🌾Finally🌾 --

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Al volver a la casa, la cara de Jennie era todo un poema de terror, miedo, decepción. Ella incluso lloró de la preocupación cuando subió al cuarto con las pizzas y no encontró a los chicos que se supone estaban a su cargo. Por suerte no entró en pánico, pero estuvo a punto.

Después de pasar un fin de semana bastante tenso y lleno de conmoción, se vieron el lunes de nuevo, en clases claro, porque estuvieron castigados. En el recreo Jisung y Minho se pasaron consolando a Jeongin quién seguía triste, mucho más tras enterarse que Hyunjin le pidió a Wonyoung ser su novia, o al menos eso escucharon de los rumores. El menor no quería ni ver ni hablar con Hyunjin, así que se manejaron por los rumores y no confirmaron nada, de todas formas no creían que haga falta porque veían al alto riendo y jugando con sus amigos y la chica feliz de la vida.

-Si en verdad a Jinnie le gusta esa cara de rana, entonces está bien, me alegro por él. -Dijo Jeongin intentando sonar maduro, pero su tono era más caprichoso y molesto que otra cosa.

Los dos mayores se miraron entre ellos, no hacía falta hablar, se entendían a la perfección con una simple mirada de costado.

-¿Quieres que te compre una leche chocolatada? -Propuso Minho sacando dinero de su billetera que le dio Chanyeol para sus cositas personales.

-Ajá, la necesito. -Dijo Jeongin hundiéndose en su silla con una nube gris sobre su cabeza.

Minho asintió y miró a Jisung preguntando lo mismo. -¿Leche de frutilla?

-Sip, pero tengo dinero-

-No, yo pago, esta bien. -Se negó a recibir el dinero y se fue directo a los servidores.

En las maquinitas le ofrecían variedad de jugos, leches y otros snacks. Colocó los números del código de cada producto y metió los billetes esperando que la maquina los empuje hacia afuera. Una vez salieron por abajo, se agachó a tomarlos y se encaminó de nuevo a la mesa. Estaba cerca de llegar, cuando pasa por la mesa de Kim Seungmin y éste le mete el pie haciendo que Minho caiga sobre una de las cajitas de leche y quede toda empapada su camiseta. Las risas resonaron a su alrededor y sus ojitos se nublaron por las lágrimas de la ansiedad y nervios que sentía por ser centro de atención de repente. Haber sido humillado así, lo destruía un poco más por dentro.

Con una tremenda pena, se levantó del suelo y salió corriendo del salón a pesar de oír como Jisung lo llamaba. Solo tenía ganas de llorar y encerrarse en sí mismo para dejar de tener que existir con otras personas. Este sentimiento que tenía, era similar a uno de ahogamiento en el que se veía hundido en el agua sin que nadie lo pueda ayudar a salir. Rápidamente se metió a un cubículo de los vestidores de varones, cayendo lentamente contra la pared hasta quedarse sentado en el suelo con la cara entre sus brazos. Ya no quería lidiar con esta vida de mierda.

-¡Minho, Ilino! ¿Dónde estás? -La voz de Jisung resonó en el vestíbulo. Sonaba preocupado, hacía que el corazón se le estrujara. -Minho por favor...¿estás aquí?

"Aquí estoy" resonó su voz subconscientemente. Pero la voz real no le salió y no pudo responder. Tragó saliva pesado, sintiendo un nudo formándose en su garganta, en estos momentos solo quería llorar encerrado en una habitación oscura donde nadie pueda verlo. No solo se quebró porque le jugaron una broma pesado, sino que venía acumulando otras cosas de su propia mente, estaba mal desde hace tiempo. Actuar estar bien empezaba a fallarle, mantenerlo a este punto se complicaba.

-¡Minho!

Contuvo un sollozo al sentir que la voz de Jisung se acercaba a su cubículo. Ojalá pudiera decirle todo lo que le pasaba en su interior libremente, pero era incapaz de hacerlo. Los psicólogos, los medicamentos, toda esa mierda no le servía de nada. En algún momento iba a devolverle todo el dinero que gastaba a su hermano, era lo que más le preocupaba, ser una carga para los que quería.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora