La luz del sol le obligó a fruncir el ceño mientras se cubría los ojos con una mano, las copas de más le estaban pasando factura. Con su otra mano palpó el lateral vacío de la cama, nadie había dormido ahí aquella noche. Gabriela suspiró pesadamente, Thomas había empezado a mostrarse frío y distante desde hacía unas semanas. Sí, habían vivido momentos increíbles en esos dos meses, pero las continuas visitas de Solomons a su fábrica habían pasado factura. Thomas no la miraba igual, sentía como la observaba cuando creía no ser visto. Incluso había vuelto a encontrar a algunos de los Peaky vigiándola en sus salidas y paseos. Sabía que Thomas había empezado a desarrollar celos del judío, pero no le había dado importancia, hasta ese momento.
Solomons era tosco y bruto, al menos eso emanaba en sus primeros encuentros, en los cuales no faltaban burlas, los dobles sentidos, las ofertas sexuales y las insinuaciones para nada disimuladas. Todo ello le causaba rechazo, o al menos lo hizo hasta que se percató que con todo ello solo buscaba relajar el ambiente y sacarle una pequeña sonrisa en ocasiones. Algo que hizo que el judío se viera diferente a ojos de Gabriela. Poco tardó en aprender que las palabras de Solomons eran en su mayoría verdaderas, al menos en lo que respectaba a sus ofertas e insinuaciones, lo que causó que las pequeñas sonrisas pasasen a ser sustituidas por ligeros rubores. Se repetía a sí misma que ella amaba a Thomas, pero Alfie se había abierto hueco en su mente y se negaba a marcharse. Un suspiro abandonó sus labios al recordar la tarde anterior, el tacto de su barba aún estaba presente en su piel, en su cuello, en sus mejillas, en sus labios.
Los tablones crujían bajo sus pies, el olor del té inundaba la planta baja. Para su sorpresa, era la primera en llegar. En silencio tomó asiento, acercando a su plato una de las tostadas para extender algo de mermelada de moras en ella. El silencio acogedor sólo era interrumpido por el sonido del cuchillo rozando contra el pan tostado. Unos pasos tras ella avisaron de la llegada de Thomas. Gabriela se tensó al sentir como su mano se posaba sobre su hombro.
―¿Has dormido bien? ―Se sorprendió ante aquella tranquilidad.
―Sí ―respondió centrándose en untar la mermelada en su tostada. ―¿tú has dormido algo?
―Tenía trabajo que hacer.
―Claro, como siempre ―se mordió el labio, pero ya era tarde.
―¿Aún no me has dicho por qué te viste ayer con Alfie?
―Tenía cosas que hacer ―Thomas arrojó el periódico sobre la mesa y se levantó para salir de la sala. ―Voy a mi casa.
―No ―respondió antes de salir. Gabriela arrojó el trozo de tostada nates de seguirle decidida.
―No era una pregunta, simplemente te informaba ―Thomas se giró para mirarla.
―No, no es seguro.
―¡Nunca es seguro! ―alzó las manos, frustrada ―y mientras yo sigo aquí encerrada.
―¡Por el amor de dios! ¡No estás encerrada! ―Alzó la voz ―¡cada puta mañana sales por esa puta puerta! ¿Acaso eso para ti es estar encerrada?
―No soy idiota, veo a tus espías, veo como vigilan mis pasos si me alejo de la fábrica, no soy libre.
―¡Es por tu seguridad! ―Thomas se acercó, haciéndola retroceder hasta chocar con la pared.
―¿Por mi seguridad? ―una ligera risa se encapó de sus labios ―No me tomes por idiota, lo haces por ti ―hundió su dedo índice en el pecho del Shelby ―yo sé cuidar perfectamente de mí misma.
―Igual que Coline, ¿no? ―el sonido de su mano aterrizando contra el rostro del hombre silenció el lugar.
―¡No te atrevas a nombrarla! ―estaba gritado y no se percató de que una pequeña lágrima se había escapado de sus ojos ―¡Eso fue tu culpa! ¡Buscaban dañarte a ti! ¡Me hiciste el blanco perfecto! ¡Siempre en el mismo puto sitio! ¡Siempre en tu puta casa! ¡Coline murió por tu culpa! ―Las manos de Thomas se dirigieron a las suyas, mientras ella intentaba apartarlo. ―¡Suéltame!
ESTÁS LEYENDO
Veneno
FanfictionPor azares del destino, la vida de Gabriela Jones toma un rumbo nunca imaginado. Ahora en una tierra y tiempo desconocidos para la joven, debe forjarse una vida sin morir en el proceso. La vida parece simple, hasta que unos ojos azules invaden su re...