Rompiendo el Legado Black.

Lo que se queda atras

Después del desayuno Sirius se disponía a ir a hacer sus deberes de verano, pero por alguna razón decidió que era mejor hacerla en su habitación, esto no le pareció extraño a su madre, en parte lo comprendió al ver la cantidad exorbitante de visitas en la casa. Regulus, por lo contrario, decidió a ir a su habitación para seguir con la prueba de vestuario, Walburga en medio de la mañana fue a espiar de que se trataba, encontrando que en toda la habitación había muestras de tela, en la cama había algunos trajes, había una gran cantidad de cintas métricas midiendo a Regulus, el cual estaba sentado en la cama, llevando puesto otro traje de gala, muy distinto al que tuvo en el desayuno, y se veía muy feliz.

Al ir a la sala de té encontró a los Tonks hablando con Dorea, Melania y Arcturus, Dorea quien se veía muy animada comentaba sobre sus propias anécdotas de crianza en la edad de la bebé Nymphadora, y Melania también hacia alguna que otra acotación.

— Viendo que pasan mucho tiempo aquí — intervino Arcturus mirando a Ted —. Y dado que estas sin tener alguna clase de oficio y beneficio...

— Si...— bufo Ted mirando hacia la ventana, percibiendo que seguramente lo insultarían nuevamente.

— Eso mismo iba a decirte, en el Ministerio existe el Departamento de Mantenimiento Mágico, podrías encargarte de que se visualice en los techos de la casa un clima acorde al exterior, a fin de que la bebé se familiarice con Hogwarts — dijo con total soltura —. Eso también te daría un trabajo diario, para estar entretenido.

— ¿Cómo? — pregunto sorprendido.

— Con magia — dijo sacando su varita y apunto al techo —. Puedes generar una imagen espejada del exterior que se pueda ver en el interior.

— ¿Cómo en el techo del gran comedor? — pregunto sorprendido.

— Exactamente.

— Orión una vez lo intento, no había problema con el cielo estrellado, pero si lo hubo con las tormentas, solían retumbar mucho en la casa y dejo de hacerlo — acoto Walburga.

— ¿Pero eso no le quitaría el gran asombro cuando llegue al castillo y vea el gran comedor?

— No es algo para asombrarse ver el gran comedor, teniendo familiares que hacen magia a su alrededor todo el tiempo — respondió Arcturus —. Vera cosas más maravillosas mientras crezca, incluso ella misma, que un simple reflejo del exterior.

— Lo que genera grandes decepciones en quienes no poseen el don mágico — acoto Dorea mirando con disgusto —. ¿No es así, Arcturus?

— Había notado un hermetismo, y una situación tensa entre Pollux y tú — dijo Arcturus con vehemencia —. No voy a ahondar en una cuestión que no es de mi competencia, la decisión que se tomó la tomo tu padre, pesando en lo mejor para él — hizo una larga pausa, se quedó pensativo antes inhalar lento y profundo, para luego exhalar rápido, y continuar —. Y, aunque fuese una decisión con la que no estuviste de acuerdo, siendo comprensible desde tu posición, Pollux hizo lo mejor por él, obedeciendo a tu padre.

— ¿Si sabes lo que paso con él, o acaso mi hermano nunca te dijo nada?

— No pregunte, no era algo de lo que tuviera cierta...

Dorea miro a su alrededor, como si esperara algo, miro con cierta mirada acusadora directamente al tapiz y luego señalo a Arcturus —. Lo despojaron de todo en el orfanato Muggle al que lo enviaron, paso allí los siguientes años hasta que fue mayor de edad, para entonces lo sacaron de aquel lugar porque necesitaban darle la cama a otro huérfano más, se enlisto en el ejército, como única solución a su falta de techo y sustento, y, en buscar de honor termino batallando en la segunda guerra mundial.