuad...

- No te preocupes por eso, chaval. ¡Yo te puedo dejar lo que necesites! - dice abriendo su bolsa de deporte. - ¡Vamos!

Una hora más tarde estoy totalmente arrepentido de no haberme negado. Me duelen todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo. Force me ha puesto un entrenamiento que ni el de los soldados de la marina.

- Dentro de un mes, abre hecho de ti un hombre, First - me toma el pelo mientras yo resuello medio ahogado.

-No creo que vaya a volver aquí en mi vida, Force...

Mi nuevo amigo suelta una carcajada demasiado aguda. Me quedo observándole. Su cuerpo parece cincelado por los mismísimos dioses. Es guapo a rabiar, pero lo que más sorprende es este carácter juguetón y bromista que tiene, que no le pega en lo más mínimo a su físico de míster universo.

- Anda, te invito a darte un chapuzón en casa. Te lo has ganado - me dice palmeando mi espalda.

- ¿Tienes piscina?

- Bueno, yo no. La casa es de Khaotung. Como sus padres están trabajando en el norte, Neo y yo vivimos con él. Fue muy amable al invitarnos y así poder ahorrarnos el dinero del alquiler de cualquier cuartucho diminuto por las inmediaciones de la universidad - sonríe al pensar en su amigo.