🍒Resolución🍒

86 10 0
                                    

El día por fin había llegado, hoy le daban el alta temporal del médico a Minho. Jisung no podía contener más la emoción por la noticia desde que ese enteró. Con todo el buen ánimo, acomodó la habitación que solía ser de Minho antes de que se fuera, le compró un obsequió que podrían usar los dos con ayuda de Jeongin, y le preparó un pastel de bienvenida, especialmente su favorito.

Terminó de decorar la tortita con una frutilla en el medio y luego la guardó en la heladera para que tomara frío. En menos de 10 minutos, su tío lo llamó diciendo que a quién tanto esperaba, ya estaba afuera. Por supuesto que dejó todo lo que hacía y salió corriendo al patio, viendo la camioneta de su papá estacionarse en el garaje. Ni bien Minho se bajó con su valija en mano, saltó a sus brazos e hizo que el castaño soltara lo que traía y se tambalearan juntos hacia atrás, sin caer.

-¡Ilino! -Festejó, separándose un poquito para dejar un pico en los labios del contrario.

-Hannie...-Minho se sorprendió por el beso, mirando a los adultos alrededor con mucha pena.

Felix sonrió y consoló con la mirada a su hermano que se notaba celoso de que su pequeño esté enamorado. Sabía lo sobreprotector que era Chan, pero también sabía cuanto amaba a Minho y que no se molestaría con él por esta razón, no había modo.

-¿Como estás, Minho? -El de pecas lo abrazó, sobando su espaldita con cariño. -Se te extrañó mucho aquí, no es lo mismo sin tu presencia.

Las palabras de Felix llegaron a tocar el corazón de Minho, que le dijeran eso, afirmaba lo que le repitió su psicólogo mil veces; "hay gente que te quiere, tienes que abrir tu corazón lastimado para que se cure". Era cierto, podía verlo ahora, tenía a Jisung, a Chan, a Felix, Jeongin, Changbin y Hyunjin. Todos lo rodeaban siempre y le hacían saber que era parte de la familia no importa que no haya lazo sanguineo de por medio. Hogar es donde te esperan y se siente cálido, casa es otra cosa.

-Vamos adentro. -Jisung lo tomó de la mano e hizo que por la fuerza se apurara a entrar. Fueron a la cocina y el menor le mostró el pastel que preparó todo emocionado, después subieron a la habitación. -Tengo algo más para ti...

-¿Mmh?

Recibió el obsequio en sus manos y sonrió encantado. Jisung de verdad demostraba haberlo esperado tanto, se notaba la felicidad en su rostro y sus ojos estaban más brillosos que nunca cuando lo miraba. Abrió el regalo y sacó de adentro una cajita roja con un lazo cerrando el contenido. Deslizó la tapa, dejando a la vista una cadenita con pelotitas negras de decorado, el material era de plata.

-Jisung, es demasiado. -Susurró conmovido.

-Yo también tengo una, así cuando estemos separados, nos extrañamos menos. -Confesó el menor, tocando su collar. -¿Te gusta?

Minho no era de muchas palabras a pesar de que cuando era niño no dejaba de hablar. Todo lo que vivió lo hizo cambiar bastante de personalidad, era obvio, pero actualmente con Jisung quería ser diferente. Quería demostrarle el mismo amor que recibía, ser más expresivo. Y aunque no lo logre con palabras porque ya no tiene esa capacidad, le haría saber por acciones.

Sonrió y tomó a Jisung de la cintura, bajando de a poco la cabeza hasta quedar a su altura, lo miró a los ojos brevemente y lo besó con determinación. Era la primera vez que estaba seguro y libre de culpa por hacerlo, esa sensación se trasmitia a través del beso con claridad.

Jisung llevó sus manos al cabello del contrario y correspondió totalmente enamorado. Su corazón no dejaba de brincar, sin perder la tranquilidad que siempre sintió con Minho. Sentía que podía estar en paz y olvidar todo lo malo estando juntos.

-Me gustó el regalo, gracias. -Murmuró el mayor sobre sus labios, besandolo una ultima vez antes de separarse del todo. Sus mejillas enrojecieron de repente y Jisung dedujo que iba a decirle algo que le costaba, así que se quedó en silencio hasta que habló. -Jisung.

-Dime.

-¿Todavía quieres ser mi novio? -Soltó, desviando la mirada al suelo. Su panza se estrujo y la confianza que reunió se esfumó al instante. -Digo, sé que no soy el chico más normal de todos y aún estoy lidiando con cosas. Por eso, entendería completamente si me dices que no. Ante todo te respeto y cualquiera sea tu respuesta, no estás obligado-

-Minho, cálmate. -Interrumpió el rubio, acariciando con su mano el rostro del más alto. -Respira tranquilo.

-Ah mierda, ¿ves? No sirvo ni para pedirte ser mi novio, me pongo muy nervioso y me sudan las manos. Es asqueroso, lo siento.

-Ey, ¿que te dije? Tranquilo. -Repitió con una sonrisa divertida. Minho lo miró unos segundos, viéndose como un cachorrito asustado. Tras unos segundos, siguió. -Me gustas y yo te gusto, la familia ya lo sabe y traemos esto entre nosotros hace tiempo, no hay manera de que te diga que no.

-Entonces...

-Sí, obvio que quiero ser tu novio. No hay otro chico que me interese más que tu. -Jisung lo besó de nuevo, haciendo un ruidito gracioso al separarse de él. Le mordió la mejilla y ambos rieron metidos en su mundo. -No dudes de ti mismo conmigo, siempre te elegiría por sobre todo y todos. ¿Bien?

-Es que no puedo evitar pensar que eres demasiado para mi.

-No importa, lo vamos a resolver juntos y te lo voy a demostrar personalmente. -Le guiñó un ojo, sonriendo de lado.

-¿Como? -Minho lo alzó hasta la cama, cayendo uno encima del otro jugando. -¿Me vas a enseñar como ser tu novio?

-Me encantaría enseñarte.

-¡Jisung, Minho, dice mi papá que bajen porque ya llegaron las pizzas! -Jeongin abrió la puerta, llevándose la escena de frente. -¡¿Qué están haciendo?! Le voy a decir al tío Bangchan.

-Si le dices, le digo al tío Lix que te gusta Hyunjin. -Lo amenazó Jisung.

-De todas formas ya sabe, yo le digo todo a mi papá.

Los dos mayores se miraron cómplices, asustando un poco a Jeongin.

-Creo que alguien quiere comer papel higiénico. -Dijo Minho, poniéndose de pie, ayudando al otro a hacer lo mismo.

Jeongin no esperó a comprobar que sea verdad lo que decían, rápidamente intentó bajar las escaleras corriendo, chocando en el camino con su salvación. Hyunjin lo protegió de los otros dos, hasta que vio a Minho aparecer y tiró a Jeongin como carnada para salir corriendo. Nadie se enfrentaba al castaño, todos le temían por la fuerza que tenía aunque no parezca.

Jugaron y comieron pastel el resto de la tarde. Al fin, Minho se sentía capaz de empezar de nuevo después de bastante tiempo.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora