Por fin llegó el día que más temía y a la vez el que más curiosidad me daba. Es decir, ¿Kyoko Kirigiri celebrando su cumpleaños?
Esa mañana me levanté sin ganas de nada pero, como dije antes, me daba cierta intriga llegar a saber qué pasaría. Lo que más temía era la idea de quedarme apartada en un rincón, ya que Makoto estará obviamente con sus amigos, entre los cuales no estoy. Además, no voy a estar pegada al director cuando quiera pasar tiempo con su hija.
Como era costumbre, llamaba a Kirigiri en cada amanecer, cada fin de semana, antes de desayunar y hacer mis necesidades básicas.
—Hola, cariño, ¿qué tal estás? Un momento, te pongo en altavoz.
—Buenos días, muy bien, ¿estás ocupado o?
—No te preocupes, esperaba tu llamada. Solo necesito un café. ¿Algo que me quieras contar? —Se escuchó como se movía, posiblemente levantándose.
—Te cuento un poco, ayer fui de compras con mis amigos y se me olvidó mencionarte que le había comprado algo a Kyoko.
—¿En serio? No hacía falta, te podría haber incluido como siempre en mis regalos. —Tras el micrófono, un sonido fuerte tapó su voz, el sonido de la cafetera encendiéndose—. ¿Qué es?
—Es un perfume morado, no recuerdo de qué marca era, pero mi amiga me lo recomendó.
—Nunca había probado a regalarle uno, pero sé que los usa. Por cierto, ¿quieres venir a comer conmigo? Te traes lo que necesites y nos vamos juntos después.
Nunca he visto la casa de Jin, por lo que la curiosidad me mató.
—¿En serio? Si no te es molestia...
—Claro que no, ya sabes que siempre vas a contar conmigo.
Adóptame, por favor.
—Muchas gracias... ¿Cuál era tu dirección?
No quería levantar sospechas pero sin su dirección, no podría hacer nada.
—¿No la recuerdas...? Bueno, ahora te paso ubicación por mensajes.
—Nos vemos entonces.
—¡Adiós, adiós!
Todavía me sorprende cómo puede llegar a ser con los demás mientras que con las personas que quiere es una especie de niño pequeño.
♧
Con la dirección ya puesta y con una mochila con todas las cosas que necesitaba, comencé el recorrido hacia la casa de Kirigiri. Teniendo en cuenta que es el director de la escuela más privilegiada, imaginé que viviría por la zona de Rantaro, pero me equivoqué al ver que el mapa digital me indicada un barrio humilde.
Al terminar de cruzar la calle de ese barrio, un pequeño loft se presentó hacia mi. Toqué suavemente, ya que no quería molestarle si estaba trabajando.
—Llegaste temprano. —Jin abrió la puerta.
No pude evitar reirme al verle vestido con un delantal rosa con corazones rojos en este. Además, portaba en su mano izquiera un cucharón gigante de madera, que lo hacía ver aún más gracioso.
—¿Qué? Yo no le veo nada malo. —Miró de nuevo a su delantal, pasando sus manos sobre este para intentar encontrar algo malo.
—P-perdona... —. Sequé las lágrimas que se me escaparon al reírme.
—No pasa nada, entra y pon tus cosas.
Abrió la puerta de par en par, dejando ver la entrada y casi todo su loft, después de todo, un loft es una vivienda que consta de un gran espacio abierto sin paredes internas.
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¿Solo por ti? (Nagito x lectora)
FantasyTe encuentras atrapada en el mundo de Danganronpa, conociendo todo de los personajes y la historia. ¿La cambiarías por tu propio bien? ¿O dejas que todo fluya como en el juego? A eso se deberá de enfrentar nuestra protagonista...