-Buenos días, T/N.
Me encontraba yendo al despacho del director, debido a que, de nuevo, nos habían castigado. La idea que tuvimos fue buena y pudimos capturar al objetivo, pero no contamos con las miles de cámaras proyectando en el ordenador del director lo que pasa alrededor de la institución. Así que, nada más llegar con Iris, el pequeño felino perdido, nos encontramos con un Jin bastante enfadado y una lista de cosas para hacer durante nuestro castigo. Y se lo tomó muy en serio, ya que a veces teníamos que faltar a las clases simplemente para ir a limpiar su despacho o servirle café.
Mi único apoyo durante todo esto fue Iori, que siempre que me veía ya no despegaba su mirada de mi ni volteaba a otro sitio. Tuvimos demasiado tiempo para hablar de todo lo que nos pasaba durante aquellas horas presos en el despacho, así que pudimos arreglar todo lo que nos pasaba... menos mi sueño con él.
¿Sabéis lo duro que es mirar a los ojos a una persona con la que habéis tenido un sueño erótico? Con suerte, sólo fue al principio y poco a poco me acostumbré a estar con él. Y sobre Komaeda, venía siempre al final del castigo a ver cómo estaba y acompañarme a casa, por lo que también me acostumbré a su presencia.
Como iba diciendo antes, estaba de camino a mis horas de trabajo sin descanso. Un susurro en mi oído hizo que me estremeciera y diese un pequeño saltito, separándome de aquella persona. Al girarme, me encontré al coqueto Miura, el cual estaba sonriéndome de mejilla a mejilla. Llevaba el uniforme del Consejo Estudiantil como siempre, solo que se veía arrugado y mal puesto. Al igual que su cara, que portaba unas grandes bolsas debajo de sus ojos amarillentos.
Quiere algo seguro...
-¿Qué pasó, Miura? -Pregunté desconfiada.
-Mmmhhnnn. -Se acercó a mi para analizar mi cara un poco mejor y no dejarme escapatoria-. Vas a venir conmigo un segundo antes de tu castigo, te necesito para algo.
-¿Qué? -Arqueé la ceja y me separé de nuevo-. ¿Para qué exactamente me quieres?
No me respondió, en cambio, me agarró fuertemente de la muñeca y comenzó a andar en dirección a la aula del Consejo Estudiantil. Todo el camino estuve haciendo muecas de dolor por culpa de su agarre, además de gritarle que parara, pero no lo hizo. Solo tuve la opción de esperar y ver que pasaba.
Una vez llegamos, cerró la puerta de un portazo y me acorraló contra la pared más cercana, su cuerpo me atrapaba lentamente y me enjauló casi por completo. Su mano se apoyó en mi mejilla, bajándola poco a poco hasta mi cintura, agarrándome suavemente de la cadera mientras apretaba su cuerpo contra el mio. Por último, su cara se inclinó lo más cerca de la mía, los suficientemente cerca para sentir su respiración golpear en mi piel.
Estoy soñando. Estoy soñando. Estoy soñando... ¡Definitivamente no estoy soñando!
Antes de que pudiera golpearle en la entrepierna, la puerta se abrió, dejando ver a una Gouma sorprendida de vernos de esta manera. Tras unos segundos mirándonos fijamente, cerró la puerta lentamente y se fue.
Miura se apartó al ver que la chica ya no estaba y se acomodó la ropa, sacando un espejo de su bolsillo para verse y suspirar del asco.
-¿Qué coño acaba de pasar? -Cuestioné en voz alta.
-Oh, sí. -Dijo, olvidándose del hecho de que casi me besaba-. Gouma está enamorada de Iori y se piensa que ambos estáis saliendo, por lo que lleva mucho tiempo estando seria y sin dar buenas ideas para aportar al evento de Halloween.
-¿Y eso qué tiene que ver con el hecho de que me acabas de acorralar contra la pared? -Señalé la pared detrás mia.
Entrecerró los ojos y me miró de una forma despectiva, insinuando que era tonta por no entenderle. Aún así, suspiró y se acercó de nuevo hacia mi, agarrando un trozo de mi cabello.
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¿Solo por ti? (Nagito x lectora)
FantasiTe encuentras atrapada en el mundo de Danganronpa, conociendo todo de los personajes y la historia. ¿La cambiarías por tu propio bien? ¿O dejas que todo fluya como en el juego? A eso se deberá de enfrentar nuestra protagonista...