𝑼𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓... ¿𝑶 𝒅𝒐𝒔? • 3ra RD Harry Potter

13. Castigados

Cuando ví a Fred en el comedor a la mañana siguiente tenía una cara de no haber dormido bien, me preocupé y recordé que también le debía dinero de la apuesta que hicimos. Cuando me acerqué más parecía enojado de lo que sea que George y Lee se estaban riendo. Así que me acerqué para saber si estaba bien o si ya había ido a la enfermería, supuse que George y Lee sabían que había salido conmigo al campo de quidditch o ya sabrían del accidente.

—Hola —saludé en general sentándome a un lado de Fred

—Murciélago —dijo sin muchos ánimos

—¿Cómo está tú espalda?

—¿Tu eres la que dejo los rasguños en su espalda? —preguntó George sorprendido, lo miré confundida— No seas tan salvaje con los rasguños la próxima vez, cortate las uñas

—El idiota cree que anoche me acosté con alguien y me dejaron la espalda así —me explicó Fred, entonces entendí la pregunta de George

—¡Dios no! No George, no pasó nada de eso. Son unos idiotas —dije arrojando un pan haciéndolo reír

—Solo quería comprobar

—Claro, comprobar —dije sarcástica y escuché la risa ahogada por un gemido de dolor, así que miré a Fred—. ¿Ya fuiste con Madame Poppy?

—No, terminando el desayuno iré —dijo un poco adolorido y yo sólo asentí levantándome de mi asiento, pero él tomó mi brazo — Quédate, no quiero que estés sola en tu mesa

—Bien —dije medio dudosa y pues quería asegurarme de que iba a ir con Poppy después del almuerzo

Seguimos comiendo hasta terminar, nos pusimos de pie y salimos del comedor con tranquilidad, yo me dirigía a pociones y ví que Fred también me seguía (fue el único de sus amigos en pasar el timo de pociones con un extraordinario).

—¿Qué haces? ¿No ibas a ir con Madame Poppy?

—Iré después de dejarte en el salón

—No Fred, tienes que ir ahora al menos para cambiar las vendas que te puse ayer, no podemos dejar que se infecten —dije irritada tratando de empujarlo por el brazo para que se fuera

—Primero debo escoltarme, tengo mis prioridades murciélago

—Eres increíble —dije sarcástica tomándolo de la mano y llevándolo conmigo hacía la enfermería

—El salón de pociones queda al otro lado

—Lo sé, te llevo a la enfermería

—Puedo ir solo después, llegarás tarde y tu tío no es la persona más comprensiva del planeta

—Pues que haga lo que quiera—me encogí de hombros—, si no me dejas de seguir cómo los patitos a su mamá que mejor que me sigas para curarte

—No te sigo como patito, no quiero que seas mi madre —dijo disgustado

—Ni yo tampoco quiero ser tu madre, pero debo ser la persona responsable en esta amistad

—No me gusta la palabra amistad

—¿Entonces cómo lo llamarías?

—No lo sé, pero definitivamente no quiero que seas mi amiga

—Bien, no somos amigos —accedí irritada— En ese caso alguien tiene que ser el adulto responsable de está… situación

—¿Te gustaría tener una situación conmigo? —dijo burlón haciéndome rodar los ojos

—Mejor cállate que parece que las heridas te estan haciendo delirar del dolor —dije muy roja, sentía las mejillas arder