Despertó un tanto sobresalta en la mañana, y no solo porque había tenido una pesadilla al respecto, basado en su pasado, un sueño referido a un par de lapidas con los nombres de su esposo e hijo menor, y el rostro adulto de su hijo mayor, demacrado, en un diario, tras las rejas y rodeado de Dementores. Al abrir sus ojos, grande fue el susto, porque en la cama, donde debería haber dos acompañantes solo había uno, Orión seguía dormido, pero quien debería estar dormido, en medio de los dos, no estaba.
Al levantarse subió al cuarto piso, donde se encontró con las habitaciones vacías, aunque la cama de su hijo mayor estaba revuelta, por lo que estaba casi segura que acababa de levantarse. La cama de su hijo menor estaba hecha, pero eso no era para sorprenderse, después de todo Regulus estaba durmiendo con ella y Orión, y la cama seguramente fue arreglada por el elfo doméstico.
Pasará, para a que toda despreocupación que pudiera tener se esfumara basto con bajar piso por piso, encontrando que la mayoría de los que estaban en la casa dormían, la sala de arte vacía, la biblioteca, la cocina, y hasta el salón vacío, no había rastros de Regulus Arcturus y Sirius Orión.
Corrió por las escaleras hasta su habitación, notando que Orión seguía dormido, por lo que lo sacudió para despertarlo.
— ¿Qué pasa? ¿Qué pasa mujer?
— Orión, Sirius Orión y Regulus Arcturus no están.
— ¿Cómo que no están? — pregunto sentándose en la cama —. Deben estar en alguna de las habitaciones ¿Revisaste en la habitación de Andrómeda?
— No están. — negó mirando alterada.
— No se pudieron haber salido, la puerta principal está cerrada para ellos, cambie la defensa para que menores de trece años no pudieran abrirla — aseguro —. Seguro están escondidos por ahí.
— Levántate a buscarlos conmigo, no están.
— No pueden no estar, no pueden abrir la puerta principal, no tiene forma de salirse de la casa — aseguro levantándose molesto —. Ya verás mujer, dile a Kreacher que haga el desayuno, Sirius Orión va a hacer un magnifico acto de aparición.
Orión se levantó sin ninguna clase de preocupación, se rasco al cabeza antes de adentrarse al baño para alistarse. Indecisa, decidió esperar a que su esposo terminara de cambiarse para ella entrar al baño y hacer lo propio, porque era verdad, las defensas de Orión eran insuperables y si estaba seguro que no se podían escapar, las defensas de Orión impedirían eso.
Cuando bajaron al comedor, todo ya estaba dispuesto para el desayuno, inclusive Andrómeda estaba ya levantada dándole de comer a su hija, junto a su esposo que le hacía cosquillas en la planta del pie a la bebé. Se sentaron a esperar que todos bajaran, no paso mucho cuando Alphard se sentó en su lugar, y seguido de la señora Snape, su hijo y la niña que los acompañaba, y la tía Cassiopeia.
— ¿Y Black? — pregunto el muchacho Snape.
— Kreacher — llamo Orión y de inmediato el elfo domestico entro al gran comedor, todos observaron, la muchacha Lily se veía circunspecta.
El viejo elfo se arrastró hasta cerca de la mesa, llevaba puesto solo un mantel blanco que cubría su cintura y parte de sus piernas, dejando ver su pecho libre —. ¿El amo ha llamado a Kreacher? ¿Qué puede hacer Kreacher por el amo? — pregunto haciendo una exagerada regencia al punto que su nariz tocaba el suelo.
— Si, Kreacher, llama a Sirius Orión y Regulus Arcturus, diles que sea lo que sea que estén haciendo, que lo dejen para después, es hora de desayunar.
— Si, amo — asintió.
— ¿El ya desayuno? — pregunto la muchacha Lily.
— No tengo la menor idea si Kreacher come — aseguro con una sonrisa jocosa Alphard —. A decir verdad, es una criatura extraña, hace magia sin varita, solo chasquea los dedos y lo ha hecho.
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Rompiendo el Legado Black.
FanfictionWalburga Black, antes de su muerte, es devuelta al pasado por la magia madre y decide tomar un rumbo diferente. Con conocimiento de los eventos futuros, está decidida a cambiar su historia y evitar el dolor y la oscuridad que ha afligido a su famili...