Beatriz estaba embelesada viendo cómo Marcela le mostraba su libreta de diseños. Estaban en el estudio de ella y ya le había enseñado la colección de lápices de colores, plumas y demás elementos que usaba para diseñar en los tiempos libres. Lo hacía por pasión, incluso a veces mandaba a confeccionar algunos para ella o para su hermana. Le hablaba con tanto amor sobre el arte del diseño que Beatriz notaba cierta nostalgia en sus palabras, como si añorara dedicar su vida a eso. La escuchó atentamente y se atrevía a preguntar poco, pues ese era un mundo al que poco a poco se iba adentrando. Su pasión siempre fueron los números y su relación con el mundo. Pero ahora estaría más dispuesta a saber de ese arte no solo por Ecomoda, también por seguir escuchándola desenvolverse con tanto ahínco y pasión.
Cuando llegó el mediodía Marcela no quiso cocinar, dijo que se merecían un descanso y pidió pizza a domicilio mientras se llevaba a Beatriz para mostrarle otra parte de su nuevo hogar. Tenía un cuarto de TV enorme con un sofá cama amplio y una envidiable colección de cine de todo el mundo. "Privilegios de los de mi clase " dijo con sarcasmo, ya que Betty solía hacer mención de eso cada vez que podía.
Grave error, le picó la lengua y no le quedó de otra que reconocer que sí era un privilegio de clase el acceso a otras formas de arte catalogadas como de élite y que esa colección era una muestra de eso. Marcela quiso defenderse, pero era inútil, ella tenía razón. Escogieron una película alemana "El tambor de hojalata" y se dispusieron a verla con la luz apagada y la pizza en frente.
Betty no hablaba, de hecho, apenas si pestañeaba, estaba absorta en la película mientras Marcela le acariciaba el pelo y se vez en cuando le dejaba besos en la coronilla. Era la ventaja de tenerla acostada entre sus piernas, que podía oler su pelo constantemente.
Pocas veces había tenido la oportunidad de dedicarse a contemplarla. Pocas veces, incluso, habían podido compartir así, en el ocio. Y agradeció a la vida eso, tenerla allí y poder tener la tranquilidad de compartirse sin prisa y sin presiones. Es como si estuviesen en una burbuja y no quería que explotara, quería permanecer ahí, cautivada solo con su existencia, solo eso le bastaba.
Era increíble cómo la vida le había dado otra vuelta de tuerca a su situación después de sentir que se le había roto el alma cuando supo todo. Aún más increíble era que hubiese podido sentir que volvía a la vida precisamente con la mujer que contribuyó casi a sepultarla. En algunos momentos le llegaban vagos recuerdos de los momentos tensos que tuvo con Beatriz, cuando se burló de su aspecto o cuando la riñó tantas veces por encubrir a Armando. Era tan irreal que parecía trágico que ahora estuviera derritiéndose por ella, siendo vulnerable ante su voz y su tacto. Pensó que a sus 30 años ya la vida no tenía nada que enseñarle, pero no era así. En realidad, aún le faltaba conocer cosas, entre ellas, el verdadero amor.
Beatriz se giró un poco, le dio un beso tierno y rozándole el mentón con los dedos recostó el rostro en el pecho de Marcela. La abrazó con fuerza y cerró los ojos mientras a Marcela el corazón se le derretía.
- Gracias por esto, Marcela. Adoro esto, estar aquí, así, con usted, amo la paz que me da su presencia - soltó el abrazo y abrió los ojos.
Marcela estaba lidiando con sus sentimientos, estaba casi segura de lo que sentía, pero no sabía si podía decirlo, tal vez era prematuro, se quedó en silencio mientras su pecho irradiaba emociones. La atrapó con sus piernas y también la abrazó.
- Mi amor, gracias por darme vida - le susurró al oído - gracias por compartir así sea este instante conmigo.
Betty sonrió pegada a su pecho y tuvo la certeza de que el amor no era la tragedia que había vivido. Era esto, la paz, la tranquilidad, la transformación constante de dos seres que iban rotos por la vida. Lo sentía, sabía que era, pero guardó silencio mientras en su cuerpo y en su mente creció la idea de volver a sentirla suya. No lo detuvo, ya habían pasado esos tiempos donde se contenía.
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Destino - Marcela y Betty
FanfictionUna nueva Beatriz ha regresado de Cartagena a enfrentar su pasado y con ganas de empezar una nueva vida. La huella de ese desastre amoroso que significó Armando en su vida aún está latente y deberá luchar para erradicarla por completo. Sus planes se...