𝑼𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓... ¿𝑶 𝒅𝒐𝒔? • 3ra RD Harry Potter

41. Diversión

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La vuelta a clases y los primeros días fueron motivo de múltiples cosas, primero qué nada mis partidos y la enfermería eran ya mi prioridad, ayudaba a los chicos cuando iba a ver a Fred al menos una hora en el laboratorio. Aunque la mayor parte del tiempo estaba besándome con él mientras cortaba la mayoría de frases que decía, según él me extrañaba mucho cuando realmente nos habíamos visto por la mañana. Cuando mí partido contra Slytherin llegó cerca del final de febrero yo estaba muchísimo más concentrada en eso que en otras cosas cuando estaba en prácticas así que me enfoqué en repetir una y otra vez en mi memoria todos los encuentros que habían tenido los Slytherin en sus partidos contra las otras casas, si bien se caracterizaban por ser agresivos hacían cierta trampa en los partidos contra Gryffindor y Ravenclaw porque sabían que eran sus rivales más fuertes ya qué todos los equipos sabían las debilidades de los Hufflepuff al haber perdido a su buscador estrella.

Las pruebas de los Gryffindor habían sido hacía unos días y Ginny había quedado cómo cazadora en reemplazo de Angelina lo cual les daba una ventaja, conocía a Ginny en el campo por sus propias experiencias o la manera en que contaba las cosas que hacía con cosas cotidianas, era diestra lo que quería decir que la fuerza de sus brazo era buena. Lo que predominaba en el equipo de Slytherin era exactamente eso al ser conformado sólo por hombres, Montague no era muy bueno eligiendo a sus elementos en el campo y por eso siempre había peleas entre él y Adrian, lo sabía por qué fui su amiga. Su buscador era Malfoy por lo tanto no era tan sensitivo cómo Chang, y bueno… Adrián tenía un punto medio ciego a la izquierda que podía usar a mi favor. Los golpeadores eran lo peor, Crabbe y Goyle eran brutos en sus golpes pero sabían apuntar, los idiotas. Y eso reflejaba un riesgo para mis cazadores y para mí.

Los entrenamientos eran cada vez más exhaustivos pero no al punto que mis elementos no pudieran resistir, siempre ponía su seguridad y salud primero, preguntaba si se sentían bien y cambiamos de estrategia o ejercicio cada vez que podían o se sentían mal. Fred fue a verme en varías ocasiones, y bueno destrozaba mi frustración con él en los vestidores cuando alguno de los chicos no hacía bien un movimiento en lugar de gritarles, Fred era cómo mi saco de box de frustración que me dejaba temblando cuando mis piernas no podían montar más su escoba, guiño guiño.

Cuando el día de mi partido llegó me encargué de que las estrategias en el comedor quedarán correctas en la mente de mis jugadores, pero cuando salimos del comedor los Slytherin entraban y con Graham nos dimos una mirada retadora y una sonrisa arrogante, cuando peleas con amigos en el campo no hay amistades y nosotros lo sabíamos. No sobra decir que ganamos nuestro partido gracias a Malfoy, que parecía más concentrado en restregarle a Harry que era el mejor jugador del mundo mofandose y pasando frente a Harry todo el tiempo incluso si la snitch no estaba ahí. Me llevé uno qué otro golpe en los brazos, pero ese partido nos catapultó a la final y estaba feliz en la enfermería mientras me aplicaba los ungüentos y pociones correspondientes mientras Fred, Lee y George me veían con emoción, aunque Fred más que nada me estaba comiendo con la mirada viendo hacía mi escote porque me había tenido que quitar el Jersey y quedar en una blusa de tirantes qué siempre usaba bajo el uniforme y que dejaba ver mucho mis pechos, para poder aplicar las curaciones.

Cuando Lee y George se fueron Fred y yo nos quedamos solos mientras recogíamos mis cosas y el área que Poppy me había prestado para limpiar y tratar mis heridas. Sólo lo sentí ponerse detrás de mí en muchas ocasiones acercándome sus caderas a las mías o a mi cara o mi trasero cuando tenía la oportunidad con la excusa de que estaba “ayudando”. El extremadamente hombre horny de mi novio una vez que terminé de guardar mis cosas y estaba por ponerme mi jersey de nuevo para poder salir, se colocó detrás de mí y metió sus manos frías a mi blusa y apretó mis senos haciéndome saltar por el tacto frío contra mi piel. Yo no usaba bra cuando jugaba porque no me parecía cómodo, no sé una manía qué tenía.