꒰ Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.

♡: O35.

❛El lavanda significa que no importa❜

JiMin paseaba sus manos por la variedad de telas, sonriendo cuando una era excepcionalmente suave.

—¿Seguro de que no tienes ninguna especificación? —preguntó JungKook, queriendo comprobar una última vez.

—Nop. —JiMin sacudió su cabeza sin dudarlo, embobado con manosear una prenda suavecita.

—Podría escoger una que sea demasiado corta solo para verte el culo, ¿sabes?

—Pues hazlo —lo retó JiMin con una sonrisa—. No me molestaría.

—Bien… —JungKook aceptó, devolviéndole el mismo tipo de sonrisa—. Buscaré la más corta que existe, ¿algún color en específico?

—Hmm… todo menos negro, o colores que den asco —finalmente dió una especificación, dándose cuenta de que eso era algo que sí le importaba.

—¿Colores que den asco? —JungKook rio ante su manera de expresarse—. ¿Y un ejemplo sería…?

—Café, verde vómito… —enlistó, levantando un par de deditos— ese tipo de cosas.

JungKook hizo un sonido de afirmación, volviendo a su tarea de buscar alguna falda para JiMin.

Desde hace días, la idea de usar una falda no había abandonado la mente de JiMin. Creía sentirse listo para que algo así no lo hiciera sentir menos como hombre, pero era difícil deshacerse de la vocecita en su cabeza que decía pura mierda en su contra. Decidió que la única manera de deshacerse de la tentación, era intentarlo, y si le gustaba, bien, y si no le gustaba también.

Y, a pesar de tener la idea insistiendo tanto en sus pensamientos, no sabía qué tipo de falda era la que quería, así que ahí entraba JungKook: su experto en moda.

Desde que vivía con JungKook, JiMin, dejó de preocuparse del tipo de ropa que se ponía, pues JungKook terminaba siempre decidiendo por él (no sabía desde cuando, pues eso no fue a propósito), y le gustaba más así, porque era sencillo y se sentía como un pequeño gesto de control que su novio tenía sobre él.

—Estaré esperando la falda más de puta que puedas encontrar —dijo JiMin, sin realmente molestarle esa idea—. Hmm… Aunque cualquier falda es de puta mientras yo la use.

—Deja de insistir siempre con que eres una puta, JiMin —lo regañó.

—Pero lo soy… —respondió con un puchero—. Y tú también me llamas así, no te hagas el inocente.

—Touché.

JiMin podría dar una larga lista de las razones por las que era una puta, pero la número uno era porque él mismo quería llamarse así.

Exclamó en sorpresa y adoración al ver la falda que JungKook le mostró. Era diminuta, tal y como le prometió, de un adorable color lavanda, simple y sin ningún estampado.