♣11♣ Ayuda inesperada

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Después de que se fuera Iori, pude darme el placer de intentar dormir, ya que llevaba casi dos días sin hacerlo. A pesar de ello, mi cabeza no paraba de darle vueltas al mismo tema: Iori Yagami.

Sabía que le incomodaría por lo que evité hablar de ello, pero después de estar un rato a solas con el director ese día, intenté preguntarle más sobre este chico tan misterioso.

¿Cómo? ¿Yagami? Él no se apellida de esa manera... Sí, veo en tu cara las ganas de que te cuente más, pero eso es su privacidad y debo de respetarla.

Si no se apellida de esa manera, ¿por qué Ruruka lo dijo...?

En cuanto pude despejar mi mente, conseguí cerrar los ojos y no abrirlos hasta dentro de unas horas.

Luego de haber dormido plácidamente, tuve que despegar mis sábanas de mi cara para ir de nuevo a clases. Era viernes, así que aprovecharía este finde para intentar descansar y poder pensar en todo lo que está pasando últimamente.

Mis ojos se posaron en la ventana, la cual dejaba ver gotas cayendo lentamente debido a que estaba chispeando.

Hoy toca paraguas...

Llevaba relativamente tarde, así que me puse rápidamente los zapatos en la entrada de mi casa. Al abrir la puerta, me choqué contra el pecho de alguien.

—Buenos días, ¿te sientes mejor?

Levanté mi mirada hacia el rostro de la persona, encontrándome al chico canoso que tantas horas ocupó en mi vida estos días.

Iori parecía haber vuelto a su semblante serio y lujoso de siempre, pero esta vez, tenía el pelo suelto. Este se protegía de la lluvia con un paraguas grande de color negro.

—¿Q-qué haces aquí? —Le miré confundida.

—¿El señor Kirigiri no te informó? —Al ver que mi respuesta era negativa, continuó hablando—. Parece ser que absolvieron de cargos a Sosonuke Izayoi, es decir, que estará deambulando libremente por las calles. Su expulsión es definitiva en la escuela, pero no quita que puede llegar a hacerte daño fuera de ella.

Los bellos de mis brazos se erizaron al escuchar esto. Izayoi nunca hizo nada "malo", así que es entendible que no le hayan acusado de nada. Pero no quita que su novia psicópata quiera matarme...

—¿A partir de hoy me acompañarás a clases? —Pregunté un poco avergonzada.

Iori empezó a avanzar, dejándome en la entrada confundida. Cuando se dio cuenta que no estaba a su lado, volvió para pasar su brazo entre mis hombros y juntar su cuerpo contra el mio para que el paraguas nos protegiera a los dos.

—También a la hora de salida. —Respondió con la mirada centrada en nuestro camino.

—Eso no hace falta, Komaeda siempre me acompaña. —Sonreí al recordar nuestros mejores momentos juntos.

Al escucharme, Iori tensó sus hombros involuntariamente.

—Bueno... Si crees que ese chico con aparencia de enfermo será capaz de protegerte ante un "casi" asesino, perfecto. —Soltó una pequeña carcajada falsa.

¿Solo por ti? (Nagito x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora