꒰ Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.

♡: OO1.

❛Un trato con papi❜

JiMin abrazó su propio cuerpo, intentando calmar el frío. Apretó su celular contra su pecho, protegiéndolo, ya que era lo único que tenía.

Ya llevaba un poco más de seis meses haciendo eso, así que estaba acostumbrado, pero eso no quitaba lo horrible que era.

Usaba el poco dinero que tenía para alquilar una habitación en un motel. El edificio era terrible, pero bastante barato, y eso era lo que importaba. La primera noche fue terrible, escuchar sonidos que delataban a todas las personas que estaban teniendo sexo, la incómoda cama y el terror de haber escapado de casa.

Pasaba horas ahí afuera esperando por algún tipo que le pagara por acostarse con él. Normalmente eran tipos raros, que parecían más interesados de lo que debían por su edad apenas legal. La mayoría ignoraban por completo que él les dijera que era un chico, lo llamaban con todo tipo de pronombres y apodos femeninos, pero cada vez dolía menos.

Se preguntaba si su padre lo estaría buscando, si estaría mínimamente preocupado por su ‘hija’. No lo había intentado llamar, ni le había enviado ni un mensaje, aunque no es como si JiMin fuera a responderle. Suspiró, negando con la cabeza, no importaba...

Al levantar la mirada, vió a un hombre frente a él, mirándolo con lo que JiMin esperaba y fuera interés.

—Oppa —lo llamó, utilizando una voz inocente—. ¿Quiere pasar esta noche conmigo?

Decir aquellas palabras una y otra vez a cualquier hombre que pasara se estaba volviendo aburrido, pero al menos había perdido la vergüenza (y asco) después de tantas veces.

El hombre lo miró de pies a cabeza, JiMin sintiéndose intimidado por él, siendo honesto, le daba un poco de miedo.

—¿Cuántos años tienes? —él preguntó, su voz no ayudando a aquel miedo que JiMin le tenía.

—Tengo dieciocho —respondió, esperando que fuera otro de esos tipos raros.

JiMin podía jurar que vió un ligero brillo en los ojos de aquel hombre.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó—. Eres muy joven como para hacer esto.

JiMin suspiró, dándose cuenta que no podría sacar un cliente de este tipo, probablemente venía a darle un sermón o a tenerle pena.

—Escapé de casa —respondió—. Necesito dinero, es todo.

El hombre juzgó en silencio sus decisiones, y JiMin no lo culpaba, debía verse patético.

—¿Y por qué no regresas?

—No quiero hacerlo. —Negó con la cabeza mientras hablaba—. Odio a mi padre, no quiero volver a verlo —soltó las palabras llenas de rencor.

El hombre asintió para sí mismo, probablemente satisfecho con las respuestas que obtuvo. Luego, sacó algo de su bolsillo y se lo ofreció: era un cigarrillo. JiMin lo miró confundido, ¿qué se supone y debía hacer con eso? Entonces, se dió cuenta de que había algo escrito en el cigarro, forzó la vista, notando una serie de números trazados con tinta negra.