Parte 20: Pelotón 451

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Estoy en el campamento de mi pelotón. Llevamos 3 días aquí, y el pelotón 451 corre peligro de desertar por aburrimiento. 

Cressida y su equipo nos graban disparando, y nos dicen que formamos parte del equipo de desinformación. Si los rebeldes solo disparan a las vainas de Plutarch, el Capitolio se dará cuenta de que tenemos el holo. Así que pasamos mucho tiempo destruyendo cosas al azar que no importan. Es como si solo sirviéramos para aumentar el tamaño de cosas destruidas en el Capitolio, lo cual no me gusta. A veces necesitan servicios de tiradores de verdad, y los ocho levantamos la mano. Pero nunca eligen ni a Finnick, ni a Gale, ni a mí. La verdad es que no soy muy buen tirador, pero quisiera ayudar en algo, ayudar de verdad. 

Creo que no saben que hacer con nosotros tres, especialmente conmigo. Todos los Vencedores tienen habilidades especiales: Finnick con el tridente, Katniss con el arco, Johanna con el hacha, incluso Beetee con su excepcional  inteligencia. Pero yo no tengo nada. Solo soy un chico que tuvo suerte. Katniss decía que tengo buenas habilidades en los combates cuerpo a cuerpo por mi fuerza, pero realmente no lo creo. Y no es nada comparado a las demás habilidades. 

La cuarta mañana, una de las hermanas Leeg activa una vaina mal etiquetada: en vez de soltar un enjambre de mosquitos mutantes, que es lo que esperábamos, dispara una lluvia de dardos metálicos. Uno se le clava en el cerebro; muere antes de que los médicos lleguen a ella. Plutarch promete enviarnos un sustituto lo antes posible, lo cual se me hace muy cruel. Que su muerte no haya importado en lo absoluto, que solo piensen en ocupar su puesto.

-- ¿Aburrido? - pregunta Finnick mientras se sienta a mi lado. 

-- Un poco - digo. 

-- Estamos aquí de adorno - dice riendo un poco.

-- Las cámaras son poderosas - le digo. 

-- No sé si lo dijiste literalmente, pero yo creo que nos arriesgan en vano. Me dijeron que vendría a la guerra, no a un reality show - dice Finnick. 

-- Bueno, prefiero esto a estar en el campo de batalla real - digo.

-- Quisiera acabar con esto lo más rápido posible - me dice.

-- ¿Estás muy preocupado por Annie? - pregunto. 

-- Sí, es que..... - comienza.

-- ¿Qué cosa? - pregunto. Algo sucede.

-- Realmente no quería que te enteraras así - me dice. 

-- ¿Qué pasa Finnick? - pregunto algo ansioso. No creo que sea algo malo, pero estoy preocupado. 

-- Creemos que Annie está embarazada - me dice. 

-- ¿Enserio? Guau, felicidades - digo impresionado. Le doy un abrazo a Finnick y unas palmadas. 

Estoy muy feliz por él, no me lo creo. Pero a la vez un poco triste. Que lástima que no me pude enterar de estas noticias en mejores circunstancias. Seguramente es muy difícil para él estar separado de Annie. Ambos están algo traumados con estar lejos del otro, y con una noticia así debe de ser algo aún más complicado. Si Katniss estuviera embarazada, yo no me separaría ni un segundo de ella. 

-- Le darás un mundo seguro, sin Capitolio, sin Juegos. Volverás para cuidar de Annie, ya verás - le digo. 

-- Eso espero - dice riendo. 

-- ¿Alguien más sabe? - le pregunto. 

-- Solo tú y Johanna. Me hubiera gustado decirle a Katniss, pero no ha estado muy bien los últimos días - dice Finnick.

¿No ha estado muy bien? ¿Qué significa eso? La última vez que hablé con ella fue en la boda. 

-- ¿No ha estado muy bien? - le pregunto. 

Everlark el chico en llamas. LA REVOLUCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora