𝑼𝒏 𝑨𝒎𝒐𝒓... ¿𝑶 𝒅𝒐𝒔? • 3ra RD Harry Potter

60. Tiempo para padres

Advertencia: Contenido Explícito

Tener gemelas de año y medio era genial, sobre todo cuando la señora Weasley no se cansaba de tenerlas en casa y Fred y yo podíamos escaparnos en citas clandestinas fingiendo que teníamos mucho trabajo para sólo encerrarnos en su oficina o el almacén, correr a George y vivir la vida sexual que nos habíamos abstenido de tener durante bastante tiempo limitado a roces y rapiditos que no nos dejaban disfrutarnos. Además que Fleur estuviera embarazada ayudaba muchísimo, era cómo un imán para querer pasar tiempo con bebés y empaparse de lo que era see padres.

Esté día que les voy a contar era uno de esos días, me había arreglado muy linda para vender. Cómo pocionista principal y esposa del dueño me podía dar esos lujos de comprarme vestidos o faldas que combinaran con el uniforme de mi esposo, que consistía en un traje magenta con ligeros tonos de naranja. Así que en esa ocasión había comprado un vestido a sus espaldas, casi siempre lo llevaba a que me dijera que le parecía y lo usabamos para momentos en familia porque llevábamos a las niñas. Era un vestido escotado naranja, ajustado a mi cuerpo haciéndome ver muy esbelta, resaltando mis caderas y me llegaba apenas a la mitad del muslo, me veía espectacular, junto a mis labios rojos me veía muy hermosa.

—Oye amor ¿Has visto mí...?

Fred se quedó a mitad de su pregunta cuando entro a la cocina. Yo estaba terminando de alimentar a las gemelas, había terminado de alimentar a Augustine, Julia estaba en el piso en un pequeño corral que hicimos para ellas jugando con unos juguetes. Lo volteé a ver com una sonrisa rápida mientras seguía concentrada en mi hija.

—¿Qué buscas, amor?

—¿Qué es eso? —apuntó mi cuerpo— Yo no te escogí eso ¿Por eso no volviste a la habitación?

—No... No volví porque tenía que atender a nuestras hijas que por desgracia comen cómo tú —dije divertida inclinandome a la mesa para tomar una toallita húmeda para limpiar a Augustine

Lo ví acercarse lentamente, con cautela, cómo si tuviera miedo de espantarme o estuviera cazandome.

—Vuelvo a preguntar ¿Qué es eso? Yo no lo escogí

—Oh... Me lo compré la otra vez que acompañé a Fleur con madame Malkin... ¿Te gusta? Me pareció lindo

—Es... Te ves hermosa con todo lo que te pones, amor. Pero esto...—me apunto con las palmas abiertas— sólo lo haces cuando quieres que nos encerremos al terminar la jornada laboral

—Bueno... Quizás —me encogí de hombros tomando a Augustine en brazos para ir a cambiarla— Puedes levantar a Julia del corral, necesito cambiarlas

—Alba Weasley, no me cambies el tema...—sijo mientras me obedecía — Sabes perfectamente que hoy las dejamos con mi madre

Sólo reí y comencé a caminar más rápido hacía la habitación de las niñas tomando su ropa para cambiarlas. Augustine estaba de lo más risueña mientras jugaba con mi cabello. Julia iba hablando con Fred diciéndole papá. Ya habían comenzado a hablar y les encantaba decir papá o mamá o agua... Eran demasiado habladoras y eso definitivamente lo sacaron a mí.

—No estoy cambiando el tema Frederick Weasley. Estoy pidiéndote que me ayudes a cambiar a nuestras hijas.

—Sabes que eso no es ningún problema, pero no podré concentrarme sabiendo que estás por ahí en la rienda con ese vestido que sabes que me provoca muchas cosas. Muchos chicos te van a coquetear... —hizo un berrinche y Julia lo imitó

—Sabes que no me interesan los chicos que van a la tienda cuando sé que tú eres mi esposo, Freddie. No tengo ojos para nadie más que para ti. Tu tampoco te quedas atrás con las chicas que te coquetean.