🌫•Angst•🌫 7

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Ir a la escuela, relacionarse con otros niños, hacer amigos y vivir la vida sin preocupaciones, cosas que Minho jamás experimentó, ni podrá experimentar viviendo en su casa. Lo habían privado de un derecho fundamental en su formación, pero nadie estaba haciendo nada por darle la oportunidad. Él no entendía que tanto se perdía siendo sinceros, así que en medio de sus recorridos matutinos por las calles frías del barrio, se le ocurrió ir a ver a Jisung al patio de juegos de su escuela. No quedaba lejos, sin embargo, era privada y solo podía verlo a una distancia prudente, suficiente para su joven corazoncito que ya lo extraña después de casi una semana sin poder ir a su casa, todo porqué el doctor Bang le pidió que dejara de ir sin permiso, pensó que estaba bien hacerlo y era bien recibido, pues resultó que no.

Chanyeol le dijo que respetara la decisión, que no molestara más, pero le era imposible alejarse de Jisung, algo dentro de él le pedía ir a verlo unos segundos, no importa si después su mamá lo atrapa vagando y le da unos buenos zapes como el otro día. Se acuerda que ni bien el señor Chan lo dejó cerca de su casa, al entrar, su mamá le preguntó porqué traía ropa que no era suya, donde se metió y terminó enojada gritandole que dejara de dar lástima. Como siempre, Minho era una vergüenza.

Suspiró aliviado al visualizar el patio de juegos de la escuela; por ahí ha de andar Jisung haciendo sus cosas de chetito. Sonrió inventusio, prendiendose del cerco para ver si estaba su amiguito. Efectivamente, tras un rato esperando, lo vio salir al patio y correr a una hamaca. Pegó un silbido emocionado, logrando llamar la atención del contrario. Jisung corrió hacia él, saltando también al cerco.

-¡Hola, Linoring!

-Hola, ¿ya terminas tus clases?

Jisung volteó hacia atras, miró a sus maestras con ojos aburridos y negó. Le faltaban 2 horas más todavía para la salida.

-Nop, me tengo que quedar aquí hasta las 11:00.

-¿Y...no te puedes escapar? ¡Vamos, te ayudo!

El castañito puso una sonrisa macabra y a Jisung le picó el bichito de las travesuras. Los dos se movieron disimuladamente hacia la parte donde el cerco se hacía más bajo, y en un abrir y cerrar de ojos, el menor pegó un salto cayendo encima de Lee que lo esperaba con los bracitos abiertos, procurando que no se lastime al caer. Se dieron un fuerte abrazo tal cual no hubiera un mañana, luego corrieron con todas sus fuerzas para no ser atrapados.

Iban a ir al parque, allí podían jugar en las hamacas un rato y volvían a la escuela para las 11:00, antes que busquen a Han. El día era bonito, aunque algo frío, Jisung notó que su hyung venía tiritando y sin abrigo. Le daba pena porque se acordaba de la conversación que oyó entre su tío Fefi y su mami, ellos dijeron que a su hyung no lo querían en su casa, por eso es que venía tan descuidado. Cabe decir que un niño de 4 añitos debe ser inteligente para comprender algo de esta intensidad.

-Hannie, mira, estas son las flores que te gustan. -Dijo Minho agachado en el césped. La pequeña ardillita se agachó también y acarició los diminutos pétalos amarillos con suma precaución. El castaño se le quedó viendo un tiempo considerable -Son bonitas como tu, Hannie.

-¿Yo? ¿Me veo bonito? -Sonrojado hasta las orejitas, Jisung no pudo mantener el contacto visual.

-Bu-bueno...sí, igual cuando recién despiertas, o cuando duermes, o cuando juegas con tus barbies. Es verdad ¿Por qué te gustan los juguetes de niñas? -Cambió de tema rápidamente. Su corazón se estaba acelerando.

-Amo el rosa, Barbie tiene todo rosa y además trae ropa y su peinetita para peinarla, me divierte como a ti que te gusta jugar al fútbol.

-Amo jugar al fútbol, tenemos que jugar juntos, pero nunca quieres.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora