🌫•Angst•🌫 6

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Felix llegó a la casa de su hermano cerca del mediodía. Oyó la voz del mayor sonar cerca del otro lado de la puerta, al recibirlo, no esperó para nada verlo cargar con un niño ajeno al suyo, ahora tenía dos pequeños en sus brazos. Frunció el ceño pidiendo una explicación con ese simple gesto. Bangchan lo invitó a pasar a la sala donde podrían conversar tranquilos, mientras mandó a los niños arriba para que se distraigan con algún juego inocente.

-Afuera se está poniendo horrible el clima. -Comentó Felix empezando una agradable charla. Se sacó el saco y tomó asiento en el sillón.

-Sí, dicen las noticias que se aproxima una tormenta de invierno, pero no saben bien cuando. -Pronto Bangchan le alcanzó una tasa de té previo al almuerzo, ellos eran de comer tarde.

-¿Y de qué querías hablar exactamente? Te sentí bastante nervioso al respecto.

-Es algo delicado, como verás, el niño que viste jugando con Jisung, se llama Minho. Él...es muy dulce y tierno, un amor, pero he visto cosas raras, ya sabes, comportamientos y rastros de abusos.

-¿Como cuales?

-Por ejemplo, lo bañe dos veces junto con Ji, he visto marcas de golpes en su abdomen y un salpullido para nada tratado a causa de la mugre. No me quiero ni imaginar donde duerme.

-Necesito hablar con el niño, escuchar su testimonio directo. Pero escúchame, enrealidad no es muy seguro que lo tengas en tu casa, si los papás se avivan pueden acusarte de cualquier barbaridad, así que promete que no te involucraras más y me lo dejas a mi.

-Felix, ¿que mal estoy haciendo? El nene viene a casa solito, su hermano mayor lo sabe.

-¿Y cuantos años tiene el hermano?

-Tiene 15 años ¿por qué?

-Ash, no, no, siguen siendo menores de edad. El hermano no sirve para hacerse cargo a menos que se haga un pedido especial del juez. -El de pecas se rascó la nuca dudoso. Era un caso con varias limitaciones, tal vez y no pueda hacer mucho. -Bueno, en fin, llamemos a Minho.

-Claro, sí. Voy a traerlos, deben estar con la tele a todo volumen.

Bangchan subió las escaleras rápidamente, abrió la puerta de su bebé y se encontró con la adorable vista de los niños mirando una película de Disney abrazaditos y tapados. Perfectos para una fotografía- pensó sin darse cuenta. No quería molestarlos, pero tenía que hacerlo por una causa mayor.

-Hanji, cielo. -Llamó provocando que los dos voltearan hacia él. -Pon en pausa la televisión, tengo algo que hablar con Minho.

El castañito soltó con rapidez al rubio, sintió miedo de haber hecho algo mal. Casi salió disparado de la cama y se acercó al hombre poniendo ojitos de gatito regañado, con las manitos juntas dando inocencia pura. Bangchan frunció el ceño confundido cuando se prendió a su pantalón y apoyó su mentón mirándolo desde abajo.

-¿Hice algo malo? -Preguntó en un hilo de voz que rompió el corazón del mayor.

-No, no es eso. No hiciste nada malo, Minho, solo queremos hablarte amistosamente. -Contestó alzando al pequeño en sus brazos. Se atrevió a acariciar sus cabellitos, por el momento limpios, y llamó a Jisung también para bajar a la sala otra vez.

Felix observó a su hermano con una mirada acusadora. Sabía que el mayor se encariñaba demasiado rápido con las criaturas, siempre tuvo ese instinto materno-parterno que lo caracterizaba desde que estaban chiquitos. Recuerda muy bien como Chan lo cuidaba cuando sus papás no podían por el trabajo, o esa vez que se hizo niñero en la secundaria como empleo de medio tiempo.

-Hola, un gusto, puedes llamarme Felix. -Se presentó ante el castañito, más en forma de no asustarlo y abordarlo tan de repente con preguntas personales. -¿Minho, no?

-Te pareces a un patito. -Respondió el menor entre risas que fueron acompañadas por las del otro infante.

-Tío Fefi es un patito divertido, ¿vas a comprarnos helado patito Fefi? -Dijo Jisung trepandose encima del rubio de pecas.

-¿Que tiene que ver una cosa con la otra? -Preguntó Felix indignado por ser punto de bromas. -Son unos terribles.

Bangchan sonrió enternecido, agarró del abrigo a su hijo y lo apresó entre sus brazos tratando de que se quede quieto y deje de interrumpir. Mal día para darle libre al niñero. Tras unos minutos de interactuar despreocupados, llegó el momento de la verdad. Realmente, con unos pocos comentarios Minho robaba corazones con su encanto natural y personalidad compradora. Era una lástima enterarse que sus seres queridos no lo apreciaban.

-Bueno, y cuéntame Minho, ¿tienes tíos tan guapos como yo? -Comenzó a decir el abogado, preparando terreno para sacarle la información que requerían.

-¿Tíos?...mmh, pues a veces vienen mis tíos, pero no son de sangre, mi papá me obliga a servirles esa cosa con gusto feo que toman y uno de ellos es un viejo horrible que me quiere sentar en su regazo siempre, yo salgo corriendo cuando llegan así no me ven.

Los adultos hicieron una mueca al cruzar miradas, los dos pensando lo mismo.

-No te gustan entonces, aunque apuesto que tu mamá te protege y lleva a dormir caundo aparecen.

-Mi mamá...ella no es como el doctor Bang, no hace todas las cosas que hace él. -Dijo Minho, de repente, cambiando su atención a un juguete que había sobre el sillón. Fue hasta el objeto y lo tomó. -Mamá es así cuando Minho se porta mal. -El niño puso una voz chillona y cara fea para interpretarla mediante los muñequitos de Spiderman. -¡Pedazo de inútil! ¡Tuve que abortarte! Ella me grita así, o cuando me hago pis en la cama me dice ¡Limpia tu porquería solo, yo no pienso hacerme cargo de tus mierdas!

Felix abrió en grande los ojos, no podía creer lo que veía. ¿A este punto se podía llegar? Pero eso no fue nada, lo que de verdad le hizo subir la cólera al cielo, fue la parte en la que el muñequito sale disparado contra el suelo y Minho simplemente lo mira con un rostro neutro, luce tan acostumbrado que no demuestra sus sentimientos, ni se ve afectado (por fuera). Bangchan no puede ni siquiera hablar con todo lo que esta asumiendo.

-¿Eso hace tu mami? ¿No te da besitos en la noche antes de dormir o te prepara la leche en el desayuno?

-Es que tengo muchos hermanos y ellos se comen todo antes que yo, si me levanto tarde ya no hay nada por el resto del día. Ah, pero mi hermano Yeollie cuando cobra su sueldo me trae galletitas o caramelos.

Eso explicaba bastante la falta de nutrición y deshidratación que presentó la última vez en el sanatorio. Bangchan estaba sacándose todas las dudas a medida que el niño hablaba. Una vez acabó el interrogatorio, siendo más que suficiente y desalentador lo que oyeron, Felix llamó a su esposo pidiéndole que saque un turno en el juzgado de menores, allí tenía su amiga también abogada especializada en temas de menores, capaz los ayudaba a guiarse.

Chan le sirvió la comida a los bebés y se escabulló con su hermano hacia afuera de la cocina unos minutos.

-¿Qué planeas hacer con él si abrimos un caso policial? Porque, te digo desde ya, que no es nada fácil. Si presentamos la denuncia, Minho puede acabar en manos de algún pariente que tampoco lo quiere o en el peor de los casos, llevan a todos los hermanos a una casa temporal y de allí los adoptan por separado, es destruir el estilo de vida que conoce.

-Pero no es vida, es totalmente injusto. ¿Por que no puede ser más fácil? Lo adopto yo y listo.

Felix sonrió sintiéndose dolido tambien, ojalá fuera tan simple, se ahorrarían muchas cosas. -Lamento informar que no es así. Changbin está trabajando en la comisaría, cuando llegue a casa le informo y él puede tomar nuestra denuncia.

-Bueno, solo espero que no tome mucho tiempo, no sabemos de que son capaces las personas de este tipo.

-Ah, por cierto, Chan. ¿Recuerdas lo que te dije? Es mejor que una vez pongamos la denuncia, te alejes de Minho y nos lo dejes a nosotros en el tema profesional. Puede jugar con Jisung, pero que no venga a tu casa.

-No entiendo bien porqué me lo dices, pero está bien. -Aceptó el mayor, yendo de vuelta a la cocina con su hermano detrás.

-Solo es precaución.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora