Para su intranquilidad, Beatriz había ocupado toda la agenda del lunes fuera de la oficina. Apenas si se comunicaba con Aura para alguna gestión o precisar información. No le quedó de otra que centrarse en el trabajo para no pensar. Ya sobre mediados de la tarde, Patricia la abordó en su oficina, pues escuchó al cuartel murmurando sobre su reunión con Armando. Se desahogó, desahogó su ira por el descaro y las pretensiones de él hacia Beatriz. Y no, su temor no era precisamente una reconciliación entre ellos. Su temor era que Armando pudiese manipularla lo suficiente para que ella decidiera por fin no volver a su lado.Patricia trató de hacerle ver qué Armando solo estaba intimidándola. Y le propuso que antes de confrontar a Beatriz, trataría de buscar información para evitar el choque, porque lo cierto era que Marcela no estaba en las mejores condiciones para eso. Estaba en desventaja, aun con ese beso y con la seguridad del amor de Beatriz. Eso la tranquilizó y pudo terminar el día con más calma. Esa energía de la rabia la utilizó para afinar detalles de su plan para esa semana.
Al terminar el día, Beatriz se arrepintió de no haber ido a la oficina. Le habría bastado al menos verla para sosegar sus pensamientos. Tal vez haber percibido su aroma o algo. La extrañaba mucho, la deseaba. Y si antes la rabia detenía sus impulsos, ahora la ausencia la apabullaba. Cuando necesitaba calma, se imaginaba estando en la cama juntas, desnudas mientras ella le acariciaba el cabello después de hacer el amor. El deseo también la consumía, la necesitaba, anhelaba fundirse en su cuerpo como una sola carne.
Para el miércoles, Marcela misma llegó bien temprano a Ecomoda con Patricia.
— Marce, si con esto no cede, nos toca el plan b.
— No me desanimes, Patricia, yo sé que esta va a ser la vencida.
—No, Marce, no te lo digo por desanimarte, sino por estar preparada, amiga.
Entraron a la oficina de Beatriz y fueron directo a su antigua oficina. Lo hicieron todo con el tiempo preciso. Al terminar, se abrazaron, el resultado fue espectacular. Ahora solo quedaba esperar la reacción.
Beatriz estaba sensible. Los cambios hormonales de la menstruación la tenían en un sube y baja de emociones que le estaba costando controlar. Llegó a Ecomoda con los ojos ligeramente hinchados por el llanto de la noche. Donde tuvo que recurrir a un té para conciliar el sueño. La razón era el dolor de la vida que soñó con ella y ya no pudo ser. De los planes que tenía para sus vidas, de los momentos que idealizó en su cabeza y que, al final y al cabo, se desvanecieron. Tenía una desazón general que le estaba costando manejar. Estuvo loca cuando pensó que sus decepciones amorosas pasadas le habían roto. No, ahora no, era un sentimiento diferente que lograba hacer que dejara de funcionar. Antes era el drama del desamor. Ahora no, era más profundo. El dolor del amor perdido, la incertidumbre de lo que pudo ser y no fue. El duelo de la pérdida.
Llegó a Ecomoda apesadumbrada. Apenas si soltaba un vago "buenos días" para todos. Cuando salió del ascensor estuvo a punto de devolverse a su casa. Lo pensó. Total tenía la libertad de hacerlo. Pero respiró profundo y entró a su oficina. Tomó asiento y abrió su agenda, ese día no tenía citas con ningún cliente ni proveedor, al contrario, solo debía estar ahí, adelantar trabajo para su padre y preparar el informe para don Roberto.
Llamó a Aura María, le pidió un café y los informes de mercadeo y ventas. Organizó su mesa con todo lo necesario para trabajar todo el día. Solo necesitaba los informes, la contabilidad al día y los contratos. Concentrarse en la organización le mejoraba el ánimo. Aura María entró con el café y los informes.
-Mire, Betty, aquí está lo que me pidió - dejó el café sobre la mesa y le puso los informes en la mano.
- Gracias, Aura María - le dio un sorbo al café- está delicioso, lo necesitaba.
ESTÁS LEYENDO
Destino - Marcela y Betty
FanfictionUna nueva Beatriz ha regresado de Cartagena a enfrentar su pasado y con ganas de empezar una nueva vida. La huella de ese desastre amoroso que significó Armando en su vida aún está latente y deberá luchar para erradicarla por completo. Sus planes se...