🍒Resolución🍒

80 10 0
                                    

La enfermera sentada enfrente suyo no lo entendía para nada, ni siquiera lo estaba escuchando. Lo miraba como si fuera una cosa sin importancia que claramente no tenía la capacidad de comprenderle. Minho comenzaba a enojarse, llevaba media hora escuchando a la señora que solo debía llevar su ropa sucia a la lavandería, decirle que los adolescentes de hoy en día exageraban todo, que eran muy sensibles, que no sabían nada.

Rodó los ojos en secreto y asintió a lo que le decía mientras en su mente nublaba lo malo, tampoco tenía ganas de contradecirle. En cierto momento, se perdió en las cicatrices lineales que se marcaban en sus muñecas; desde la primera vez que se lastimó, solo un par de veces más siguió haciéndolo, pero ahora ya hacía un mes que no necesitaba sentir dolor físico para aliviar el emocional. Estaba mejor, el doctor le dijo que si se mantenía estable, podría ser que salga de ahí en menos de una semana y siga el tratamiento en casa. Esperaba que así sea, estuvo atento a lo que le decían hacer al pie de la letra.

-Oh, tienes visita. -Escuchó decir de repente a la enfermera que no paraba de hablar sola. La miró y ella le hizo una seña de que ya se iba.

Se sentó en la cama, acomodandose la camisa con prisa al ver quién venía a visitarlo. Jisung le dio un abrazo ni bien lo tuvo cerca y él correspondió con una sonrisa enternecida. Bangchan también lo abrazó, pero Jisung se sentó en la cama y no se separó ni un segundo.

-¿Y como has estado? -Preguntó el adulto acariciando sus cabellos.

-Bien, el doctor dijo que tal vez en menos de una semana me den el alta.

-¿Enserio? Me hiciste acordar que debo hablar con tu médico, ya vuelvo, niños, quédense acá. -Avisó saliendo con prisa.

Jisung aprovechó que su papá se fue y volteó a ver a Minho con detenimiento. Su mirada era muy intensa y brillante, lograba poner nervioso al castaño. Sonrió y se inclinó, dejando un beso en la mejilla del contrario con suavidad. Un gesto que aceleró el corazón de ambos.

-¿Que haces? -Cuestionó el mayor, moviéndose un poquito en su lugar, todavía le daba pena que Jisung haga esas cosas a pesar de que ya se besaron y algo más.

-Estás más lindo, tienes cachetes y por alguna razón siento que tu cabello está muy sedoso. -Comentó el menor, presionando un dedito en la mejilla ajena. -Te extraño mucho. Por favor, mejora y vuelve pronto ¿sí?

Ese dulce pedido lo fue todo, volviéndose la meta principal del momento y Jisung el motor de su fuerza de voluntad y las ganas de mejorar para poder cumplirlo.

-Sí, prometo que lo haré.

-Bueno. -Han dejó otro beso en su mejilla y luego se levantó animado, viendo hacia la ventana. -Hay un hermoso día afuera...vayamos a dar un paseo.

-Está bien, voy a ponerme la zapatilla.

Tras hacer lo indicado, los dos salieron al patio olvidando por completo avisarle a Bangchan, pero bueno, solo fue un pequeño detalle sin relevancia, no es como si pudieran escaparse juntos de ese lugar ultra controlado por cámaras y demás.

Decidieron ir al camino de rosas que los guiaba a la fuente de agua, pues al menor le gustaba apreciar las hermosas flores sean el tipo que sean. Durante su paseo, Minho le contó todo lo que hizo en la estadía, incluyendo algunas cosas que hablaba únicamente con su psicólogo. Le dijo sobre sus avances e infló el pecho orgulloso al escuchar los halagos del menor por hacerlo bien, era lo que más le importaba después de todo.

-Me alegra que puedas superar lo que te hace mal. El trayecto se volvió largo, hyung, pero tu ya casi lo completas y estoy feliz por eso.

Minho asintió conmovido, esto lo impulsó a soltar algo que tenía guardado hace días. Dejó de caminar y tomó a Jisung de la mano, haciendo que sus miradas se conecten.

-¿Sabes? hace un mes pensaba que mi vida no valía la pena y que solo era una molestia para los que quería, pensaba que era inservible y que desapareciendo de la faz de la tierra todo sería mejor, pero, gracias a que permaneciste a mi lado todo este tiempo, me di cuenta que sí importo y que tenía una razón para intentar vivir.

-¿Cual es la razón? -Preguntó el bajito, inocentemente.

-Tú, tu eres mi mayor razón para querer salir adelante. A pesar de que siempre estaba mal y bajoneado, te quedabas conmigo; en casa, en las fiestas, en la escuela, en donde sea, preferías acompañarme aunque no sea la mejor opción.

-Minho, tu siempre vas a ser mi mejor opción, nadie ni nada jamás va a compararse a lo que siento estando contigo.

La tensión creciente entre los dos era muy grande, se miraban con tanto anhelo, cariño y amor que sus ojitos brillaban reflejando una galaxia entera. De a poco, Minho fue acercándose, bajando un poco la cabeza hasta rozar la nariz con la contraria. Sus respiraciones se mezclaron levemente y faltaba muy poquito para que unieran sus labios nuevamente después de mucho tiempo. Ya se necesitaban tanto como al aire, estar lejos uno del otro era una fría condena.

-¡Chicos! -Una voz conocida se hizo presente, haciendo que los adolescentes pegaran un saltito asustados y se separaran con rapidez. El adulto los apuntó con clara molestia en su rostro. -¿Que parte de "quédense acá" no entendieron? Dios, me fui unos minutos y cuando vuelvo no los encuentro. Conociéndolos tuve que pensar lo peor, creí que se fugaron.

-Lo siento, papá, fue idea mía. -Se disculpó el menor, apretando la mano de Minho que se puso nervioso de repente.

-Ya ni al caso, no lo hagan más. -Soltó el rubio, recordando de golpe lo que vio antes de interrumpir. -A todo esto, ¿que estaban por hacer?

-Nada, nada. -Jisung respondió tan rápido que solo lo hizo ver más sospechoso.

-¿Se iban a besar? ¿Están saliendo o qué? -Chan, como cualquier anciano, no tenía vergüenza de decir cosas que a los adolescentes probablemente les daría pena.

-No, no, le estaba por sacar una pestaña del ojo a Lino nada más.

-Hannie...descuida, creo que es hora de que le digamos a tu papá.

-¿De verdad? -Preguntó el menor, haciéndose ilusiones tan rápido.

-¿Decirme que cosa?

-A mi me gusta Hannie.

-Y a mi me gusta Lino.

Jisung se prendió del brazo del contrario, recostando la cabeza en su hombro y viendo desde allí la reacción de su papá.

Chan soltó una risa y negó con la cabeza, era obvio que ya sabía de esas confesiones con anterioridad, tendría que haber estado ciego para no notar las miradas y los toques secretos que se daban los dos en su propia casa.

-Sí, lo sé. -Confesó. Caminó hacia ellos y acarició el cabello de su pequeño. -Solo espero que sean maduros ante todo y no se lastimen a sí mismos en el trayecto.

-Entonces...¿Estás bien con esto? No somos novios todavía, pero vamos a serlo. -Dijo Jisung, sintiendose un poco dudoso.

-Claro que sí, no sería capaz de decirles que no si es lo que realmente quieren los dos.

-¡Sí, sí queremos!

Chan volvió a reír. -Bueno, tendremos tiempo para discutir algunas condiciones después, ahora vengan a comer la merienda que traje.

Los adolescentes asintieron, siguiendo al mayor tomados de la mano con timidez. Haber confesado eso que se traían entre manos hace tiempo, se sentía bien, era como sacarse un peso de encima. El siguiente y último paso sería que Minho vuelva a la casa y resuelvan lo que pasó con sus compañeros en el colegio.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora