CAPITULO 17

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ELIZABETH GODDESS

—¡Déjame ganar!— chillé una vez más oprimiendo cualquier botón de aquel control, brincando en la cama como niña chiquita haciendo un berrinche.

—Jamás en la vida — Arthur carcajeó a un lado de mí, y volvió a ganar.

—¡Esto es un chiste!— farfullé dejando el control con cierto enojo sobre su cama.

Él volvió a reír y se puso de pie, me crucé de brazos dándole una mirada con el entrecejo fruncido. Habíamos decidido venir a su casa después de clases, se supone que veríamos películas, pero ahora nos encontrábamos jugando algunos de sus videojuegos favoritos en su habitación.

Era como la quinta vez que me ganaba y en menos de una hora, era un asco para ésto, ni siquiera sabía qué botón servía para disparar, estaba un poco frustrada porque él solo sabía reír cada que me quejaba. Aunque no podía negar que me divertía un poco escucharlo reír, nuestra relación estaba yendo con mejor postura, ya no estaban muchas sus excusas, se había vuelto más cercano que antes y cada que me veía seguí coqueteando aún fuera su novia.

Arthur se inclinó un poco hacia mí, clavando sus ojos morados a mis iris azules con detenimientos, su mirada era sarcástica y divertida, yo seguí con mi posición sin moverme, él no apartó su mirada de mí. Con su dedo índice tocó mi nariz y soltó una pequeña risa.

—Vamos, no seas tan gruñona— murmuró burlón— Jugaremos una vez más y te dejaré ganar, pero quiero un beso.

—¿Esa es tu condición? — cuestioné arqueando una ceja.

Él frunció los labios y ladeó la cabeza como si estuviese pensando en algo sumamente importante.

—Sí— afirmó, una de sus tantas sonrisas coquetas se plasmó en su rostro.

—Eres un malvado― susurré entrecerrando los ojos.

—Uh-huh—musitó. Acercó su rostro hasta el mío y besó mis labios, su toque era suave y lento, unas de sus manos se posicionaron
sobre mi mejilla, con su pulgar dio varias caricias a ésta y se separó un poco—Te dejaré ganar dos veces sólo porque me ha encantado éste beso—confesó con una pequeña sonrisa y volvió a besarme

Mis manos se fueron hasta su cuello y profundicé el beso, él soltó un gruñido y me separé esbozando una sonrisa satisfactoria

—Pero que no sea el mismo juego— advertí.

—Hecho—concluyó, irguiéndose de nuevo y alzar su mano. Arthur caminó hasta su consola y me miró—¿Cuál quieres jugar?

Me levanté de la cama y caminé hacia él, poniéndome a su lado y todos los videojuegos que tenía.

—Me llama la atención éste — mencioné pasándoselo.

—Perfecto sonrió.

Sacó el disco y lo intercambió con el otro, regresé de nuevo a la cama y me senté en posición de flor de loto tomando el control entre mis manos, Arthur se puso a un lado mío y suspiró. Esperamos a que cargara y seleccionamos lo indicado, volvíamos a jugar y yo con mis quejas. Maldita sea la hora en que escogi éste juego, me estaba desesperando y a eso al chico lo entretenía.

—Eres un asco en ésto, ellie— murmuró entre risas.

—Cállate—refunfuñé exaltada.

Aunque después de todo, Arthur se dejó ganar y a pesar de que yo lo sabía, me puse alegre, mirándole con superioridad y sacarle la lengua de una forma infantil.

—¿Qué quieres hacer ahora?— preguntó, tirándose de espaldas a la cama.

—No sé— copié su acción—¿Podemos ir a comprar algo de comida?

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