♣20♣ Desahogo

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Vale, a partir de ahora, el odio hacia los hombres es totalmente justificado y Tenko siempre tuvo razón sobre ellos.

Caminé a casa descalza con ambos zapatos colgados en mis manos. Para mi conveniencia, las calles de este mundo son realmente limpias, por lo que en ningún momento llegué a clavarme algún tipo de basura o desperdicio que algún hediondo haya tirado. Aunque el miedo que tenía a ser asaltada, más porque ya era de noche, estaba presente, así que en cada esquina y cada ruido raro hacía que me paralizase y mirase frenéticamente a los lados.

¿Estoy siendo una exagerada?

Quiero decir, ¿y si mi yo de aquí ya sabía sobre el problema de Naegi...? Dios, ¿por qué es tan difícil caer bien a alguien?

¿Valen estas lágrimas la pena derramar por alguien que sé que en un futuro cercano tendré que irme? O puede que no, porque todavía no he encontrado la puta razón detrás de todo esto.

En cuanto llegué a la puerta de mi casa, casi me quedé sin respiración al no encontrar las llaves en mi bolso, pero, tras mover el contenido durante un rato, di con ellas y solté un gran suspiro de alivio.

Tiré los zapatos y dejé el bolso en el estante de la entrada. Y, la última cosa que hice ese día, fue tumbarme en el sofá y cerrar los ojos.

—¿Me puedes explicar el por qué estás aquí?

Al levantarme y no tener que hacer nada, fui a visitar a Hajime al restaurante. El otro día pude observar que también servían desayunos, por lo que podría llegar a tomar algo allí en compañía de mi querido amigo.

¿A quién engaño? Estoy hecha mierda.

Tras encender el teléfono, empezaron a bombardearme con muchísimos mensajes. Todos los de el V3, menos el pelimorado, me escribieron preocupados por mi y para saber quién era Makoto y por qué estaba allí. Además, el propio Naegi se encargó de llenar mi historial de llamadas.

Justo en ese momento, el director me llamó y me dijo que no debía de ir a supervisar a nuestro querido sireno, ya que había pasado algo y solo querían hablar con él. Mañana me contará seguramente.

—¿No puedo visitar a mi gran amig-? —Me crucé de hombros en la mesa.

Hajime, sabiendo que me pasaba algo, suspiró fuertemente y repitió mi acción.

—T/N, ¿qué es lo que quieres?

—Sinceramente, me ofendes con eso, pero lo dejaré pasar. —Puse la mano en mi pecho, falsamente dolorida—. Aunque es cierto lo que dije, vine aquí para hablar y estar contigo y, ya de paso, desayunar algo.

—Espera, ¿tu novio te trajo o viniste andando? —Arqueó la ceja—. Esto está a más de media hora de tu casa.

—No tengo novio y no quiero hablar de eso. —Puse los codos sobre la mesa y pasé las manos por mi pelo—. Además, anduve bastante anoche, esto no es nada.

—¿Estás loca? —Me agarró fuertemente de los hombros y me zarandeó—. ¿Sabes lo peligroso que son las calles por la noche? ¡Y más siendo tú!

—Ja, ja, sí, todo el mundo me odia. —Reí sarcásticamente.

Hinata no se espera mi reacción. Sus ojos se abrieron de par en par y pude ver cómo palidecía en culpa.

¿Solo por ti? (Nagito x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora