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Lindamente aterrador❜

JiMin estaba completamente solo en la habitación, solo eran él y aquella falda

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JiMin estaba completamente solo en la habitación, solo eran él y aquella falda.

Lindo, lindo color lavanda; tan extrañamente aterrador.

Se dejó caer en la cama, quedando junto a la falda, su posición incómoda y forzada, todo por evitar tocar la prenda. Suspiró, su mente quedando en blanco por un segundo.

Tenía tantas dudas sobre algo tan simple, y aún así tan complicado.

Odiaba que fuera así, que fuera tan, tan insignificante como un estúpido trozo de tela; pero que fuera tan abrumadoramente importante que lo hacía sentir como si su mundo entero se fuera a derrumbar.

Esa era una gran parte por la que nunca le gustó la moda, era tan estresante, siempre demasiado consciente de cómo se veía su cuerpo y cómo era percibido.

Le tenía miedo a vestirse femenino, todo por culpa de cómo se veía, de cómo la gente lo vería. Pero… estaba harto de estar asustado de eso, de negarse lo que sabía y le gustaba tanto.

Su relación con la feminidad había pasado por mucho, iniciando cuando era un niño, amando las cosas femeninas, todo lo brillante y de color rosa; a luego usar esa feminidad para sexualizarse a sí mismo, fingiendo ser alguien que no era solo porque así recibía esa atención que tanto anhelaba; a odiarlo rotundamente cuando se dió cuenta de que en realidad era un chico, forzándose a ser ‘todo lo que un hombre debía ser’.

Cuando escapó de casa, creyó ser libre, pero para poder sobrevivir, necesitó volverse una puta. Para ser deseado, para obtener dinero, necesitaba parecer una chica, fingir inocencia y aún así ser descarado, decir cosas sucias que le dejaban un sabor vomitivo en la boca, hacer todo lo que ellos querían, dejar que le hicieran más de lo que él quería.

En un punto, comenzó a no importarle, se acostumbró a ello. Lo trató como libertad, se sentía como si no tuviera que probarle nada a nadie, solo era él y cómo quisiera (necesitara) ser.

No importaban todos los hombres que a diario lo llamaban todo tipo de cosas; aprendió a aceptarlo, a él mismo llamarse de esas maneras, porque si él mismo se llamaba una puta, significaba que no le importaba.

Aprendió a lidiar con ello. Aceptó que esa era la manera en la que necesitaba vivir, y no le importaba. Iba a ser una puta y le iba a gustar serlo. Aprendió que nunca nadie lo iba a ver cómo un hombre, y lo aceptó, no importaba lo mucho que dolía.

Luego conoció a JungKook, quién, al principio fue como cualquier otro encuentro, solo que menos grosero, más gentil, extrañamente cariñoso. JiMin seguía actuando como una puta para él, siendo tan raro pero tan lindo que JungKook lo siguiera viendo como un hombre a pesar de eso. Hasta que… se dió cuenta de que JungKook le daba atención aun cuando no actuaba como una puta.

꒰   Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora