Destino - Marcela y Betty

Renacer

Un mes después...

- ¿Y no me vas a mostrar el tuyo? - pidió Beatriz con un puchero tierno a su mujer- esta cerró el libro de diseños y lo guardó en un cajón con llave. 

-No, porque eso es de mala suerte, no puedes ver a la novia antes de la boda...

-Yo ya te vi vestida de novia, cuando me dijiste que no me ibas a invitar.

-Sí, y de todos modos no ibas a ir porque ese día "tenías un compromiso muuuuy importante" - le respondió Marcela imitando su voz y las palabras de aquel día. 

-Tramposa - le dio un beso en los labios y se sentó sobre ella. 

-¿Hablaste con tu mamá? - preguntó Marcela cautelosa. Después de aquel día en que su padre la desconoció, tocar el tema de la familia era algo muy delicado. 

-Sí, me dijo que iba a hacer todo lo posible, pero que lo veía difícil. Creo que mi papá sabe que nos vemos a escondidas - comentó con cara de tristeza.

- Claro que lo sabe, amor, pero no puede hacer nada - le acarició la mejilla y la miró a los ojos - no te preocupes, todo va a salir bien y yo me encargaré de eso. 

- ¿Hablaste con tu hermano? - preguntó Beatriz. Daniel había sido un poco receloso con el tema de su relación, pero aun así no había cortado sus lazos familiares con ella. 

-Sí, dijo que no tenía tiempo, pero al igual no me importa si no va, al contrario, es lo mejor. Pero la que sí me tiene loca es María Beatriz. Imagínate que dice que va a llevar un show drag para la fiesta. 

Beatriz soltó una carcajada fuerte y Marcela la imitó. 

- No es mala idea, es más, yo la apoyo. 

- Beatriiiiz - le dijo divertida.

-Mira, mi amor, somos parte de una comunidad que se expande, tenemos que hacerlo en grande. 

- Está bien, pero después no te quejes, tú no conoces a María Beatriz. 

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En Ecomoda, todo transcurría en aparente normalidad. Luego de que Beatriz se fue a vivir con Marcela, su relación se había fortalecido. Armando se dio por vencido, haberla apartado de su familia había sido la cúspide de su venganza y ahora se dedicaba a ignorarlas mientras pasaba amargas noches tratando de olvidar todo con una u otra modelo.

Roberto Mendoza llegó muy temprano a presidencia para recibir el último informe. Ese día su empresa volvería a sus manos, saneada, libre de deudas y fuera de todo tejemaneje judicial del pasado. Beatriz y Marcela salieron del ascensor riéndose, habían estado especulando sobre el tipo de show que llevaría María Beatriz y sobre cómo reaccionaría Inesita. 

-Buenos días, Betty, doña Marcela - dijo Aura María sonriente. 

-Buenos días, muchachas - saludó Beatriz. 

- Betty, don Roberto la está esperando en presidencia - informó la secretaría. 

- Ay, sí, bueno, voy para allá entonces - se acercó a Marcela y le dio un beso rápido - nos vemos ahora, mi amor. 

Marcela recibió el beso, pero la detuvo. 

- Yo voy contigo - le pidió mirándola a los ojos.

Se fueron las dos a presidencia. Al entrar, Roberto las esperaba de espaldas. 

- Buenos días, don Roberto ¿cómo está? - saludó la presidente acercándose y tendiendo su mano. 

-Buenos días, Betty - el hombre se puso de pie y la saludo con cordialidad. Al ver a Marcela, sonrió y esta le correspondió el gesto.