꒰ Daddy Issues ' ♡ᵎ 국민.

♡: O11.

❛Ush... los problemas parentales❜

JiMin soltó un quejido, ya harto del dolor.

Su útero quería matarlo, tenía muchas pruebas y cero dudas.

Era horrible. Primero, porque se sentía como la mierda, y segundo, porque eso era una advertencia de que comenzaría a sangrar en unos días. Se negaba a llamar eso por su nombre, pues le recordaba a como la gente siempre lo pintaba como algo de señoritas femeninas que son mujeres con sus hermosos úteros hechos para ser madres.

Así que, por eso, prefería llamarlo ‘el maligno río de sangre.’

Ugh, aún recordaba cuando el maligno río de sangre hizo aparición por primera vez. Él sabía que eso ocurría, pero por alguna razón, no creía que le ocurriría a él, aunque se equivocó terriblemente. Sí... Ese día se encerró en el baño a llorar. Su padre intentó consolarlo diciéndole que eso solo significaba que ‘estaba convirtiéndose en una mujer’, aunque eso era lo último que JiMin quería escuchar y solo empeoró todo.

Ah, que lindos recuerdos espantosos.

Otro quejido abandonó sus labios, y se sostuvo el estómago, intentando reprimir el dolor. Ya harto, decidió que era suficiente de hacerse el que podía aguantar eso, no iba a aguantar ni un poco más de esa tortura. Se levantó, alcanzando las pastillas que ayudarían su dolor. Era un asco para tomar pastillas, pero sí se podía, o al menos eso quería creer.

Fue por un vaso de agua, sacando una pastilla y dejándola en la palma de su mano. «Puedes hacerlo, solo es una pastilla.» Se dijo a sí mismo, intentando convencerse de que era posible. Sin querer pensarlo más, se echó la pastilla a la boca, tomando un trago de agua para ayudarla a pasar. Sintió la dura pastilla pasar por su garganta, odiando la sensación y haciendo una mueca. Celebró internamente al haberlo logrado, parecía que se había vuelto mejor en eso de tomar pastillas con los años. ¡Ya no tenía que molerlas y ponerles azúcar para que el polvo de pastilla no tuviera tan mal sabor!

Acalló de inmediato el pensamiento que quiso recordarle la ocasión en la que su padre le gritó desesperado porque no podía tragarse una estúpida pastilla y casi llora, era otro lindo recuerdo espantoso que prefería ignorar.

Se dejó caer sobre su cama, sintiéndose instantáneamente aburrido. No tenía mucho que hacer, aunque podría tomar su celular y distraerse por horas en las redes sociales.

Suspiró, intentando evitar pensar mucho, aún si eso era imposible, pues cuando estaba solo siempre ocurría. De verdad quería evitar caer en un espiral de pensamientos, más con esas estúpidas hormonas que lo ponían sensible y lo hacían llorar por todo.

De la nada recordó a su padre, y a su familia, o mejor dicho, su falta de familia.

Su madre lo abandonó antes de que pudiera recordarlo. En sus recuerdos, ella nunca aparecía. Su vida siempre fue solo él y su padre. Había ocasiones donde deseaba tener una madre. Era más que nada una fantasía, ver tantas películas y dramas dónde había una perfecta madre que siempre amaría incondicionalmente a su hijo. Las novias de su padre cumplían un poco con su fantasía, o al menos las que eran más agradables. Le avergonzaba admitirlo, pero a veces veía a Lalisa como una madre, aun si ella era apenas mayor que él.