♣23♣ El faro

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—Wow... Es impresiona-

Estaba en la casa de Iori y, como dije, era totalmente impresionante. Teniendo en cuenta que tienen un niño prodigio y posiblemente modelo, me parecía normal que tuvieran una casa de tres pisos totalmente impecable, así que no le di muchas vueltas al asunto.

Igualmente, escaneé la planta baja, dónde nos encontrábamos ambos. Iori, que estaba sentado frente a una televisión más grande que yo, me miraba arqueando una ceja, posiblemente porque me quedé con la boca abierta durante todo este tiempo.

—Cómoda. —Me cortó, dando pequeñas palmadas en el sofá de casi dos metros de largo—. Ven, siéntate.

Me senté como una señorita de clase, ya que me daba demasiada vergüenza estar en una casa de tanta clase. El canoso seguía confundido por mis acciones, pero no me preguntó el por qué.

—¿Qué tal el evento de Halloween? —Intenté comentar un tema de conversación.

—Decidimos aportar tu idea a los grandes y les gustó tanto que pronto empezarán a imprimir entradas.

Me emocioné tanto que lo abracé con fuerza. Mi razón de estar eufórica era por mi clase. Varios seguían desanimados por el tema de la expulsión de la hermana de Kuzuryuu y la novia de Mahiru. Debido a esto, pensaba que sería una buena oportunidad de que todos volviéramos a estar cómo siempre estuvimos.

—No es para tanto. —Me apartó suavemente tras rodearme unos segundos con sus brazos.

—¡Para ti! Para mi es igual al que el rey me diga algo bonito.

El chico rió y fue una de las primeras veces que lo vi reír de esa manera, por no decir la primera. Ahí pude apreciar su perfecta dentadura y sus adorables hoyuelos.

Le seguí la risa hasta que paró, quitándose las lágrimas que se le salieron. Me daba vergüenza admitirlo, pero sus ojos acaramelados mezclados con una pizca amarillenta hacían que mi corazón latiese.

Por si no fuera poco, apoyó su cabeza sobre mi hombro. Me quedé patidifusa ante su acto, no sabiendo cómo reaccionar, pero a los segundos coloqué la mía encima de la suya.

—Tu pelo huele muy bien. —Agarró un mechón desde la misma posición, oliéndolo y haciendo que mis mejillas se pusieran igual de rojas que un tomate.

Tras un esto sin intercambiar ninguna palabra y permanecer en la misma posición, escuchamos el sonido de la puerta abriéndose y de unos pasos reconocibles para ambos. El chico se apartó y cambió su expresión al ver a Kirigiri entrar al salón.

—¡Hola, chicos! —Sonrió de mejilla a mejilla, guardando sus llaves en el bolsillo de su abrigo—. Voy a servirme un poco de agua y ahora vengo.

Su gran exceso de confianza hizo que me girara a ver a Iori, que entendió a lo que me refería desde el primer segundo en el que me giré.

—Tiene ese tipo de confianza desde que me conoció. —Se encogió de hombros.

—Bueno... ¡Os tengo una sorpresa! —Jin, junto a su vasito de agua, elevó ambos brazos emocionado.

—Eso solo significa que no me va a gustar-

Le di un codazo a Iori, más conocido como el aguafiestas bipolar. Este rodó sus ojos y se cruzó de brazos, echando su peso hacia el respaldo del sofá.

—Gracias, cariño. —El director me guiñó el ojo—. La sorpresa es que Ren empezará antes en Kibougamine.

Me esperaba que fuera algo del tritón, pero no algo tan urgente cómo eso, es decir, el chico a penas sabe hablar y comunicarse en nuestro idioma cómo para acceder a una escuela de alto privilegio.

¿Solo por ti? (Nagito x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora