꒰ Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.

♡: O32.

❛Frágil: no tocar❜

—Buenos días, ángel.

—Buenos días… —balbuceó en voz baja,, apenas enderezándose—. Mmm… —soltó con la mirada perdida antes de bostezar—. Me gusta cuando me llamas ángel —murmuró aquella confesión, sintiéndose algo avergonzado.

—¿Te sientes mejor? —preguntó gentilmente, refiriéndose a toda la mierda que había ocurrido el día anterior.

JiMin asintió sin pensarlo mucho, levantando su pulgar como señal de afirmación.

—¿Cómo sigue tu voz? —le recordó a JiMin, quién honestamente ya se había olvidado de eso.

—Bien… —dijo, su voz ya como siempre.

JiMin se estiró, tallando sus ojitos, sintiéndolos hinchados por la lloradera de ayer. Debía admitir que estaba un poco aturdido por todas las emociones de la madrugada. Pero, al menos, había hablado un poco de ello con JungKook, así que no debía preocuparse por estar embotellando sus emociones como siempre lo hacía.

JungKook tomó su rostro, acariciando su mejilla con cariño.

—¿Qué te parece si te preparo el desayuno?

—No tengo hambre… —murmuró JiMin en un tono quejoso.

Había perdido por completo su apetito.

Sabía que había subido de peso, no estaba seguro de cuánto exactamente (pues se mantenía alejado de las básculas por su propio bien, era fácil obsesionarse con los números), pero era obvio. Eso debería ser saludable, ya que la última vez que revisó estaba ligeramente debajo de un peso ideal, pero no le importaba, iba a hacer lo necesario para deshacerse de las curvas en su cuerpo.

Esa era la peor parte de haber subido de peso, que parecía que todo se iba a sus piernas, cadera, y, por supuesto, a su pecho.

Quería perder peso, solo un poco, pues se conocía bien y sabía que eso podía salírsele de control. Ni siquiera le importaba que eso significaría verse aún más chiquito al lado de JungKook, todo para deshacerse de sus asquerosas curvas.

JiMin paseó su mano por su abdomen, suspirando de alivio al todavía poder sentir el hueso de su cadera, no importaba lo mucho que odiara lo anchas que eran, el poder sentir el hueso era extrañamente reconfortante. Le gustaba hacer eso, fuera en sus costillas, cadera, o clavículas. También le gustaba envolver su mano alrededor de su muñeca, como una prueba de lo delgada que era.