Everlark el chico en llamas. LA REVOLUCIÓN

Parte 28: Quemaduras

Mis ojos hinchados se abren lentamente. Mi vista se enfoca y logro distinguir que estoy en una habitación blanca con luces cegadoras. Puedo escuchar las máquinas de hospital sonando. Aunque estoy acostado y acabo de despertar, mi respiración es agitada. 

Miro a mi alrededor lentamente. Ya he estado aquí, es mi habitación de hospital. Recuerdo que desperté aquí después del Vasallaje, y que me trajeron después de que Katniss....

La mención del nombre me hace estremecer. Katniss. Regreso a la realidad y recuerdo todo lo que sucedió. Recuerdo su cuerpo sin vida tirado en el suelo. Recuerdo los horrorosos gritos mezclándose con los míos. ¿Qué sucedió después? ¿Qué hago aquí? En ese momento todo lo que quería era morir junto a ella. ¿De qué me sirve seguir aquí si Katniss no está a mi lado? ¿Habrá alguna posibilidad de que todo esto haya sido una pesadilla? 

Necesito ver a Katniss entrando por esa puerta. Necesito sentir sus dulces y suaves labios otra vez. Necesito abrazarla y no volverla a soltar. Quiero convencerme de que esto no es real, quiero evitar pensar en ella e intentar fingir que nada sucedió, es la manera más fácil de afrontarlo. Pero no. Katniss merece mucho más.

La imagen de Katniss sin vida aparece en mi cabeza múltiples veces. Noto que es la primera vez que veo sus facciones completamente relajadas desde que volvió. Ella quería que sucediera. Ella quería morir. Y eso me destroza. 

Extraño a la vieja Katniss. La extraño demasiado. Intenté dejar de pensar así, porque la tenía junto a mí. Pero en el fondo sigo destrozado. Sigo esperando su regreso todos los días. Sigo deseando que todo esto haya sido un mal sueño, y que me levantaré con ella en mi pecho, durmiendo plácidamente. Sigo sin aceptar que ella no es la misma, y ahora no puedo aceptar que ella está........

No es posible que ya no esté. No es posible que esa valiente y hermosa chica de ojos grises y profundos se haya ido. Esa misma chica que me cantaba siempre que se lo pedía, que me contaba historias antes de dormir, que dio su vida por mí en la arena, esa chica que espero que alguna vez me haya amado.

 Recuerdo los días que pasamos juntos como si fuera ayer, recuerdo aquel día en el 12. Cuando Haymitch y yo fuimos a verla y Prim nos dijo que se había ido a cazar. Poco después dos Agentes de la Paz vinieron a buscarla, y en ese momento supe que algo no estaba bien. Esperamos horas y horas, y estaba a punto de anochecer. Yo intentaba disimularlo, pero estaba aterrado. Aterrado de que ella hubiera escapado con Gale y que me hubiera dejado aquí. La idea de no volver a verla me daba pánico, era mi mayor miedo. Pero después de un rato, ella volvió. Suspiré fuertemente y la presión dejó mi pecho. Todos hablamos durante unos minutos entretenidamente, casi olvidando que los agentes estaban ahí. Ellos le informaron a Katniss que la valla había vuelto a estar electrificada, y en ese momento uní cables. Me pregunté cómo había hecho para salir de ahí con la valla electrificada. Pero fue hasta cuando le di un abrazo y ella soltó un gritito de dolor cuando me di cuenta de que había tomado medidas drásticas. No sabía lo que había hecho, pero estaba preocupado por el claro dolor que sentía. Cuando los agentes se fueron ella se derrumbó sobre la mesa, diciendo que no aguantaba más el dolor del tobillo y coxis. La ayudé a llegar a un mueble y su madre la revisó y aseguró que tenía el tobillo roto. Estuve más que dispuesto a cargarla hasta su habitación. La arropé y me quedé junto a ella hasta que se quedó dormida. Ese día le habían dado una medicina para calmar el dolor, y yo sabía que ella probablemente no iba a poder controlar su lengua. Siendo honesto, me esperaba un comentario doloroso de su parte, pero lo único que me dijo fue que me quedara con ella. Pude notar su miedo de que me fuera. El mismo miedo que yo experimenté horas antes. Y en ese momento, realmente pensé que quizá había una posibilidad de que me quisiera, aunque fuera solo un poquito. Y creo que alguna vez lo hizo.