🌫•Angst•🌫 8

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La luz natural del sol se iba apagando más y más a medida que la noche llegaba, mientras, la luna esperaba su turno de alzarse en el cielo para alumbrar tenue como siempre. El frío nocturno también estaba haciéndose presente, la temperatura se elevaba a medida que pasaban los minutos. Minho tembló bajo su fino chalequito de tela, otra vez no traía medias, por lo que sus pies se congelaban y le provocaban dolor al pisar.

Se encogió en sí mismo, buscando confort con algo de calorcito al frotar sus brazos, pero nada era suficiente. Visualizó su hogar a unos metros, la luz de la ventana de la cocina estaba encendida, eso quiere decir que esta siendo ocupada por alguien. Minho se acercó curiosamente sin dejarse ver, y espió haciendo puntitas sobre una madera vieja y un par de ladrillos. Su mamá se ve que estaba cocinando algo, no llega a ver qué exactamente, pero siente el aroma que hace rugir su estómago. Sigue observando unos segundos más, donde aparece su padre en la escena; él tiene los ojos rojos y lo primero que hace es colocarse detrás de su mamá, apretando su cintura sin cuidado. El infante frunce las cejas confundido. De repente su mamá pega un saltito tratando de alejar al hombre, siendo totalmente inútil ya que el contrario insiste en seguir tocandola.

-¡Estás borracho, deja de tocarme, imbécil! -Grita ella y Minho baja la cabeza procurando no ser descubierto.

-¿Que pasa gatita? No me vengas que no te pone más hacerlo conmigo.

¿Hacer qué? Se preguntó Minho parpadeando varias veces. Su papá se coloca enfrente de su mama, tapando la vista y solo ve que ella forcejea poco tiempo para terminar cediendo y pasando sus brazos alrededor del cuello ajeno. Se besan en la boca, algo nuevo para su pequeño e inocente hijo que los mira con ojos agrandados. Antes de subir de tono, los adultos apagan la cocina, dejando la comida a medias, y desaparecen. Entonces, Minho aprovecha que abandonan la zona para meterse y husmear la comida. Se muere de hambre.

Destapa la olla encontrando horrible la imagen de comida dentro, es una especie de arroz pasado de cocción con una salsa sin color. No queda de otra y se está muriendo de hambre, saca una cuchara del lavadero y la llena con el guiso. Al probarlo no sabe tan mal como se ve, está un poco excedido de sal, pero anda.

-Deja eso, Don Gato. -Dijo su hermano Yeol desde el marco de la puerta con una sonrisa. -No quiero que te reten, esa comida mamá la hizo para no se qué, no es para nosotros.

-Pero tengo hambre.

Chanyeol hizo una mueca triste, él lo sabía, el resto de sus hermanos eran más grandes y vivos, aprendieron a cuidarse solos. Sin embargo, Minho era pequeño y debilucho todavía, y con razón porque solo tenía cinco añitos. Lo alzó upa y subieron a su cuarto a buscar dinero para salir a comprar ramen. El mayor tenía ahorrado un par de billetes que alcanzarían para darle de comer a su hermanito en el mini-mercado de servicio de la plaza.

-¿A donde vamos? -Preguntó el castañito al ver como su hermano le colocaba medias limpias, un gorrito y un abrigo peluche. Uff, ahora sí que estaba calentito.

-Vamos a comer.

-¡Siii, comida! ¿Que me vas a comprar? ¿Gomitas?

Yeol sonrió enternecido. -Mmh, algo mejor que solo gomitas. Anda, ponte los zapatos otra vez y salgamos sin que se entere el resto.

Minho asintió obedeciendo de inmediato, se colocó los zapatos y salieron de la manito por la puerta de atrás ya que irían en bici. Chanyeol lo cargó en el caño y peladeo con rapidez hasta la plaza. Una vez ahí, bajó al menor y entraron al lugar. Tenían que elegir el ramen que querían y luego lo colentaban en unas maquinas especiales.

-Quiero este con queso. -Dijo Lee tomando con sus manitos frías la cajita naranja. En el logo tenía unos quesitos con anteojos y eso lo divirtió demasiado. -Mira que lindo, Yeollie.

Sin Medias || Minsung [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora