Dorea Potter

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— ¿Quién es? — pregunto Sirius adelantándose a su madre.

— Es verdad, no la conoces, Sirius Orión — exclamo Walburga acercándose para intentar limar asperezas —. Ella es Dorea, tu tía abuela, es la hermana de mi padre, tu abuelo Pollux.

— ¿Ellos quiénes son? — inquirió Sirius —. No me agradan.

— ¡Chico más enérgico! ¿Quién lo pensaría de los Black? No creo que sea nieto de Pollux, para nada.

— Lo es, ¿Potter, cierto? — dijo Arcturus Black III quien estaba cruzado de brazos, y giro los ojos.

— ¿Potter? ¿Usted es algo de James? — pregunto Sirius.

— Aunque el apellido es el mismo no estoy emparentado tan cercanamente con los Potter de Gran Bretaña, mi familia ha vivido varios siglos en Estados unidos — respondió el mayor de los magos —. Puede que estemos emparentados muy lejanamente, quizás algún hermano de un antepasado de él emigro cuando se descubrió américa, o quien sabe, yo pertenezco, y con orgullo a la familia de los primeros Aurores de Norteamérica.

— Charlus querido, deja de aburrir al chico con tanta palabrería, por ello Alphard se dormía de escucharte — intervino Dorea —. No he estado en esta casa desde hace al menos treinta años, y solo he venido para viajes de un día, en fiestas familiares, me sorprendió enterarme que mi hermano ya no vive aquí.

— Mi padre se mudó cuando Regulus Arcturus nació, para darnos espacio — respondió Walburga intentando sonar amable —. ¿Qué les trae de visita?

— Hay un... ¿Congreso? ¿Charla? No recuerdo como la llamaron los británicos que nos mandaron la invitación, algo así, de Aurores, yo soy un Auror en actividad — dijo el mago más joven.

— Espero no importunarlos, el congreso durara unos días, Charlus y Charly quemaron la última carpa que conseguimos, por lo que nos quedaremos aquí en tanto dure el congreso — dijo con amabilidad Dorea.

— Es bueno verla Tía, aunque hubiera avisado.

— Es algo que surgió de repente, no pudimos hacer mucho cuando la carpa se quemó — dijo forzando la sonrisa y luego se acercó a abrazar a Walburga, algo que tomo a todos desprevenidos —. No he sabido de ti en tantos años.

— ¿Mi padre no la mantuvo informada?

— Quemaba las cartas de Pollux, pero él no lo sabe — dijo en burla el tal Charlus —. Si sabemos solo lo esencial, que Pollux tiene cinco nietos, lo último que supimos es que dos de las nietas ya están casadas y una ya fue madre, los tres son tuyos supongo, son muy parecidos a ti, en especial este pequeño rebelde de aquí.

— Solo los varones, aunque a Andrómeda la he criado como a mi hija y la considero como tal — explico.

— ¿Y sus padres? ¿Dónde estaban que tuviste que hacerte cargo?

— Cygnus era demasiado joven para tales responsabilidades.

— ¿Cygnus? Pero él es el más pequeño ¿No está en sus treinta años? ¿No me digas que creyó toda la palabrería de mi hermano y repitió la historia inculcada por mi padre?

— Treinta y cinco años cumplidos, y su hija mayor tiene veintidós años — bramo Orión — Y nuestra Andrómeda va a cumplir los veinte años.

— Si se la creyó — negó Dorea —. Siempre dije que esa absurda palabrería del hijo varón que nazca primero no daría los resultados que él deseaba...al menos Alphard es más sabio, y tú también querida, veo que decidiste esperar y tener hijos a una edad prudente.

— Si, él es mi hijo mayor, Sirius Orión — presento Walburga poniendo sus manos en los hombros de Sirius —. Y aquel de allá, que esta con su padre, es Regulus Arcturus, el menor.

Rompiendo el Legado Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora