꒰ Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.

♡: OO3.

❛Deja que papi cuide de ti❜

—Fresas... —pidió avergonzado, haciendo su cuerpo más pequeño de lo que ya era—. Por favor.

JiMin sentía muchísima vergüenza cuando se trataba de pedir cosas, espero lo comprendan.

Sin exagerar, podía contar con los dedos de las manos las veces en su vida que pudo probar las fresas. Así que cuándo JungKook le ofreció darle lo que quisiera mientras cuidaba de él (algo que llamó aftercare o algo así, no prestó mucha atención) no dudó en segundo en decidir; aunque fingió pensarlo antes de decirlo en voz alta.

JungKook le dijo algo, aunque JiMin solo vió sus labios moverse, ya que todo sonido era completamente opacado por los agitados latidos de su corazón.

JiMin bajó la mirada y jugueteó con sus dedos mientras esperaba, tarareando suavemente una melodía para distraerse. Cuando escuchó los pasos de JungKook indicando que se acercaba, dejó de tararear y rápidamente fingió que nunca soltó un solo sonido.

¿JungKook lo habrá escuchado? Esperaba que no... Y sí lo hizo, que vergüenza...

Sus ojos brillaron cuando vió que JungKook traía consigo un pequeño plato con fresas en él.

El olor... su color rojizo... A JiMin se le hizo agua la boca rápidamente.

Cuando JungKook acercó una fresa a sus labios, JiMin supo instantáneamente que intentaba hacer.

Quería darle de comer en la boca.

No podía recordar la última vez que alguien lo había tratado tan gentil y dulce, ni siquiera su padre.

Su vergüenza tomó color rojizo y se apoderó de sus mejillas. JungKook lo notó inmediatamente e hizo aquella expresión que hacía cuando pensaba que JiMin era adorable.

—Deja que cuide de ti, gatito.

JiMin asintió con la cabeza, con miedo de que si hablaba, su voz temblaría.

—Gracias... —Ante todo, JiMin era un niño bien educado que decía ‘por favor’ y ‘gracias.’

Abrió la boca tímidamente, dándole la invitación a Jeon para que lo alimentara, para que, como él decía, cuidara de su gatito. Apesar de que, bueno, acababan de follar, JiMin no podía evitar sentirse nervioso con la cercanía y el contacto físico.

Su mirada parecía tan pesada e intimidante, pero aún así, se sentía dulce, tan dulce que no se despegaba de los ojos de JiMin, pegajosa como aquel caramelo que probó en su infancia del que nunca supo el nombre y que era tan irritante cuando se quedaba pegado a sus dientes.

Y, sin separar su mirada, JiMin mordió la fresa, quizá lo que era un poco más de la mitad de la fruta.

Retuvo un sonido de satisfacción cuando la probó, aún si su sonrisa fue imposible de contener. Era dulce con un ligero toque amargo. Con más confianza, tomó la iniciativa y se acercó a la mano de JungKook dejando que le diera el resto.