♣25♣ Una "salida"

96 6 5
                                    

Luego del incidente, estuve varios días encerrada en casa con miedo de salir. No iba al instituto, no iba a más reuniones sobre Ren, simplemente encerrada en casa.

Cuando intentaba poner un pie fuera, mi mente recordaba cómo lo pasé al ser controlada por alguien más, haciendo que pusiera ese pie de nuevo en casa y cerrara con llave.

¿Qué hice en esos días? Decoré mi casa, es decir, puse los muebles de otra manera, aprendí a cocinar con vídeos explicativos, busqué por más pistas de mi pasado, pero no encontré nada...

Todos y cada uno de los chicos que ayudaron en la situación vinieron a visitar, menos Nagito. Me traían regalos, como flores por Rantaro o una bandeja de chocolates de Hajime. Fueron demasiado dulces, pero sabía que esos regalos realmente eran peticiones de volver a clases, lo cual me resultaba demasiado difícil por raro que resulte.

Ese día, le tocó a Komaeda venir. No me esperaba su presencia, ya que todavía le costaba acompañarme a casa por el miedo irracional a hacerme daño. Pero fue diferente, entró con confianza y me dio comida que el mismo había preparado.

Tenía un aspecto espantoso; ojos rojos con ojeras gigantes, piel demasiado pálida, se notaba que no había comido en algunos días...

—No quiero sonar-

—Estoy hecho una mierda, sí.

Nunca imaginé en mi vida que escucharía a alguien como Komaeda soltar una palabra malsonante, aunque me lo creo, ya que es sobre sí mismo.

Le acompañé hasta el sofá y fui a por café, es decir, lo único que salvaría al chico de que se muriese en mi vivienda.

—Gracias... —Agarró la taza con ambas manos.

Se notaba que todavía tenía miedo de que algo saliese mal, pero ahora no me podía concentrar en eso. Debía de saber primero el por qué de su aspecto físico.

—¿Qué ha pasado para que estés así?

El peliblanco me miró sorprendido, dejando la taza de café de nuevo en la mesa para poder responderme.

—Ni yo lo sé... Creo que tu ida me afectó más de lo que esperaba. Sentarme a tu lado, verte feliz, ayudarte con cualquier cosa... Son pequeñas cosas que me hicieron ver que la vida realmente no es tan mala, y si me las quitan de un momento a otro, vuelvo a ser el de antes.

Aún así, mi cara regresó al mismo calor y color que siento cada vez que miro a Nagito, poniéndome bastante nerviosa. Lo bueno es que el chico no lo notó, debido a que estaba centrado en terminarse la bebida antes de quedarse sin batería.

Su sincerad me motivó a levantarme y agarrarle la mano, tirando de él hacia la puerta.

—¡¿T/N?! —Exclamó antes de que consiguiera tirarle el sobrante del café encima.

—Siento haberte hecho daño. —Intentó cortarme, pero no le dejé—. Principalmente, me duele haberme hecho esto a mi misma, así que salgamos en una salida.

—¿Salida...?

No iba a negar que quería que fuera una cita, pero mis condiciones mentales de ese momento NO querían ni pisar la calle. Igualmente, le sonreí y asentí, volviéndome hacia la puerta y quedándome unos segundos ante ella antes de abrirla de par en par.

¿Solo por ti? (Nagito x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora